La idea del tiempo del participio griego y sus implicaciones


Una aclaración necesaria

Héctor B. Olea C.

En un artículo anterior dije que el participio griego, como sustantivo y adjetivo tiene caso, género y número; y como verbo, tiene tiempo y voz.

Ahora paso a explicar cómo ha de interpretarse el tiempo del participio en relación al verbo principal (la forma verbal principal) de la cláusula en que aparece el participio.

Antes de todo, es preciso tener en cuenta que el participio griego sólo se emplea en cuatro tiempos: presente, futuro, aoristo y perfecto.

Ahora bien, siempre asociada a la idea del tiempo de la forma verbal principal de la cláusula en cuyo contexto aparece el participio; el participio de tiempo presente por lo general señala e indica que la acción del participio ocurre simultáneamente con la del verbo principal.

El participio en tiempo aoristo y en tiempo perfecto, por lo general suponen que la acción del participio ocurre con anterioridad a la del verbo principal. Por otro lado, el participio en tiempo perfecto también puede señalar una acción que ocurre simultáneamente con la del verbo principal.  

El participio en tiempo futuro, habitualmente indica finalidad, si bien también apunta a una acción que tiene lugar con posterioridad a la del verbo principal.   


En consecuencia, cualquier explicación e interpretación de un participio griego con base sólo en la idea de la acción básica del participo como equivalente al gerundio castellano, al margen e ignorando precisamente el tiempo del participio mismo, e ignorando el tiempo y el modo del verbo principal de la cláusula en cuyo contexto aparece el participio; es sencillamente defectuosa, inadmisible, y pone de manifiesto, un desconocimiento mayúsculo de la gramática griega.

Observación: en un futuro artículo abordaré la cuestión del uso perifrástico del participio, así como la del «genitivo absoluto».

Pasemos, a manera de ejemplo concreto, a tratar de explicar y ver las implicaciones del tiempo del participio en relación a Mateo 28.19 y 20.

¿Cuál es el verbo principal de Mateo 28.19 y 20?

Respuesta: «mathetéusate»

¿En qué tiempo y modo está «mathetéusate»?
Respuesta: En tiempo aoristo, y en modo imperativo.

¿Cómo ha de traducirse, pues, «mathetéusate»?
Respuesta: Discipulen, hagan discípulos

En este sentido es preciso tener en cuenta que una forma verbal en modo imperativo y en tiempo aoristo demanda de manera puntual la realización de una determinada acción (que se supone no estaba en proceso).  

Son pertinentes aquí las palabras de Roberto Hanna, cito: “El tiempo aoristo es la manera más sencilla de expresar un mandato. El autor presenta su argumento sin especificar los detalles o el proceso de la acción del verbo. Mientras que el tiempo presente normalmente se utiliza con imperativos cuando el enfoque del autor está en los detalles o en el proceso de la acción, aunque muchas veces se usa porque el contexto lo prefiere” (Sintaxis exegética del Nuevo Testamento Griego, página 160, Editorial Mundo Hispano, 1997).  

¿Cuántos participios hay en Mateo 28.19 y 20?

Respuesta: Tres participios

¿Cuáles son esos tres participios y en qué tiempo está cada uno?

Respuesta:

«poreuthéntes»: participio de tiempo aoristo primero, con forma de voz pasiva pero con el sentido de la voz activa ya que viene de un verbo deponente, en caso nominativo, masculino, plural de «poréuomai»: ir, irse, marcharse.

«baptízontes»: participio de tiempo presente, en caso nominativo, masculino, plural del verbo «baptízo»: bautizar, lavar.

«didáskontes»: participio de tiempo presente, en caso nominativo, masculino, plural del verbo «didásko»: enseñar.

Con base a lo ya explicado, ¿cómo ha de entenderse la acción de cada uno de estos tres participios, en relación a la forma verbal «mathetéusate», verbo principal de la cláusula en cuestión?

Respuesta: En primer lugar, la acción de «poreuthéntes» ha de entenderse como anterior a la de «mathetéusate» (que ha de realizarse antes que la acción de dicha forma verbal); en tal sentido, una traducción acertada debe ir en la siguiente línea: Cuando hayan ido, después que hayan ido, habiendo ido, como hayan ido (por tanto "id"); discipulen.

En segundo lugar, la acción del participio «baptízontes» y del participio «didáskontes», se deben entender como simultaneas y contemporáneas a la de «mathetéusate». En tal sentido, una traducción acertada debe ir en la siguiente línea: discipulen, bautizando y enseñando. En otras palabras, al discipular, si discipulan, bauticen y enseñen.

Una evaluación de la traducción de Mateo 28.19 y 20 en la Reina Valera 1960

La traducción «id», como un imperativo es comprensible y adecuada, a la luz de la fuerza del modo imperativo aoristo de la forma verbal «mathetéusate», y a la luz del tiempo aoristo del participio «poreuthéntes», que señala que la acción de dicho participio se considera anterior precisamente a la de «mathetéusate»; en consecuencia, la fuerza imperativa de «mathetéusate» no es mayor que la del participio «poreuthéntes» cuya acción ha de llevarse a cabo antes que la acción de la forma verbal «mathetéusate».

Con relación, a los dos restantes participios, por igual en tiempo presente («baptízontes» y «didáskontes»), diré que han de considerarse como dependientes de «mathetéusate». En este sentido, la acción de “bautizar” y “enseñar” se consideran acciones inmediatas, de manera natural ligadas a la idea de “discipular”, en cuyo contexto se entienden, se explican y tienen sentido.

En conclusión, con base a todo lo dicho, una traducción de Mateo 28.19 y 20, debe ir en la siguiente línea: Una vez hayan ido (habiendo ido, después que hayan ido-por eso "id"), discipulen, bauticen y enseñen.


¡Hasta la próxima!            


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