«Sion» («Sión»), ¿palabra castellana o una transliteración?






Problemas de lingüística y traducción bíblica

Héctor B. Olea C.

Un término muy popular en el vocabulario bíblico, judío y cristiano es la palabra «Sion» («Sión»). En efecto, la palabra «Sion» se encuentra en la Biblia 162 veces en 162 versículos bíblicos (155 en el AT y 7 en el NT), tomando como referencia la versión Reina Valera 1960.

El «Diccionario del Judaísmo» de Johann Maier y Peter Schafer (publicado por Verbo Divino) habla de «Sión» (con tilde) como uno de los términos más emblemáticos de la tradición judía. También sostiene que su dimensión geográfica ha servido de base a un significado profundamente simbólico.

La citada obra también explica que la palabra «Sión» tiene dos usos, uno literal y geográfico, y uno simbólico.

Geográficamente hacía referencia a la elevación orográfica conocida como Monte del templo. Simbólicamente es sinónimo de Jerusalén y de Israel.

Por otro lado el «Diccionario enciclopédico del Judaísmo» de Salomón Lewinsky (publicado por Editorial Planeta) afirma: “La exacta localización de «Sión» (con tilde) ha sido motivo de disputa a través de lo siglos. Flavio Josefo ubicó al bíblico monte Sión en la colina occidental de Jerusalén, su parte alta. Sin embargo, otras fuentes lo sitúan en la colina sureste de la actual muralla de la Ciudad Vieja. Los eruditos modernos, empero, se inclinan por la tesis de Ofel, la elevación donde se encuentra el monte del Templo, como el auténtico sitio del monte Sión”.

Resulta interesante que el estado moderno de Israel se defina como un estado sionista (uso derivado léxica e ideológicamente del movimiento fundado por Theodor Herzl en 1897, conocido como «Organización Sionista Mundial»).












En términos bíblicos, específicamente en Deuteronomio 4.48 (donde se la lee por primera vez en la Biblia), se identifica a «Sion» con (o como parte de) el monte Hermón, cito: “Desde Aroer, que está junto a la ribera del arroyo de Arnón, hasta el monte de Sion, que es Hermón” (Reina Valera 1960).

También leemos en Deuteronomio 3.9 que Hermón era conocido con otros nombres: “(Los sidonios llaman a Hermón, Sirión; y los amorreos, Senir.)”. Esto abre la posibilidad de que también «Sion» («Sión») haya recibido igualmente la designación de «Sirion» y «Senir».

Ahora bien, lingüísticamente hablando, resulta que la palabra en cuestión es tratada y conocida en dos formas: «Sion» (sin tilde) y «Sión» (con tilde). ¿Cuál es, pues, el tratamiento adecuado? ¿Cuál es la forma correcta?
La razón de que algunas versiones de la Biblia (como la Reina Valera 1960) prefieran la forma sin tilde (“Sion”), se debe a que, desde la óptica del castellano, es una palabra monosílaba (de una sola sílaba). La regla general es que las palabras monosílabas no llevan tilde. Algunas palabras monosílabas llevan tilde (tilde diacrítica) sólo para diferenciarla de otra (u otras) que se escribe igual (homógrafa), pero que tiene un significado y función gramatical distinta. Por ejemplo, la “de” sin tilde es una preposición (el libro de Juan), pero la “dé” (con tilde) es una forma del verbo “dar” (ella quiere que le dé un libro).

La palabra «Sion» es monosílaba porque las vocales “io” constituyen un diptongo, y la regla general es que los diptongos no se separan. En consecuencia, asumida como una palabra propiamente castellana, no como una simple transliteración, es una palabra monosílaba y no debe llevar tilde. Tampoco existen razones para una tilde diacrítica.

Con respecto al «diptongo» en las lenguas bíblicas, diré que, en primer lugar, la figura del «diptongo» es extraña al hebreo y al arameo. Con relación al griego, si bien conoce la dicha figura, no obstante, las vocales que conforman la transliteración griega «Sión», no forman un «diptongo» en griego.


Ahora bien, es cierto que hay versiones de la Biblia (como la versión popular Dios Habla Hoy) que le colocan la tilde («Sión»); pero lo hacen porque la consideran más bien una transliteración (no una palabra propiamente castellana). La transliteración consiste en representar las palabras de un idioma en caracteres de otro idioma (cosa muy distinta a la idea de la traducción).

