«Dios mío», «Dios mío», ¿nominativo o vocativo? Nociones de hebreo clásico y de griego (clásico y koiné)



«Dios mío», «Dios mío», ¿nominativo o vocativo?

Marcos 15.34 y Mateo 27.46 en el centro de esta cuestión

Nociones de hebreo clásico y de griego (clásico y koiné)

Héctor B. Olea C.

De entrada, debo aclarar que en esta ocasión no es mi interés abordar la tradicional discusión respecto de las distinciones entre «elí», o «eloí» (cuestión que ya he abordado antes, además en el texto griego, tanto Marcos como Mateo emplean la forma «lemá», y no «lamá»); sino más bien la forma griega empleada por Marcos y Mateo para traducir dichas expresiones.

En primer lugar, Marcos 15.34 emplea el sustantivo «zeós» (Dios) en caso nominativo singular, con el artículo determinado, más el caso genitivo del pronombre personal de la primera persona del singular, dos veces, o sea, «jo zeós mu», «jo zeós mu».

En segundo lugar, Mateo 27.46, por el contrario, emplea el caso vocativo singular del mismo sustantivo «zeós» más el caso genitivo del pronombre personal de la primera persona del singular, dos veces, o sea, «zeé mu», «zeé mu».

Ahora bien, puntualiza la profesora Inmaculada Delgado Jara, que ya en el griego clásico el caso nominativo con el artículo determinado había comenzado a sustituir al caso vocativo, pero que este uso se fue incrementando en la koiné bíblica (LXX y Nuevo Testamento Griego), por la influencia del hebreo clásico, que emplea un sustantivo con el artículo determinado para expresar el vocativo («Gramática griega del Nuevo Testamento II, sintaxis», página 21, Verbo Divino, 2023).

Por supuesto, también se expresa el vocativo en hebreo y arameo, cuando una forma nominal (sustantivo o palabra sustantivada) aparece recibiendo una orden o mandato, con el modo imperativo (compárese Deuteronomio 6.4: «oye, Israel»).       

Sin embargo, no siempre la Septuaginta tradujo el vocativo hebreo empleando el caso nominativo con el artículo determinado.  

Por ejemplo, en 2 Samuel 14.4, la traducción «oh rey», corresponde al hebreo «jam-mélej», o sea, el sustantivo «mélej» (rey) más el artículo determinado.

Pero la Septuaginta, por su parte, tradujo este vocativo hebreo con «basiléu» (¡oh rey!), vocativo singular del sustantivo «basiléus» (rey).   

Además, en Daniel 2.31, texto en arameo, «malká» (¡oh rey!), el vocativo está expresado con el sustantivo «mélej» (rey) más el artículo determinado.

Y una vez más, la Septuaginta traduce el vocativo arameo «malká» (¡oh rey!), con «basiléu» (¡oh rey!), vocativo singular del sustantivo «basiléus» (rey).

Y en el Nuevo Testamento, en Lucas 8.54, como en Marcos 15.34, observamos el empleo del caso nominativo con el artículo determinado, o sea, «je páis» («je páis, égueire»: ¡niña, levántate!).    

En conclusión, tanto la redacción empleada por Marcos (el caso nominativo más el artículo determinado), como la redacción empleada por Mateo (el caso vocativo singular), son comprensibles y legítimas a la luz de la gramática griega.

Finalmente, como siempre, anexo dos imágenes donde ilustro gráficamente las ideas desarrolladas con estas breves líneas.

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