Forma de presentar los verbos en un diccionario de hebreo clásico o bíblico



Forma de presentar los verbos en un diccionario de hebreo clásico o bíblico

Nociones de hebreo bíblico

Héctor B. Olea C.

El análisis de la forma en que se colocan los verbos en un diccionario hebreo (forma léxica, enunciado), no puede obviar el hecho de que, al respecto, existe una diferencia notable en el hebreo moderno respecto del hebreo clásico o bíblico; realidad que, por lo que veo, ignoran muchas personas que están más familiarizadas con el hebreo moderno que con el hebreo clásico o bíblico.   

En otras palabras, mientras que en hebreo moderno la forma de colocar los verbos en el diccionario (la forma léxica, el enunciado) consiste en una forma no personal del verbo, como en español; en cambio, en los diccionarios de hebreo clásico o bíblico, por lo general, la forma de colocar los verbos (forma léxica o enunciado) consiste en una forma verbal finita, un verbo conjugado, como en griego.

La diferencia es que, en griego, la forma léxica de los verbos consiste en la primera persona del singular; en hebreo es la tercera persona masculina singular, por supuesto, con algunas excepciones, desde el punto de vista formal.  

Luego, debo decir que, para ilustrar la forma de presentar los verbos en el hebreo moderno, quiero apelar a dos muy conocidas obras.

En primer lugar, el «Diccionario español - hebreo, hebreo - español PROLOG» (diccionario de hebreo moderno).

Este diccionario fue publicado por la Editorial PROLOG Ltd, de Israel, con una primera impresión en el año 1999, siendo reimpreso en los años 2000, 2001, 2002, y 2003.

Precisamente, es la reimpresión del año 2003 la que desde hace años tengo en mis manos y la que he considerado en este trabajo.

La segunda obra que vamos a considerar es «Hebrew verb tables» (Tablas de verbos hebreos).

De esta obra se han realizado varias ediciones, la primera, en el año 1971, la segunda en el año 1978, la tercera en el año 1991 y la cuarta, la que tengo en mis manos, realizada en el año 1998.

Fue publicada por «Tamir publishsers» (Jerusalem), bajo la responsabilidad de los profesores Asher Tarmon y Ezri Uval.

Pues bien, como lo demuestran las dos referidas obras, en el hebreo moderno los verbos se colocan en el diccionario en la forma del llamado «infinitivo constructo» más la preposición «le», forma del verbo previamente presente en la Biblia Hebrea, en el hebreo bíblico.

¿En qué consiste el «infinitivo constructo»?

Es una forma nominal del verbo (no flexiva, indeclinable y que no se conjuga), que tiene distintos valores sintácticos, dependiendo, por ejemplo, del tipo de relación que tenga con un sustantivo al que preceda (si de sujeto o de objeto directo), y dependiendo de la preposición que lo preceda (como prefijo).

En todo caso, la preposición con que más frecuencia se usa en la Biblia Hebrea es la preposición «le», pudiendo tener los siguientes valores, según el contexto: a) el del «infinitivo simple» del español (guardar), b) el de indicar propósito o finalidad (para guardar), o el valor del gerundio español (guardando).

Por supuesto, es precisamente con la misma preposición «le» con que comúnmente se hace referencia a los verbos en hebreo moderno, y la forma de colocarlos en el léxico o diccionario.

Ahora bien, para comprender un poco mejor la vocalización o puntuación original del «infinitivo constructo», y posteriormente su vocalización al recibir como prefijo la preposición «le»; es preciso profundizar un poco más en algunas de las características del sistema verbal hebreo.

En tal sentido, es preciso tener en cuenta lo siguiente.

En primer lugar, el sistema verbal hebreo se sustenta en siete conjugaciones verbales principales, llamadas «binyaním» («edificios», «construcciones»).

En segundo lugar, el «infinitivo constructo» está presente en las siete conjugaciones del sistema verbal hebreo.

En tercer lugar, cada una de las siete conjugaciones del sistema verbal hebreo tiene unas características morfológicas propias, y por lo general expresa la acción verbal con un matiz particular.  

