La lengua como sistema doblemente articulado, nociones de morfología


La lengua como sistema doblemente articulado

Nociones de morfología

Héctor B. Olea C.

La lengua es un sistema «doblemente articulado», porque sus dos principales unidades básicas (los fonemas y los morfemas) se articulan dos veces y en dos niveles diferentes.

Por un lado, está la articulación o combinación de las unidades mínimas carentes de significado, «los fonemas» (unidad fundamental del análisis fonemático).

Cada lengua posee un número fijo y determinado de «fonemas». Los fonemas son abstractos, pero se representan al nivel fónico por los sonidos lingüísticos y a nivel gráfico por las letras o grafías.

Los «fonemas» se combinan dando origen a los «morfemas» (unidad más pequeña dotada de significado, los «morfemas léxicos» o «lexemas», y los «morfemas gramaticales»).

En tal sentido, es preciso decir que toda palabra consiste en una «cadena fónica», o sea, una articulación, secuencia o combinación de fonemas, ya sea que esté conformada por uno o varios «morfemas» (es el morfema la unidad fundamental del análisis morfológico o morfemático).

Por otro lado, está la articulación o combinación de «morfemas» (articulación de morfemas), que explica la morfología o constitución interna de la palabra, y permite clasificarla como una «palabra monomorfemática» (constituida por un solo o único morfema) o «polimorfemática» (constituida por varios morfemas).

Por supuesto, cada lengua tiene características propias respecto de la articulación de los morfemas, o sea, respecto de la forma en que se articulan los morfemas.

Por ejemplo, mientras que en griego y español el artículo determinado, las preposiciones y las conjunciones (morfemas gramaticales independientes) siempre se emplean como «morfemas independientes» (que aparecen solos en el discurso, que no aparecen unidos a otro morfema, lexical o gramatical).

Sin embargo, en hebreo y arameo el artículo determinado, algunas preposiciones y algunas conjunciones funcionan como «morfemas gramaticales dependientes», o sea, que aparecen unidos a otro morfema, como si fueran elementos constitutivos propios del lexema o morfema lexical de la palabra respectiva.

En tal sentido, a manera de ilustración, en una imagen anexa, voy a analizar la constitución fonemática (análisis fonemático) y morfemática (análisis morfológico) de la palabra hebrea «ve-ja-árets» (y la tierra), y de su traducción al griego y al español (que aparece en Génesis 2.1).

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