«Autós («aftós»), ¿pronombre personal o adjetivo de intensidad en Mateo 1.21?
Otra vez, nociones de morfosintaxis griega
Héctor B. Olea C.
No son pocas las veces en las que he hecho mención de ciertos «consensos no consensuados» que se han dado, que podemos constatar y demostrar respecto del proceso y labor de la traducción de la Biblia.
Por supuesto, llamo «consensos no consensuados» a la curiosa coincidencia de traducir igual, de la misma manera ciertos textos bíblicos por parte de prácticamente todas las versiones de la Biblia en español, muy a pesar de que proceden de distintos ambientes teológicos, y de que existen razones de peso para traducir a contracorriente.
En tal sentido, uno de estos «consensos no consensuados» consiste en asumir que la palabra griega «autós» («aftós») en Mateo 1.21 no es un adjetivo de intensidad relacionado con el sujeto pronominal de un verbo finito o conjugado («sósei»: salvará).
Es tal el consenso que ni siquiera se observa una nota al pie de página que considere seriamente la posibilidad de asumir a «autós» («aftós») como un adjetivo de intensidad y, consecuentemente, proponer otra posible línea de traducción.
En todo caso, pienso que es preciso tener en cuenta las siguientes observaciones.
En primer lugar, ciertamente «autós» («aftós») puede tener la función de adjetivo (por lo general en caso nominativo, pero no siempre), y puede tener la función del pronombre personal de la tercera persona, singular o plural (él, ella, ellos, ellas).
En segundo lugar, plantea Amador Ángel García Santos («Introducción al griego bíblico», Verbo Divino, 2003, página 53), que en el griego clásico «autós» («aftós») sólo podía tener función pronominal (funcionar como pronombre personal de la tercera persona) en los casos oblicuos (genitivo, dativo, acusativo), porque cuando estuviera en el caso nominativo siempre funcionaría como adjetivo (en posición atributiva: el mismo señor; o en posición predicativa: el señor mismo, el señor en persona).
En tercer lugar, el griego no emplea un pronombre personal de la tercera persona (singular o plural) para señalar el sujeto pronominal de un verbo finito o verbo conjugado, pues en esos casos el sujeto pronominal consiste en la persona gramatical sujeto del verbo, el cual es señalado por la desinencia o morfema gramatical flexivo que se une a la raíz o lexema verbal.
Sin embargo, observa Amador Ángel García Santos: “En el griego bíblico es muy frecuente el uso de «autós» («aftós») en caso nominativo en oraciones que carecen de sujeto nominal en las que no se percibe que tenga el sentido de «él mismo», por lo que parece que, también en caso nominativo, puede tener simplemente la funcional de pronombre personal de la tercera persona” (obra citada, página 54).
Ahora bien, esta última observación del profesor Amador, supone cierta subjetividad por parte del lector y traductor, pues se espera que no todos van a coincidir en percibir de la misma manera el uso de «autós» («aftós») en esos casos; lo que supone la dificultad de encontrar al respecto consensos absolutos.
De todos modos, en caso de asumir o concluir que en Mateo 1.21 «autós» («aftós») es un pronombre personal, pienso que, al menos, se debería poner una nota al pie de página indicando otra posible y legítima traducción: «él mismo salvará».
En efecto, siempre que «autós» («aftós») aparezca en un texto en caso nominativo, a la luz de la gramática griega, en principio, la primera opción debe ser el que se asuma a «autós» («aftós») como un adjetivo y no como un pronombre personal, hasta que se demuestre lo contrario.
Finalmente, somos de la opinión de que en Mateo 1.21 «autós» («aftós») es un adjetivo de intensidad y no un simple pronombre personal, por dos razones principales.
La primera, porque como regla general el griego (clásico y koiné) evita usar los pronombres personales para señalar el sujeto pronominal de un verbo conjugado, a menos que sea para dar énfasis (existen excepciones).
En tal sentido, si el sujeto no es nominal (con verbos de la tercera persona, singular o plural), por lo general el sujeto pronominal se establece por la desinencia o morfema gramatical flexivo que se añade a una raíz o lexema verbal para señalar con precisión la persona gramatical sujeto pronominal de un verbo finito (verbo conjugado), y no por un pronombre personal.
La segunda, en virtud del papel único y central que le otorga la «cristología de la concepción» al niño cuyo nacimiento se proclama, en la salvación de su pueblo.
Por supuesto, además del papel que tiene la figura de Jesús el ungido (Jesús como el Mesías) en el Nuevo Testamento y en la oferta de salvación de la fe cristiana (considérese Hechos 16.31; Juan 6.68; Juan 14.6; Gálatas 3.23-29, etc.).
Finalmente, quiero aprovechar esta publicación para poner de relieve el uso de «autós» («aftós») como adjetivo en posición atributiva y en posición predicativa, en construcciones sintácticas que no emplean el caso nominativo.
A propósito de nuestra continua oferta académica, profesional y aconfesional en el campo de la lengua griega, todo el año, año por año, en la modalidad online (en vivo y en directo vía Zoom) y en la modalidad asincrónica (mediante clases grabadas).
