«Escatología» o «esjatología»
La explicación la tiene el latín
Héctor B. Olea C.
En virtud del doble significado de la palabra española «escatología», a pesar de que en griego los dos lexemas que le dan origen son muy distintos; sutilmente ha habido quienes han intentado evitar la posible confusión, transliterando o pronunciando la palabra «escatología» empleada en teología con el fonema «j» («esjatología»), y reservar el fonema «k» para la palabra «escatología» que se emplea en medicina, independientemente de si se considera un arcaísmo y un término, por lo general, casi ya en desuso.
Sin embargo, la razón de por qué la palabra «escatología» empleada en teología nos ha llegado con el fonema «k» y no con el fonema «j» de la letra «ji» griega, se debe al latín, no al griego (como ocurre con muchísimas otras palabras de origen griego que han llegado al español vía el latín).
La explicación es que la letra «ji» griega («j») fue reflejada en latín con el grupo «ch», pero en dicho grupo la «h» no suena, y como en realidad la «c» latina siempre realiza el fonema «k» (aunque la «c» española no), el grupo «ch» latino siempre realiza el fonema «k».
Por supuesto, es cierto que la «h» latina era aspirada,
o levemente aspirada (realizando el fonema «j»), y que se añadió a la «c» (ch),
«p» (ph), «r» (rh) y a la «t» (th) latinas
para reproducir palabra griegas; sin embargo, en los grupos latinos «ch», «rh» y
«th» la «h» no suena.
Esto significa que, al final, en los grupos «ch», «rh»
y «th» sólo quedó el sonido de la letra distinta a la «h», o sea: «c» (fonema «k»),
«r» (fonema «r») y «t» (fonema «t»).
En cuanto al grupo «ph», éste sirvió para reflejar
el fonema «f», o sea «ph», como por lo general ocurre en inglés («ph» es igual
a «f»).
Consecuentemente, las palabras griegas que inician o
involucran la letra «ji» griega («j»), como el adjetivo «ésjatos» (último, postrero,
final; del cual deriva la palabra «escatología» que se emplea en teología) han
llegado al español con el fonema «k» (no con la letra «k»), y no con el fonema «j».
Por supuesto, a
manera de ilustración, anexo una imagen con tal de hacer más comprensibles
estas líneas.
Finalmente, insisto en que la transliteración o transcripción es contextual, o sea, que no es lo mismo transliterar del griego al inglés, que del griego al alemán; no es lo mismo transliterar del griego al español vía el latín, que transliterar del griego al español de manera directa, sin la mediación del latín.
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