El decreto del juicio divino sobre Sodoma y Gomorra y la visita de los mensajeros celestiales a la casa de Lot

Un dato que aparentemente no ve o sencillamente se resiste a ver un amplio sector del cristianismo evangélico conservador, es que Sodoma y Gomorra no fueron juzgadas, ni fue determinada su destrucción, según el relato bíblico, por lo ocurrido ante la visita de los mensajeros celestiales a la casa de Lot (véase Génesis 19.1-29).   

En realidad, y apegándonos estrictamente a la narración bíblica, los mensajeros celestiales visitaron a Lot precisamente para sacarlos de las dos ciudades en cuestión pues ya (previo a esta visita y al margen de todo lo ocurrido en la ocasión de su visita), se había decretado el juicio divino. Consideremos al respecto la siguiente evidencia bíblica: “12Y dijeron los varones a Lot: ¿Tienes aquí alguno más? Yernos, y tus hijos y tus hijas, y todo lo que tienes en la ciudad, sácalo de este lugar; 13porque vamos a destruir este lugar, por cuanto el clamor contra ellos ha subido de punto delante de Jehová; por tanto, Jehová nos ha enviado para destruirlo” (Génesis 19.12-13)


La palabra abominación en relación a Sodoma y Gomorra. Por Héctor B. Olea C.



Por otro lado, es preciso admitir sin reservas, que ni antes ni después de lo ocurrido en Génesis 19, en ninguna referencia ni relectura posterior; ningún autor o redactor bíblico hizo referencia ni asoció la homosexualidad con la destrucción de Sodoma y Gomorra.

Finalmente, también es errónea la idea que insiste en tomar lo ocurrido con la visita de los mensajeros celestiales a la casa de Lot como ejemplo del día a día y de todos los días, en los habitantes de Sodoma y Gomorra. Por otro lado, así como erróneamente se ha querido concluir y enseñar como habitual lo ocurrido en ocasión de los mensajeros celestiales a la casa de Lot; igualmente es errónea la postura de querer presentar a Abraham como un fiel y habitual diezmador, sólo porque en una única ocasión en toda su vida, y en toda la narración bíblica, se presentó a Abraham dándole a Melquisedec los diezmos de un botín de guerra (Génesis 14.20).  
Entonces, ¿fue Abraham un fiel y habitual diezmador, según la narración bíblica? Por supuesto que no. Ahora, estrictamente según la narración bíblica, ¿fueron Sodoma y Gomorra dos ciudades donde era habitual, común y hasta demasiado común, el que turbas de sus habitantes decidieran someter y humillar sexualmente a sus visitantes, incluso y preferentemente con relaciones sexuales de tipo homosexual, a la manera de lo ocurrido en Génesis 19? En honor a la verdad, y apegándonos por completo a la narración bíblica, la respuesta es un rotundo no, así de sencillo.   


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