Importancia del análisis estadístico en la exégesis bíblica
Un caso concreto
Héctor B. Olea C.
La importancia del análisis estadístico para la exégesis bíblica, consiste en que permite constatar, con una facilidad asombrosa, la veracidad o falsedad de ciertas afirmaciones relativos a la tradición textual bíblica.
Por ejemplo, recientemente, en virtud de la publicación de mi más reciente artículo (sobre la traducción de la frase «monoguénes zéos» en Juan 1.18), un contacto, hermano, amigo y alumno, tuvo a bien poner de relieve una muy errada afirmación que escuchó de la boca de una persona identificada como «apologista».
En tal sentido, según el referido apologista, la palabra (adjetivo) «monoguenés» sólo se usa en la tradición textual bíblica, para identificar a Jesús, en relación a Jesús, como atributo cristológico.
Sin embargo, lo erróneo de esta afirmación sale a flote y de inmediato, cuando analizamos estadísticamente la presencia de la palabra «monoguenés» en la Septuaginta y en el Nuevo Testamento Griego.
En efecto, la palabra «monoguenés» se encuentra en la Septuaginta (la clásica versión griega de la Biblia Hebrea) en catorce (14) ocasiones, entre estas: Jueces 11.34; Oda 14.13; Salmo 21.21 (BH 22.21); 24.16 (BH 25.16); 34.17 (BH 35.17); Salmos de Salomón 18.4; Sabiduría de Salomón 7.22; Tobías 3.15; 6.11 (recensión corta, códices Vaticano y Alejandrino); 6.15 (recensión larga, códice Sinaítico); 8.17 (tanto en recensión larga como en la recensión corta).
Y de estas, en la única ocasión en que se hace referencia a Jesús (atributo cristológico) es en la Oda 14.3 (14.10, una Oda derivada o procedente del Evangelio de Lucas, y que forma parte de un conjunto de 14 Odas de las cuales Orígenes da testimonio en el siglo III d.C.), cito:
«Señor, Rey, celestial, Dios, Padre todopoderoso, Señor, Hijo Unigénito, Jesucristo» (La Biblia griega, Septuaginta, Sígueme).
Por otro lado, en cuanto al Nuevo Testamento Griego, el adjetivo «monoguenés» se encuentra presente en nueve (9) ocasiones, en la siguiente manera.
En cuatro ocasiones hace referencia al alguien que no es Jesús, o sea, que no es un atributo cristológico: Lucas 7.12 (haciendo referencia al hijo de la viuda de Naín); Lucas 8.42 (haciendo referencia a la hija de Jairo); Lucas 9.38 (haciendo referencia a un muchacho o joven endemoniado); Hebreos 11.17 (haciendo referencia a Isaac, el hijo de Abraham).
Luego, los cinco textos del Nuevo Testamento en los cuales «monoguenés» hace referencia a Jesús, y aparece como un atributo cristológico, son: Juan 1.14, 18; 3.16, 18; 1 Juan 4.9.
Entonces, a la luz del análisis estadístico del adjetivo «monoguenés» en la Septuaginta y en el Nuevo Testamento Griego, es a todas luces erróneo afirmar que el adjetivo «monoguenés» sólo se usa, por lo menos en el Nuevo Testamento Griego (y ni siquiera en el Nuevo Testamento Griego), siempre haciendo referencia a Jesús, como atributo cristológico.
Por otro lado, una afirmación imbatible es que el adjetivo «monoguenés» todas las veces que aparece en la literatura juanina (joánica), cinco veces en total (cuatro en el Evangelio y una en la 1era epístola), se usó estrictamente haciendo referencia a Jesús, como un atributo cristológico.
Por supuesto, de la misma manera en que el análisis estadístico permite establecer con propiedad el uso del adjetivo «monoguenés» en la tradición bíblica griega; así también ha demostrado ser un instrumento valioso en el análisis de otros aspectos y temas relacionados con la tradición textual bíblica, con el vocabulario bíblico (de la Biblia Hebrea y del Nuevo Testamento Griego).
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