La problemática del verbo «llamar» en Isaías 7.14 y en la cristología de la concepción (Mateo y Lucas)


La problemática del verbo «llamar» en Isaías 7.14 y en la cristología de la concepción (Mateo y Lucas)

Nociones de hebreo clásico (bíblico) y griego koiné

Héctor B. Olea C.

Un análisis comparativo de la traducción de Isaías 7.14 en algunas versiones de la Biblia en español, nos pone al tanto de que varias han traducido «llamará» (ella llamará), y otras «al que pondrá por nombre» (ella pondrá el nombre), y «le pondrá (ella) por nombre».  

En otras palabras, un buen número de versiones de la Biblia al español (tal vez la mayoría) han traducido sugiriendo que la mujer joven y madre del niño, cuyo nacimiento aquí se proclama, era la persona que consideraría al niño por nacer «Dios con nosotros», «Dios está con nosotros», «Dios estará con nosotros» (en realidad la expresión hebrea es en sí misma atemporal).

Sin embargo, la consideración del texto hebreo de Isaías 7.14 nos pone al tanto de una indiscutible problemática.

Dicha problemática consiste en que, en realidad, el texto hebreo empleó una forma verbal de que tiene de sujeto a la segunda persona femenina singular («y tú llamarás»), y no a la tercera persona femenina singular («ella llamará»).

En consecuencia, en sentido estricto, el hebreo empleó la forma verbal «veqarát», una forma «veqatál» o «veqataltí», o sea, un «perfecto inverso» o «conversivo», o sea, un «perfecto» o «qatál» con el valor del «imperfecto» o «yiqtól»: «y tú (de género femenino) llamarás».

Ahora bien, el problema con la forma verbal «veqarát» consiste en que no es la forma verbal esperada, pues según el versículo 13 y el inicio del mismo versículo 14, el interlocutor del profeta Isaías es la casa de David, los integrantes de la casa de David (un sujeto de género masculino y plural).

Luego, es preciso poner de relieve que el imperativo «oíd» («escuchen ustedes»), en el versículo 13, en el texto hebreo («shimú») es un imperativo dado estrictamente a la segunda persona masculina plural: «ustedes».

Además, en la expresión «os dará una señal» («les dará una señal»), en hebreo «lajém ot», «lajém» apunta también y, precisamente, a la segunda persona masculina plural («ustedes»).

En tal sentido, es evidente que no es una segunda persona femenina singular el interlocutor del profeta Isaías, sino la segunda persona masculina plural (ustedes).

Consecuentemente, dos posibles formas verbales serían las esperadas: por un lado, «uqueratém» («y ustedes llamarán», de género masculino); por otro lado, «veqareá» («y ella llamará»), pero ninguna de estas dos fueron las empleadas en el texto hebreo de Isaías 7.14.

Por otro lado, desde el punto de vista de la crítica textual, no es posible obviar que la llamada «Masora quetaná» (la «Masora pequeña») de la Biblia Hebrea nos dice que la forma verbal «veqarát» (forma verbal de la segunda persona femenina singular) aparece dos veces más en la Biblia Hebrea, y la llamada «Masora guedolá»: (la «Masora grande») especifica que esas dos otras ocasiones son: Génesis 16.11 (teniendo de sujeto a Agar, un sujeto femenino) e Isaías 60.18 (teniendo de sujeto a Israel como nación, también un sujeto femenino).

Y el aparato crítico de la Biblia Hebraica Stuttgartensia (BHS) nos pone al tanto de que el manuscrito del libro de Isaías hallado en la cueva número 1 de Qumrán, identificado como 1QIª tiene la forma verbal «veqará» (forma verbal de la tercera persona masculina singular: «y él llamará».

También nos dice el aparato crítico de la Biblia Hebrea que el «Códice Sinaítico» de la Septuaginta tiene la forma «kai kalései» («y él llamará») forma griega de la tercera persona del singular, equivalente a la forma verbal «veqará» («y él llamará») que tiene el referido manuscrito de Isaías encontrado en la cueva 1 de Qumrán.    

En todo caso, la edición manual de la Septuaginta de Alfred Rahlfs, que se sustenta fundamentalmente en los Códices Vaticano, Sinaítico y Alejandrino, tiene la forma «kai kaléseis», forma verbal que tiene de sujeto a la segunda persona del singular: «y tú llamarás».

Luego, respecto de los evangelios (Mateo y Lucas, los dos evangelios canónicos que desarrollaron una «cristología de la concepción»), es preciso poner de relieve que el Evangelio de Mateo emplea tres veces el verbo «llamar», pero en dos ocasiones dos en tiempo futuro (la primera, teniendo de sujeto a la segunda persona del singular: «kai kaléseis», «y tú llamarás»; y la segunda teniendo de sujeto a la tercera persona del plural: «kai kalésusin»: «y ellos llamarán»); pero la tercera vez en la que el evangelio de Mateo empleó el verbo «llamar», lo empleó en tiempo aoristo (forma del pasado) «kai ekálesen» («y él llamó»).

Por su parte, el Evangelio de Lucas, coincidiendo con Mateo 1.21, empleó la forma «kai kaléseis» (tiempo futuro y de la segunda persona del singular: «y tú llamarás»).

Sin embargo, como para complicar las cosas, si bien coinciden Mateo 1.21 y Lucas 1.31 al emplear la forma «kai kaléseis» (tiempo futuro y de la segunda persona del singular: «y tú llamarás»), para Mateo 1.21 el sujeto es José, y para Lucas 1.31 el sujeto es María.

Finalmente, como siempre, invito a considerar la imagen anexa con la cual espero hacer más comprensibles estas líneas.

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