Para que todo el que «cree» en él, ¿o «crea»? Juan 3.15-16


Cuestiones de exégesis y traducción bíblicas


Héctor B. Olea C.


Si bien las versiones castellanas de la Biblia en su mayoría han traducido Juan 3.15 y 16 empleando el modo indicativo «cree»; no podemos obviar que hay algunas versiones de la Biblia que han traducido empleando el modo subjuntivo «crea». En tal sentido, es preciso poner de relieve que la «Nueva Versión Internacional (NVI)» tradujo empleando el modo subjuntivo en Juan 3.15 («crea»), pero con  el modo indicativo en el versículo 16 («cree»). Pero más llamativo es todavía la situación que observamos en la «Nueva Traducción Viviente (NTV)» y la «Traducción en lenguaje actual (TLA)» tradujeron empleando el modo subjuntivo («crea») tanto en el versículo 15 como en el 16.

Ahora bien, ¿qué es lo que realmente dice el texto griego? ¿Cuál fue el modo que en realidad empleó el autor del cuarto evangelio, en Juan 3.15-16? ¿Cuál es la traducción más correcta? ¿Cuál es la manera más acertada de comunicar el sentido preciso de la expresión griega que usó originalmente el autor del Evangelio de Juan?

En primer lugar, es preciso admitir que el autor del Evangelio de Juan no empleó el modo subjuntivo.

En segundo lugar, el autor del Evangelio de Juan no emplea propiamente el modo indicativo sino un participio. El participio, por lo general, es asumido en la gramática griega como un modo.  

En tercer lugar, el participio que emplea el autor del Evangelio de Juan tanto en el versículo 15 como en el 16, es un participio articular (con artículo, participio sustantivado), de tiempo presente, en caso nominativo masculino singular, en voz activa, del verbo «pistéuo»  (yo creo, yo tengo fe), o sea, «jo pistéuon».

En cuarto lugar, el sentido del participio «jo pistéuon» es «el que cree» (el que cree y sigue creyendo), en otras palabras, «el que es fiel».    

En quinto lugar, si bien el participio «jo pistéuon» es, en cierta forma, equivalente a una forma verbal en tiempo presente, voz activa, modo indicativo, tercera persona del singular, del verbo «pistéuo», o sea, «pistéuei» (él cree); llama la atención la preferencia que muestra el autor del Evangelio de Juan por el participio «jo pistéuon». Por supuesto, mientras que la tercera persona del singular «pistéuei» hace una afirmación positiva respecto de la tercera persona singular, o sea, «él cree», «él cree, sigue y se mantiene creyendo»; el participio articular y sustantivado «jo pistéuon», funciona más bien como un pronombre relativo, o sea, «el que cree», «el que cree y se mantiene creyendo».      

Se encuentra, pues, el participio «jo pistéuon» en el Evangelio de Juan en los siguientes versículos: 3.15, 16, 18, 36; 5.24 (sin artículo); 6.35, 40 (sin artículo), 47; 7.38; 11.25, 26 (sin artículo); 12.44, 46; 14.12. En total, el participio «jo pistéuon» se encuentra en el Evangelio de Juan en catorce ocasiones.   

Fuera del Evangelio de Juan, el participio «jo pistéuon» sólo se lo encuentra en Hechos 13.39; 1 Juan  5.1, 5, 10.

En Marcos 9.23 tenemos el reflejo del participio «jo pistéuon», sólo que por razones sintácticas se encuentra aquí en caso dativo («to pistéuonti»), lo mismo que en Romanos 1.16; 4.5; 10.4. 

En sexto lugar, a diferencia de la forma verbal «crea» (en modo subjuntivo), que apunta a una acción verbal potencial, una acción que tal vez se realice, pero tal vez no; el participio «jo pistéuon» describe una acción verbal de aspecto durativo, una acción verbal que se da como real, por realizada, como durativa y persistente. En consecuencia, el participio «jo pistéuon» no apunta a una persona que cree y luego reniega de su fe, sino a la persona que manifiesta su creencia o fe en Jesús, y permanece firme en dicha creencia.

Además, es preciso poner de relieve que si bien tanto en el griego como en castellano el modo subjuntivo presenta la acción verbal como potencial, como probable, hipotética, condicionada; hay un matiz del aspecto de la acción verbal en el modo subjuntivo en griego que no se percibe con claridad en el modo subjuntivo en el castellano. En el griego, el modo subjuntivo en tiempo aoristo comunica una acción puntual, mientras que en tiempo presente el modo subjuntivo expresa una idea de durabilidad y persistencia.    

Consecuentemente, el que el autor del Evangelio de Juan haya empleado el subjuntivo presente en la forma verbal «éje» («tenga», tercera persona, singular, voz activa del verbo «éjo» «yo tengo»), en el contexto de la expresión «tenga vida eterna», versículos 15 y 16; apunta a una acción que se considera una realidad durativa, una posesión duradera.

En suma, el participio «jo pistéuon» no apunta a una acción potencial (la posibilidad de creer), apunta más bien a una acción que se da como una realidad, como un hecho (la realidad de que se cree, y que dicha creencia se mantiene y es persistente). Luego, una ideal traducción del participio «jo pistéuon», es «el que es fiel». Luego, Juan 3.15 y 16 deben traducirse: «Para que todo el que le es fiel tenga vida eterna; porque así manifestó Dios su amor hacia los seres humanos, dando a su hijo único para que todo el que le es fiel no perezca, sino que tenga vida eterna». 

Otra pista exegética:

La expresión «ton juión ton monogiuené édoken» («dio al hijo único»), en Juan 3.16 es precedida por la conjunción consecutiva «jóste» (que introduce una oración subordinada consecutiva) que en relación a una forma verbal en modo indicativo (como aquí la forma verbal «édoken») indica que la consecuencia o resultado de lo dicho en la proposición principal se considera un hecho objetivo que se puede constatar. En tal sentido, para el autor del Evangelio de Juan el hecho de haber dado Dios su hijo único, es una manifestación concreta e ineludible de su amor.

Conclusión, una traducción castellana acertada y consistente de Juan 3.15-16, debe emplear el modo indicativo («cree»), y no el modo subjuntivo («crea»).



¡Hasta la próxima!



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