La forma de presentar los sustantivos en los léxicos hebreos


Unas observaciones pertinentes


Héctor B. Olea C.

Después de haber arrojado luz respecto de la forma distinta del castellano de presentar los verbos en los léxicos, diccionarios y vocabularios bíblicos hebreos y griegos; quiero ahora presentar algunas observaciones respecto de la forma de presentar los sustantivos en el hebreo.

Por lo general, los verbos y los sustantivos (o nombres) son los dos tipos de palabras que dominan la mayor parte del léxico de los idiomas bíblicos, como ocurre en castellano. Luego están los adjetivos, los adverbios, los determinantes (artículos, demostrativos, posesivos, numerales, indefinidos, interrogativos, exclamativos), las preposiciones, las conjunciones, las interjecciones.

Ahora bien, en virtud  de que algunos determinantes en castellano también pueden funcionar como como pronombres; es preciso tener en cuenta la siguiente observación: Cuando acompañan al sustantivo se consideran «determinantes»; cuando se usan en lugar del sustantivo, se consideran «pronombres».   

Luego, al momento de considerar el uso de un léxico, diccionario o vocabulario hebreo, la comprensión de la manera de presentar los sustantivos en dichos recursos, demanda que se comprendan y se tengan en cuenta ciertos factores.   

En primer lugar, los sustantivos en hebreo tienen género (masculino o femenino, no existe el género neutro en hebreo).

En segundo lugar, los sustantivos en hebreo tienen número (singular, plural, dual).

En tercer lugar, la terminación o desinencia que indica el género femenino de los sustantivos en hebreo.

En el idioma hebreo, los sustantivos femeninos por lo general tienen como desinencia distintiva la vocal «qámes», con el valor fonético de «a», y la letra «he» («je»), con la morfología de la «h» castellana, pero silente (que no se pronuncia). Esto así, a pesar de que por lo general, la letra hebrea «he» («je»), no es silente, y tiene el valor fonético de la «j» castellana. En suma, la desinencia conformada por la «qámes»+«he» («ah»), identifica al llamado «género femenino formal».

Además, en virtud de que la «he» («je»), de la desinencia del género femenino formal es muda o silente, en la transliteración fonética puede ahorrarse. Por ejemplo, la palabra «isháh» o «ishá»: mujer; y la palabra «javáh» o «javá»: aldea.

Por otro lado, cuando la «he» («je») tiene un calor consonántico, como consonante final de una palabra que debe ser pronunciada; aparece con un punto dentro (como el «daguesh»), llamado «mappiq». Por ejemplo, en la palabra «susáj»: caballo de ella (la «j» señala la presencia de la «he» («je») como consonante que debe pronunciarse.

Consecuentemente, en las palabras «isháh» (mujer) y «javáh» (aldea), la «he» («je») apunta a la presencia silente de la misma, sin el «mappiq», por lo que, insistimos, se la puede ahorrar en la transliteración fonética «ishá» (mujer) y «javá» (aldea).  

También es preciso tener presente que, como plantea Arie C. Leder en su obra «Introducción al hebreo bíblico», también y por lo general son desinencias del género femenino hebreo, la vocal «patáh» (con el valor fonético de la “a”, más la consonante «tav» (t), así como la vocal «segól»” (con el valor fonético de la “e”, igualmente seguida por la consonante «tav» (t).

Existen tres clases de sustantivos que igualmente son de género femenino y que no terminan en «qames+he» («ah», «a»), «patah+tav» («at»), ni «segol+tav» («et»). Estos sustantivos son caracterizados por Moisés Chávez (Hebreo Bíblico Texto Programado) como de «género femenino intrínseco».

Estas tres clases son:

1)    Los sustantivos que denotan el sexo femenino, como “madre” («’em»), y “asna”(«’atón»).

2)    Los que señalan los miembros del cuerpo que se representan en pares, como “mano” («yad»), y “pie” («réguel»).

3)    Los nombres de países y ciudades que se consideran madres de sus habitantes, como “Canaán” («kena‘án»), y “Jerusalén” («yerusaláyim»).

En cuarto lugar, la terminación o desinencia de los sustantivos hebreos de género masculino.  

Con relación al género masculino, por lo general, las palabras que no se ajustan a las reglas dadas respecto del género femenino, son de género masculino y de número singular.

En quinto lugar, observaciones en cuanto al número gramatical de los sustantivos en hebreo.

Con relación al número gramatical, diré que el singular y el plural son exactamente equivalentes al singular y plural del castellano. El número dual, que formalmente no existe en castellano, hace referencia a las partes del cuerpo que existen en pares, tales como ojos (los ojos), pies (los pies), manos (las manos), orejas (las orejas), brazos (los brazos).

Con relación a la desinencia formal de cada número, el plural de los sustantivos masculinos por lo general termina en «im», por ejemplo: «baním» (hijos), de «ben». El plural femenino por lo general termina en «ot», por ejemplo: «banót» (hijas), de «bat».

La desinencia del número “dual” es «yim», por ejemplo, el plural de la palabra «yad» (mano) es «yadót» (manos, varias manos), pero el dual es «yadáyim» (las dos manos).
    
De todos modos y, como siempre, hay sus excepciones. En primer lugar, hay sustantivos que son de género masculino, pero su forma plural es la misma que las del género femenino formal. Por ejemplo, la palabra “padre” (singular «’ab», su plural es «abót»: padres). En segundo lugar, hay sustantivos femeninos que tienen en el plural la morfología del género masculino. Por ejemplo, «nashím» (mujeres), plural de «ishá»: mujer. En tercer lugar, hay sustantivos masculinos que sólo existen con una forma plural. Por ejemplo, «jayím» (vida), «ne‘urim» (juventud. En cuarto lugar, hay sustantivos que sólo existen con la forma del número dual, aunque sin ninguna indicación de número, sin ninguna indicación de paridad. Por ejemplo, «máyim» (agua), y «shamáyim» (cielo).  

En suma:

1)    En los léxicos y diccionarios hebreos bíblicos, los sustantivos por lo general se presentan en su forma básica, en singular, ya sea de género masculino o femenino (ya hemos explicado las excepciones).

2)    Existe una forma sencilla de distinguir los verbos de los sustantivos, al consultar un léxico o diccionario. Por lo general estas obras identifican los verbos empleando la letra castellana «Q» (fuera o dentro de un paréntesis), apuntando a la conjugación hebrea «Qal», que es la conjugación básica y simple, equivalente al modo indicativo y voz activa del castellano (aunque como ya hemos dicho, en la tercera persona masculina, singular, en tiempo o estado perfecto).

3)    De todos modos, a veces, dependiendo el caso, se emplean algunas de las letras que se usan para indicar las demás conjugaciones derivadas y, dependiendo el nivel del diccionario, se agregan las conjugaciones derivadas, con los prefijos y sufijos correspondientes.

4)    Con relación específica a los sustantivos, por lo general (dentro o fuera de un paréntesis) se coloca el plural, en conformidad a las desinencias ya mencionadas, agregando (dependiendo el nivel del diccionario), los sufijos del nombre, los sufijos pronominales.    




¡Hasta la próxima!

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