Juzgar una traducción, acerca del Salmo 121.4b en hebreo y en griego


Juzgar una traducción

Sobre el Salmo 121.4b en hebreo y en griego
Nociones de morfosintaxis hebrea y griega

Héctor B. Olea C.

Es común ver a personas que, sin los conocimientos necesarios (sin los conocimientos de causa) expresan juicios de valor respecto de los supuestos aciertos y supuestos desaciertos de la traducción de algunos textos bíblicos.

Sin embargo, pienso que es preciso tener presente las siguientes observaciones.

En primer lugar, la persona que pretenda emitir un juicio de valor respecto de la traducción al español de una expresión o construcción sintáctica hebrea o griega; debe poseer mucho más que ciertos conocimientos elementales de la lengua hebrea y la lengua griega, mucho más que simples presuposiciones de cómo funcionan la lengua hebrea y la lengua griega; además, debe ser alguien que también tenga un conocimiento adecuado de cómo funciona el español, de la morfosintaxis española.

Por supuesto, no está demás decir que una cosa es tener una determinada lengua por lengua materna (la que se recibe naturalmente en la infancia como herencia sociocultural cultural), y otra, ser un estudioso de dicha lengua.

En segundo lugar, quien pretenda expresar un juicio de valor (con conocimiento de causa y con la aspiración de que se le tome en serio) respecto de una traducción del hebreo al griego; debe ser alguien que tenga mucho más que ciertos conocimientos elementales o presuposiciones de cómo funcionan el hebreo y el griego.

En tercer lugar, la persona que aspire a ser tomada en serio al pronunciarse de cosas y aspectos relacionados con la lengua y la traducción, debe ser alguien que sea algo más, mucho más que un simple usuario de una o varias lenguas (el políglota no es un lingüista); debe ser una persona que esté familiarizada con el estudio científico de la lengua (lingüística) y con el campo la traducción, como labor profesional.

Análisis del texto hebreo y griego del Salmo 121.4b

De entrada, debo decir que este análisis se concentra en la expresión o construcción sintáctica hebrea y griega detrás de la traducción «el que guarda a Israel» (Reina Valera 1960).

Pues bien, la expresión hebrea detrás de la traducción «el que guarda a Israel» es «shómer yisraéll».

Luego, ¿es «shómer yisraél» una cadena constructa?
Por un lado, es posible que sea una cadena constructa, en la que el participio activo hebreo «shómer» esté en estado constructo, y el sustantivo «yisraél» (Israel) es el sustantivo que le pone fin a la cadena constructa (y no es un objeto directo).

Por otro lado, que el sustantivo «yisraél» (Israel), que es un sustantivo propio, determinado, no esté precedido de la partícula «et» (partícula y recurso dominante con que cuenta el hebreo clásico para señalar un objeto directo determinado), también favorece que la expresión «shómer yisraél» sea asumida como una cadena constructa.

Luego, como nota al margen, quiero citar algunos ejemplos que demuestran que cuando el sustantivo «yisraél» (Israel) funciona como un objeto directo (siempre determinado), va precedido de la partícula hebrea intraducible «et»: Éxodo 14.30; 18.1; Amós 9.7 y con la preposición «le» en lugar de la partícula «et», en Josué 21.43; 23.1; Miqueas 3.8.

Ahora bien, una vez se asume que la expresión hebrea «shómer yisraél» constituye una cadena constructa, se hace necesario establecer el sentido de dicha cadena constructa. Por ejemplo: ¿Tiene un valor adjetival, funciona como un adjetivo? ¿Representa un «genitivo subjetivo» (de sujeto) o un «genitivo objetivo» (de objeto directo)?

Consecuentemente, con el valor de un «genitivo subjetivo» (de sujeto), la construcción «shómer yisraél» debe ser entendida como: «el guarda, guardián o protector que le pertenece a Israel».

Pero con el valor de un «genitivo objetivo» (de objeto directo), la construcción «shómer yisraél» debe ser entendida como: «el que guarda a Israel».

En conclusión, si se asume que la construcción «shómer yisraél» debe ser asumida como expresando un «genitivo objetivo», la traducción al griego y la traducción al español pueden exhibir una redacción en la que se coloca el sustantivo «Israel» como un «objeto directo» (funcionando como objeto directo), pues es la función sintáctica que desempeña en dicha cadena constructa con el valor de un «genitivo objetivo», un genitivo de objeto directo.

Por supuesto, en caso de asumir a «shómer yisraél» como un «genitivo subjetivo», un genitivo de sujeto, la traducción debe ir en la siguiente línea: «el guardián o protector que le pertenece a Israel».

En realidad, la traducción «el guardián o protector de Israel» no especifica el valor contextual de dicha cadena constructa.

La traducción griega de la expresión hebrea «shómer yisraél»

La clásica versión griega tradujo la expresión hebrea «shómer yisraél» con la expresión «jo filáson ton Israel» («el que guarda a Israel»).

En esta traducción, la expresión «jo filáson» constituye un participio sustantivado (de un verbo transitivo, y por eso puede tener un «objeto directo»), en tiempo presente, vos activa, en caso nominativo masculino singular.

Y la expresión «ton Israél», señala a «Israel» (sustantivo indeclinable, pero con el artículo determinado en caso acusativo masculino singular, que señala a «Israel» como el «objeto directo» del participio sustantivado «jo filáson»).

Consecuentemente, la traducción griega explicada de la expresión hebrea «shómer yisraél», pone de relieve que el traductor griego la asumió como una cadena constructa con el valor de un «genitivo objetivo», un genitivo con el valor de un objeto directo.

Finalmente, la traducción griega de la construcción hebrea «shómer yisraél», así como la traducción de la tan popular y dominante versión Reina Valera 1960 (y muchas otras versiones más); coinciden en asumir dicha expresión hebrea como una cadena constructa que tiene el valor de un «genitivo objetivo», un genitivo de objeto directo.

Pero traducciones en la línea de la que exhibe la versión Reina Valera Contemporánea 2011 («el protector de Israel»), son traducciones que han aplicado la ley del mínimo de esfuerzo, evitando invertir tiempo en precisar qué tipo de genitivo señala la cadena constructa hebrea «shómer yisraél».

Insisto, la traducción «el guardián o protector de Israel» (en la línea tradicional de traducir las cadenas constructas hebreas) no especifica el valor contextual de dicha cadena constructa.

En honor a la verdad, la traducción «el protector de Israel» no especifica, no aclara si trata de un «genitivo subjetivo» (el protector que le pertenece a Israel), o si se trata de un «genitivo objetivo» (el que guarda, el que protege a Israel).

Finalmente, como siempre, invito a considerar la imagen anexa, con la cual espero ilustrar y hace más comprensibles estas líneas.

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