A continuación, para una mejor ilustración, menciono las siete conjugaciones del sistema verbal hebreo, poniendo de relieve el matiz que comúnmente tiene la acción verbal en las mismas (obviamente, con excepciones).  

La primera, la conjugación «qal», la conjugación básica y que por lo general expresa la acción verbal en voz activa y en modo indicativo (él guardó). 

La segunda, la conjugación «nifál», en la que, generalmente, la acción verbal es pasiva o reflexiva (él fue guardado, él se guardó).

La tercera, la conjugación «piél», en la que, por lo general, la acción verbal es intensiva o incrementada (él guardó cuidadosamente).  

La cuarta, la conjugación «pual», en la que, generalmente, la acción verbal es pasiva, pero intensiva (él fue guardado cuidadosamente).

La quinta, la conjugación «jitpaél», en la que, por lo general, la acción verbal es intensiva o incrementada, pero reflexiva (él se guardó con mucho cuidado).

La sexta, la conjugación «jifíl», en la que, generalmente, la acción verbal es causativa y activa (él hizo guardar).

La séptima, la conjugación «jofál», en la que, por lo general, la acción verbal es causativa, pero pasiva (él fue movido a guardar).

En cuarto lugar, si bien no todo verbo (o raíz verbal) está presente en las siete conjugaciones del sistema verbal hebreo; en el caso de los verbos que tienen una conjugación más completa, el «infinitivo constructo» podría exhibir hasta siete morfologías (una por cada conjugación).

En quinto lugar, otra variable que afecta la vocalización o puntuación del infinitivo constructo, es el tipo o naturaleza del verbo: si es un verbo fuerte (que mantiene sus tres radicales o consonantes en toda su conjugación), o si es un verbo débil o irregular (que pierde o elide alguna de sus tres radicales o consonantes en el transcurso de su conjugación).

Forma de presentar los verbos en un diccionario o léxico de hebreo clásico o bíblico

Después haber puntualizado que en hebreo moderno los verbos, por lo general, se colocan con la forma del «infinitivo constructo» más la preposición «le»; es preciso decir que, por lo general, en los diccionarios o léxicos de hebreo clásico o bíblico, la forma léxica (la que aparece en los diccionarios) es una forma verbal conjugada (como en griego), pero en la tercera personal del singular, de la «conjugación qal».

Luego, para ilustrar la forma en que se colocan los verbos en un diccionario o léxico de hebreo clásico o bíblico, voy a considerar tres muy conocidas obras: 1) «Geseniusʼ Hebrew - Chaldee Léxicon to the Old Testament» (De Gesenius Léxico hebreo – caldeo del Antiguo Testamento), año 1979, publicado por Baker Books, Michigan, USA; 2) «Diccionario bíblico hebreo – español» Luis Alonso Schökel, publicado por Editorial TROTTA, segunda edición de 1999; 3) «Diccionario de hebreo bíblico» de Moisés Chávez, publicado por Editorial Mundo Hispano, tercera edición 1997.

Pues bien, como se puede ver en estas tres obras mencionadas, la forma en que por lo general se presentan los verbos en el diccionario (su forma léxica, su enunciado), consiste en una forma verbal finita, un verbo conjugado en la tercera persona del singular, de la conjugación básica (qal).

Sin embargo, en caso de que una raíz no esté presente en la «conjugación qal», el «Diccionario bíblico hebreo – español, Luis Alonso Schökel, coloca las tres radicales o consonantes, sin vocales, incluso en los casos en los que una raíz verbal está presente en la «conjugación qal», pero la vocalización de la tercera persona masculina singular (la habitual forma léxica o enunciado) no es la puntuación o vocalización regular de la «conjugación qal».

Finalmente, a manera de ilustración, anexo a estas líneas tres imágenes con las que pongo de relieve la forma común de hacer referencia a los verbos en hebreo moderno, la forma de colocar los verbos en un léxico o diccionario de hebreo moderno (en conformidad a las dos obras mencionadas para tal fin), empleando unas raíces o verbos concretos, diversos «infinitivos constructos» con la preposición «le»; así como la forma de presentar los verbos en un diccionario de hebreo clásico o bíblico (empleando los mismos verbos), en conformidad a las tres obras escogidas para tal fin.  

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