«Mujer virtuosa», una traducción bajo sospecha
Cuestiones de lingüística, gramática, exégesis y traducción bíblica
Héctor B. Olea C.
En el contexto de la celebración del «día de las madres» en varios países en mayo (en mi país, República Dominicana, el último domingo de mayo); varias veces he visto salir a relucir la expresión «mujer virtuosa», que aparece en Proverbios 31.10 (Reina Valera 1960 y otras).
En tal sentido, el Diccionario de la Real Academia Española define el adjetivo «virtuoso» (a) en la siguiente manera:
“Que se ejercita en la virtud u obra según ella”. Y entre sus sinónimos, menciona:
íntegro, honrado,
honesto, decente, bueno, bondadoso, ético, puro, moral.
Pero, ¿es una traducción acertada, «mujer virtuosa»?
La expresión hebrea detrás de la traducción «mujer virtuosa»
La expresión hebrea «éshet-jayíl» (Proverbios 31.10), consiste en una «cadena constructa» con valor adjetival, la cual ha sido traducida de diversas maneras en las versiones de la Biblia en español, por ejemplo:
«Mujer virtuosa» (RV 1960), «mujer hacendosa» (Nueva Biblia Española 1975 y La Biblia de las Américas), «mujer ejemplar» (Nueva Versión Internacional), «esposa virtuosa y capaz» (Nueva Traducción Viviente, La Versión Popular Dios Habla Hoy y La Reina Valera Actualizada 2015), «mujer ideal» (Biblia de Jerusalén 2019).
Ahora bien, ¿cuál es la idea que en realidad comunica la cadena constructa hebrea «éshet-jayíl»?
En primer lugar, como ya dijimos, «éshet-jayíl» consiste en una cadena constructa en la que el sustantivo en estado absoluto («jayíl») la determina, y funciona como un adjetivo o atributo del sustantivo «ishá» (mujer), pero a la manera hebrea: o sea, «mujer de fuerza: mujer fuerte», «mujer de vigor: mujer vigorosa», «mujer de capacidad: mujer capaz».
En segundo lugar, el «Diccionario bíblico hebreo-español» de Luís Alonso
Schokel, nos dice que de «jayíl» es una
palabra que se usa en distintos campos. Por ejemplo, en el campo militar,
significando: ejército, valor, baluarte. En el campo económico, significando:
riqueza, fortuna, bienes. Y en otros campos, como aquí, significando: fuerza,
poder, vigor, capacidad.
En consecuencia, la
cadena constructa «éshet-jayíl» en
esencia comunica la idea de “mujer de vigor” (mujer vigorosa), “mujer de fuerza
o fortaleza” (mujer fuerte, mujer capaz).
En tercer lugar, en lo que a la traducción griega (Septuaginta, Los LXX)
respecta, ésta tradujo la cadena constructa hebrea «éshet-jayíl» con la expresión «guináika andréian».
Ahora bien, la expresión griega «guináika andréian» constituye un
sintagma nominal (grupo sintáctico), que involucra a un sustantivo con un
adjetivo atributivo, en caso acusativo femenino singular.
La expresión «guináika andréian» (sustantivo con un adjetivo atributivo)
está compuesta por dos elementos: 1) el sustantivo «guiné» (mujer), en caso
acusativo singular, «guináika», y por el adjetivo «andréian» (caso acusativo
femenino singular, de «andréia») que literalmente significa: fuerte, vigorosa,
varonil (con la fuerza y capacidad del varón), diligente.
Por supuesto, vale destacar que el significado y las formas del adjetivo
«andréios» (masculino), «andréia» (femenino) y «andréion» (neutro), derivan del
sustantivo estrictamente de género masculino y de la tercera declinación: «anér»
(ser humano de sexo masculino, varón, esposo, marido).
Observación: Obviamente,
como sustantivo de la tercera declinación que es «anér» (varón), la morfología del
adjetivo «andréios» (masculino), «andréia» (femenino) y «andréion» (neutro);
derivan de la forma del caso genitivo singular de «anér», o sea, «andrós»: «del
varón».
En conclusión, la expresión y traducción griega «guináika andréian» va
en la misma línea de la cadena constructa hebrea «éshet-jayíl», o sea, significando: “mujer fuerte”, “mujer vigorosa”,
“mujer varonil” (con el vigor o la fuerza del varón); idea que, sin duda
alguna, es la que ponen de relieve los versículos 10 al 31 de Proverbios 31 (en
hebreo, una composición poética en forma de acróstico, en la que cada versículo
inicia con una palabra que inicia con la correspondiente letra del alefato
hebreo, en orden alfabético).
