Enseñar latín en relación al griego tiene sus ventajas, cuestiones de lingüística, gramática y traducción


Enseñar latín en relación al griego tiene sus ventajas

Cuestiones de lingüística, gramática y traducción

Héctor B. Olea C.

Por lo general, se entiende que, al introducir a un grupo de personas en el estudio de una lengua distinta a la materna, será precisamente la lengua materna del estudiantado la que ha de utilizar el profesor o profesora para crear puentes y hacer más comprensible los aspectos estudiados en esa segunda o tercera lengua objeto de estudio.

Sin embargo, para el curso que estoy impartiendo, «Aprenda a leer latín» (un curso introductorio, de tres meses, y en desarrollo), me ha resultado genial emplear el griego para establecer puentes con el latín, y no el español.

Por supuesto, porque al estudiantado en cuestión ya le había enseñado griego (cásico y koiné), y por las cosas que tienen en común el latín y el griego, en la flexión nominal, como en la flexión verbal.

Por ejemplo, tanto el griego como el latín tienen una declinación nominal flexiva, o sea, que en ambas lenguas los sustantivos y demás palabras sujetas a la flexión nominal, que se declinan (sustantivos, adjetivos, pronombres, etc.) indican los casos mediante una desinencia o morfema flexivo propio para cada caso (cosa que no ocurre en el español).

Consecuentemente, siguiendo con la flexión nominal, es preciso decir que el griego tiene tres declinaciones, y el latín cinco.

Y en relación a la forma en que se colocan los sustantivos en el diccionario (la forma léxica), tanto el griego como el latín emplean el caso nominativo singular (según el género y la declinación a la que pertenezca).

Además, en griego como en latín, el caso genitivo es la marca flexional que permite situar a un sustantivo en una declinación específica.

En otras palabras, es por medio del caso genitivo que sabemos a qué declinación pertenece un sustantivo, en griego y en latín, elemento ajeno al español.  

Por otro lado, en relación a la flexión verbal o conjugación, tanto en griego como en latín, los verbos son colocados en el diccionario (su forma léxica) en la primera persona del singular, voz activa, modo indicativo, y no como en español, en el infinitivo simple.

Pero como ha dicho muchas veces antes, es en la conjugación o flexión verbal donde hay más similitud entre el griego y el español, porque el español tiene una flexión verbal completa (flexiva), o sea, que coincide con el griego y el latín en que un tema verbal recibe unos morfemas flexivos para indicar las categorías accidentales del verbo, los accidentes gramaticales del verbo (tiempo, persona, número, modo, voz, etc.).

En tal sentido, es preciso decir que el latín tiene cuatro conjugaciones, el griego dos, y el español tres.

A propósito de nuestro curso de «gramática española aplicada», que inicia el jueves 3 de octubre, el curso de «griego koiné» (bíblico), desde cero, que inicia el viernes 4 de octubre, y del «diplomado sobre el participio griego», que inicia el sábado 5 de octubre.

Y muy a propósito de nuestro «curso de latín clásico» (un año de duración), desde cero, que inicia en el mes de julio del próximo año.

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