Héctor
B. Olea C.
Ante el triunfo de René Polanco como alcalde
electo en el municipio Santo Domingo Norte; uno de mis estimados contactos, por
cierto pastor en el mismo municipio de Santo Domingo Norte; hizo públicas vía
su Facebook, unas fotos del momento en que el entonces simple candidato René Polanco
recibe una oración por parte de una representación de los pastores de Villa
Mella. Por supuesto, estableciendo una relación directa entre la oración
recibida por el candidato en cuestión y el triunfo logrado por éste en el torneo
electoral del pasado domingo 15. Pero ¿será esta relación cierta? ¿Será legítimo
asociar y casi hacer depender de esa oración el triunfo del señor René Polanco?
Obviamente, está demás el decir que el
contexto en que el señor Polanco recibió la oración en cuestión, fue la de un
encuentro en el que las partes involucradas buscaban mutuamente el respaldo reciproco de
la otra.
Ahora bien, el recordar que el 80 % de las
candidatos (as) que presentó el Partido Quisqueyano Demócrata Cristiano (PQDC)
eran miembros activos de la comunidad evangélica (muchos de ellos pastores de
larga data, entregados y comprometidos por años con la obra de Dios, como se
dice en el jerga popular evangélica), nos obliga a imaginar las innumerables
jornadas de ayuno, oración, posibles vigilias, matutinos, cadenas de oración,
etc., que hicieron estos hermanos en la fe con sus respectivas congregaciones, por
esas candidaturas, sin que tales jornadas lograran su cometido: provocar, motivar
y hasta garantizar el triunfo de dichas candidaturas.
Entonces, cabe preguntar: ¿Por qué sería
efectiva una simple oración de unos cuantos minutos, en relación al señor René
Polanco, y, sin embargo no poder serlo las innumerables jornadas de oración
llevada a cabo por el 80 % de las candidaturas evangélicas presentadas por el PQDC,
y otro menor porcentaje de candidaturas sustentadas por personas de la comunidad
evangélica en el contexto del partido Fuerza Nacional Progresista (FNP)?
A propósito y dicho sea de paso, recuerdo que
el lema de uno de estos candidatos de la comunidad evangélica en el PQDC tenía como
lema: «Para el que cree todo es posible», y de nada le valió.
En consecuencia, podemos afirmar sin temor a equivocarnos,
que no existe absolutamente ninguna relación entre los resultados obtenidos en
las urnas por el señor René Polanco, y la oración que éste recibiera por parte de
una representación de pastores y pastoras de Villa Mella.
Insisto, la oración que recibirá el señor
Polanco nada tuvo que ver con su triunfo electoral. Su triunfo tuvo que ver más
bien con la aplicación de una serie de estrategias típicas de las campañas
políticas en la Republica Dominicana.
De hecho, parece que le hizo falta a ese 80 %
de las candidaturas evangélicas del PQDC el aporte que aparentemente sí le hicieron
a la candidatura del señor Polanco, esas enormes e innumerables vallas que éste
colocó en las principales vías del municipio Santo Domingo Norte, vallas
demasiados costosas por cierto, y que curiosamente criticó y con sobrada razón,
el candidato del PQDC a la alcaldía del municipio Santo Domingo, el pastor Dío Astasio.
Al final y, sin temor a equivocarnos, podemos
decir que si el señor René Polanco hubiese cometido el error que cometió ese
80% de candidaturas evangélicas del PQDC, y un menor porcentaje por el FNP, prometiendo
una especie de teocracia moderna en el siglo 21 (con personas evangélicas, por personas
evangélicas, y para personas evangélicas), dirigiendo y enfocando su campaña y
propuesta política hacia la comunidad evangélica misma y no propiamente hacia todo
el electorado del municipio como tal; sin duda que otros hubiesen suido los resultados
para las aspiraciones del señor René Polanco, muy a pesar de la oración que
éste habría recibido, como lo demuestra el fracaso electoral de las
candidaturas evangélicas del PQDC y del FNP, así de sencillo.
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