Una cadena constructa equivalente, pero referida al varón
Una cadena constructa similar a «éshet-jayíl» (cadena constructa adjetival) la sentido, una cadena
constructa hebrea equivalente, aunque haciendo referencia al varón, a varones, es
«ánshe jayíl», otra cadena constructa con valor adjetival, conformada por «ánshe»,
constructo plural de «ish» (varón, hombre), «varones de», y el mismo sustantivo
«jayíl», la encontramos, por ejemplo, en Génesis 47.6 (Reina Valera 1960: «hombres
capaces»), pero en Éxodo 18.21 y 25, la misma versión Reina Valera 1960 la tradujo:
«hombres de virtud».
Por cierto, en lo que a la clásica versión griega respecta, la cadena
constructa «ánshe jayíl» no fue traducida en Génesis 47.6, pero sí en Éxodos
18.21 y 25, y con la expresión «ándras dinátus».
Está conformada la expresión «ándras dinátus» por «ándras», el acusativo
plural de «anér» (varón), y por «dinatús», que es el caso acusativo masculino
plural del adjetivo «dinatós» (capaz, fuerte, poderoso).
Consecuentemente, la expresión «ándras dinátus» significa: varones u
hombres poderosos, capaces, fuertes.
La mujer «ideal» descrita con base en términos de rendimiento y resultados
puramente económicos
Al respecto se pronuncian Luís Alonso Schokel y J. Vílchez Lindes: “Lo
curioso de esa figura idealizada es la devaluación de la belleza y la ausencia
o el ocultamiento del amor… La mujer ideal ha de ser una buena inversión
económica. Este planteamiento comercial podrá sorprender y aun irritar a un
lector moderno; pero ante todo hay que intentar comprenderlo.”
Continúan Schokel y Vílchez diciendo: “Recordemos que en el Israel del
AT el matrimonio tiene su lado económico relevante: Jamor ofrece pagar el
precio de las vírgenes; David paga en prepucios de filisteos (1 Samuel
18.25). Después el marido está obligado a dar vivienda, vestido y alimentos a
la esposa (Éxodo 21.10). El aspecto económico del matrimonio está claro.
¿Bastará para compensar al marido con darle placeres e hijos? Sería mala
inversión; especialmente si el marido ha pagado un precio alto en el contrato
matrimonial. La buena ama de casa tiene que administrar bien y aumentar la
hacienda. Este criterio económico, comercial dirige el desarrollo del poema” («Proverbios»,
Ediciones Cristiandad,1984, página 524).
Luego, la relectura cristiana (y no cristiana) actual de Proverbios
31.10-31, debe ser consciente del contexto histórico vital de esta composición
poética, para evitar aplicar a la mujer “ideal” de hoy, sin más (sin matices,
sin hacer las salvedades de lugar) el perfil de la mujer descrita en Proverbios
31.10-31.
En todo caso, desde el campo de la traducción, en nuestra opinión, son
imprecisas y cuestionables las traducciones: «mujer virtuosa» (RV 1960 y otras),
«mujer ejemplar» (Nueva Versión Internacional), «esposa virtuosa y capaz»
(Nueva Traducción Viviente, La Versión Popular Dios Habla Hoy y La Reina Valera
Actualizada 2015), «mujer ideal» (Biblia de Jerusalén 2019); pero relativamente
mejor, la traducción «mujer hacendosa» (Nueva Biblia Española 1975 y La Biblia
de las Américas),
Finalmente, considerando que la mujer descrita en Proverbios 31.10-31 es
la persona del hogar primera en levantarse, pero la última que se acuesta
(versículos 15 y 18) que se pasa todo el día haciendo cosas por y para los
demás (como si no tuviera una vida propia, sino una simple existencia
instrumental, para satisfacer a los demás); pero en cambio, nadie parece hacer
algo por ella, para satisfacerla a ella); cabe preguntar si este es el tipo de
vida que la mujer de hoy anhela y desea para sí; además, si es justo considerar
que el estilo de vida de la mujer de Proverbios 31.10-31 es un parámetro justo
y adecuado para describir a la mujer ideal, ejemplar, a la mujer perfecta, la
recomendada y esperada por la reflexión teológica cristiana actual.
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