Por supuesto, también a propósito de nuestra oferta de clases profesionales personalizadas (incluso intensivas y preparatorias), tutorías, asesoramiento y acompañamiento en el campo de los estudios de las lenguas bíblicas, el griego clásico, la gramática española aplicada, etc., según las necesidades de la persona o institución.
¡Inscripciones siempre abiertas!
Más información, modalidades de pago y matriculación en el siguiente enlace:
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Otra vez, nociones de morfosintaxis griega
Héctor B. Olea C.
No son pocas las veces en las que he hecho mención de ciertos «consensos no consensuados» que se han dado, que podemos constatar y demostrar respecto del proceso y labor de la traducción de la Biblia.
Por supuesto, llamo «consensos no consensuados» a la curiosa coincidencia de traducir igual, de la misma manera ciertos textos bíblicos por parte de prácticamente todas las versiones de la Biblia en español, muy a pesar de que proceden de distintos ambientes teológicos, y de que existen razones de peso para traducir a contracorriente.
En tal sentido, uno de estos «consensos no consensuados» consiste en asumir que la palabra griega «autós» («aftós») en Mateo 1.21 no es un adjetivo de intensidad relacionado con el sujeto pronominal de un verbo finito o conjugado («sósei»: salvará).
Es tal el consenso que ni siquiera se observa una nota al pie de página que considere seriamente la posibilidad de asumir a «autós» («aftós») como un adjetivo de intensidad y, consecuentemente, proponer otra posible línea de traducción.
En todo caso, pienso que es preciso tener en cuenta las siguientes observaciones.
En primer lugar, ciertamente «autós» («aftós») puede tener la función de adjetivo (por lo general en caso nominativo, pero no siempre), y puede tener la función del pronombre personal de la tercera persona, singular o plural (él, ella, ellos, ellas).
En segundo lugar, plantea Amador Ángel García Santos («Introducción al griego bíblico», Verbo Divino, 2003, página 53), que en el griego clásico «autós» («aftós») sólo podía tener función pronominal (funcionar como pronombre personal de la tercera persona) en los casos oblicuos (genitivo, dativo, acusativo), porque cuando estuviera en el caso nominativo siempre funcionaría como adjetivo (en posición atributiva: el mismo señor; o en posición predicativa: el señor mismo, el señor en persona).
En tercer lugar, el griego no emplea un pronombre personal de la tercera persona (singular o plural) para señalar el sujeto pronominal de un verbo finito o verbo conjugado, pues en esos casos el sujeto pronominal consiste en la persona gramatical sujeto del verbo, el cual es señalado por la desinencia o morfema gramatical flexivo que se une a la raíz o lexema verbal.
Sin embargo, observa Amador Ángel García Santos: “En el griego bíblico es muy frecuente el uso de «autós» («aftós») en caso nominativo en oraciones que carecen de sujeto nominal en las que no se percibe que tenga el sentido de «él mismo», por lo que parece que, también en caso nominativo, puede tener simplemente la funcional de pronombre personal de la tercera persona” (obra citada, página 54).
Ahora bien, esta última observación del profesor Amador, supone cierta subjetividad por parte del lector y traductor, pues se espera que no todos van a coincidir en percibir de la misma manera el uso de «autós» («aftós») en esos casos; lo que supone la dificultad de encontrar al respecto consensos absolutos.
De todos modos, en caso de asumir o concluir que en Mateo 1.21 «autós» («aftós») es un pronombre personal, pienso que, al menos, se debería poner una nota al pie de página indicando otra posible y legítima traducción: «él mismo salvará».
En efecto, siempre que «autós» («aftós») aparezca en un texto en caso nominativo, a la luz de la gramática griega, en principio, la primera opción debe ser el que se asuma a «autós» («aftós») como un adjetivo y no como un pronombre personal, hasta que se demuestre lo contrario.
Finalmente, somos de la opinión de que en Mateo 1.21 «autós» («aftós») es un adjetivo de intensidad y no un simple pronombre personal, por dos razones principales.
La primera, porque como regla general el griego (clásico y koiné) evita usar los pronombres personales para señalar el sujeto pronominal de un verbo conjugado, a menos que sea para dar énfasis (existen excepciones).
En tal sentido, si el sujeto no es nominal (con verbos de la tercera persona, singular o plural), por lo general el sujeto pronominal se establece por la desinencia o morfema gramatical flexivo que se añade a una raíz o lexema verbal para señalar con precisión la persona gramatical sujeto pronominal de un verbo finito (verbo conjugado), y no por un pronombre personal.
La segunda, en virtud del papel único y central que le otorga la «cristología de la concepción» al niño cuyo nacimiento se proclama, en la salvación de su pueblo.
Por supuesto, además del papel que tiene la figura de Jesús el ungido (Jesús como el Mesías) en el Nuevo Testamento y en la oferta de salvación de la fe cristiana (considérese Hechos 16.31; Juan 6.68; Juan 14.6; Gálatas 3.23-29, etc.).
Finalmente, quiero aprovechar esta publicación para poner de relieve el uso de «autós» («aftós») como adjetivo en posición atributiva y en posición predicativa, en construcciones sintácticas que no emplean el caso nominativo.
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