La palabra «Sion» («Sión») en las lenguas bíblicas

En el idioma hebreo, el idioma dominante en el Antiguo Testamento hebreo (el Tanak o Tanaj) la palabra en cuestión es aguda “Sión”. Por lo tanto, si se le trata como una transliteración (como una transliteración fonética estrictamente hablando) y no como una palabra propiamente castellana, es correcto colocarle la tilde.

Una nota curiosa es que la Septuaginta (el Antiguo Testamento en griego) por lo general translitera «Sión» (con tilde), pero en Deuteronomio 4.48 lo hizo como “Seón” (con la vocal “e”, específicamente con una «eta», en lugar de la “i”).

El Nuevo Testamento en griego sigue la línea general de la Septuaginta, y la translitera «Sión».

La palabra «Sion» («Sión») como un topónimo

Un aspecto a tomar muy en cuenta en este análisis es que la palabra «Sion» («Sión») es un topónimo, o sea, una palabra que hace referencia a un lugar como nombre propio.
En este sentido hay que advertir que las versiones de la Biblia no necesariamente manejan de la misma forma los topónimos y los onomásticos hebreos, arameos y griegos; y no hay un principio o norma que las obligue a hacerlo.

Precisamente respecto de las tendencias en el tratamiento de la toponimia bíblica, me parece muy oportuna la siguiente cita: “La toponimia bíblica es para nosotros extraña, por su fonética y su significado. Lo que se estila en las traducciones modernas es traducir unos cuantos nombres, bastantes componentes y adaptar fonéticamente la mayoría, muchas veces a través de la tradición latina, más cercana a nuestra lengua” («La traducción Bíblica: lingüística y estilística», Luís Alonso Schokel y Eduardo Zurrro, Ediciones Cristiandad, página 279).

Relacionado a la palabra «Sion» («Sión»), la misma obra citada plantea: “Se suele traducir «Monte Sión», conservando en adaptación fonética el segundo elemento y sustituyendo el hebreo «har» por su correspondiente castellano monte. En cambio, seguimos diciendo «Belén», adaptando fonéticamente el original «Bet Lehem» a través del latín y sin traducir sus componentes, que son «Casa Pan»” (página 278).




Finalmente, la misma obra citada también plantea: “Hay nombres hebreos de lugar que, a través de una adaptación fonética, se han hecho familiares en castellano; por ejemplo, Belén, Nazaret, Jerusalén. Gaza, Hebrón, Siquén, Jafa, Sinaí, etc. Estos no conviene traducirlos” (página 288).

La palabra «Sion» («Sión») en versiones de la Biblia de tradición hebrea o judío mesiánicas

1) La Biblia hebreo-español (dos tomos), versión castellana conforma a la tradición judía por Moisés Katznelson. Esta versión no traduce, sino que emplea una transliteración fonética, en concordancia con la versión popular Dios Habla Hoy, o sea, «Sión».

2) La versión judío-mesiánica de la Biblia realizada por Diego Ascunce. Esta obra, por un lado, traduce «Monte Sion» (sin tilde) en Deuteronomio 4.48 (en concordancia con la Reina Valera 1960); pero por otro lado traduce «Tziyon», como en 2 Samuel 5.7.

Ahora bien, a favor de la versión de Diego Ascunce, quiero puntualizar que la palabra hebrea que por lo general se translitera «Sion» («Sión») es «tsión». También se la encuentra con una grafía diferente «sión».

En la expresión «Monte de Sion» («Sión») notamos esta misma tendencia. Por ejemplo. Una transliteración fonética de la expresión hebrea que está detrás de la expresión «monte de Sion» (Reina Valera 1960) en Deuteronomio 4.48 es «har sión», iniciando con la letra hebrea llamada «sin»; pero en 2 Reyes 19.31 la expresión hebrea es «har tsión», iniciando con la letra hebrea «tsade»..

De todos modos, la Biblia hebreo-español de Moisés Katznelson mantiene la forma «monte de Sion» en Deuteronomio 4.48 y en 2 Reyes 19.31.


¡Hasta la próxima!


  

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