«Tengan fe en Dios», o «tengan la fe que procede de Dios» (Marcos 11.22), cursos online de lenguas bíblicas



«Tengan fe en Dios», o «tengan la fe que procede de Dios» (Marcos 11.22)

Cuando la base de la apelación a la gramática es deficiente 

Héctor B. Olea C.

Un argumento de un sector del cristianismo evangélico es que, supuestamente, la traducción de Marcos 11.22 («tengan fe en Dios») es una traducción desacertada de la expresión griega presente en dicho texto: «éjete pístin zeú».

Se sustenta dicho argumento en que la palabra «zeú» está en «caso genitivo» (genitivo singular de «zeós»: Dios).

Ahora bien, tal apelación a la gramática griega es deficiente, porque cualquier persona que tenga un sólido conocimiento de la gramática griega (griego clásico y griego koiné) ha de saber, en primer lugar, que en griego el «caso genitivo» puede desempeñar distintas funciones sintácticas.

En otras palabras, hay distintas clases de «genitivo», por lo que, no siempre, el «caso genitivo» ha de traducirse como un sintagma preposicional introducido por la preposición «de».

En todo caso, por razones prácticas, en esta ocasión, me voy a concentrar en el llamado «genitivo subjetivo» (el genitivo de sujeto, que funciona como sujeto), y el «genitivo objetivo» (el genitivo de objeto directo, que funciona como objeto directo).

Luego, si bien el «genitivo subjetivo» puede aparecer en un contexto sin preposición, lo cierto es que cuando el autor griego quiso comunicar sin duda alguna la idea del «genitivo subjetivo», empleó, por lo general, una preposición, principalmente la preposición «ek».

En tal sentido, el uso del caso genitivo sin preposición, favorece la idea del «genitivo objetivo», aun cuando, contextualmente, es posible que pudiera ser «genitivo subjetivo».

Consecuentemente, en virtud de que la expresión griega en Marcos 11.22 no es «éjete pístin ek zeú» (con la preposición «ek»), sino simplemente «éjete pístin zeú» (sin la preposición «ek»), ha de considerarse una pista a favor del «genitivo objetivo» (tengan fe en Dios).

También favorece aquí el «genitivo objetivo» (tengan fe en Dios) el hecho de que, contextualmente, no hay ningún elemento que obligue a sumir la frase «éjete pístin zeú» como un «genitivo subjetivo» (tengan la fe que procede de Dios).

Por otro lado, desde el punto de vista de la crítica textual, no hay evidencia alguna de que, por lo menos algún copista, haya querido corregir el texto de Marcos, introduciendo o insertando la preposición «ek», para que dijera: «éjete pístin ek zeú» (tengan la fe que procede de Dios).

Marcos 11.22 y Juan 14.1

¿Qué tiene en común Marcos 11.22 con Juan 14.1?

Respuesta: Que están comunicando la misma idea, pero de forma distinta.

Me explico. Marcos 11.22 emplea una forma nominal, «pístin» (acusativo singular del sustantivo «pístis» (confianza, fe), sustantivo derivado del verbo «pistéuo» (yo creo, yo tengo fe, yo tengo confianza), más una forma verbal en modo imperativo, presente, de la segunda persona del plural, «éjete» (tengan y sigan teniendo).

Por supuesto, es «pístin» aquí, el objeto o complemento directo de la forma verbal «éjete» (imperativo, presente, 2da persona del plural, del verbo «éjo»: yo tengo).

Pero en Juan 14.1, se emplea una forma verbal igualmente en modo imperativo, también en tiempo presente, de la misma segunda persona del plural, pero del verbo «pistéuo» (yo creo, yo tengo fe, yo confío): «pistéuete»: tengan y sigan teniendo fe en, crean y sigan creyendo en, tengan y sigan teniendo confianza en.

Por supuesto, en Juan 14.1 la forma verbal tiene «pistéuete» (tengan fe en, confíen en, crean en), tiene de complemento, en caso acusativo más la preposición «eis», por un lado, a «zeós» («eis ton zeón»: «en Dios») y, por otro lado, a «eis eme» (acusativo singular del pronombre personal de la primera persona del singular, «egó» (yo): «en mí»).

En conclusión, el «genitivo objetivo» empleado por Marcos 11.22, más el imperativo del verbo «éjo»: «éjete pístin zeú» (tengan y sigan teniendo fe en Dios); concuerda perfectamente con la idea expresada en Juan 14.1 con el imperativo del verbo «pistéuo», y los dos sintagmas preposicionales que tiene de complemento: «eis ton zeón» (en Dios) y «eis eme» (en mí).

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