La comunidad seguidora de Jesús, una comunidad de servidores



Introducción a la lectura del Nuevo Testamento Griego (curso virtual aquí)


Definitivamente un problema hermenéutico

Héctor B. Olea C.

La discusión en cuanto a si por ley se debe imponer la lectura de la Biblia en las escuelas públicas, en los niveles básico y medio, una vez más ha puesto de relieve tres tipos de dificultades relativas a una buena y acertada lectura hermenéutica (lectura actualizadora y productora de sentido) que caracteriza a un segmento del sector religioso nacional, específicamente un sector de la comunidad protestante y evangélica.

La primera dificultad: Un serio problema de comprensión respecto de cómo funciona una sociedad democrática (exégesis y hermenéutica social), en la cual, desde el punto de vista jurídico, ser cristiano (católico, o protestante y evangélico) no constituye una categoría antropológica, social y jurídica privilegiada.  


En tal sentido, es preciso poner de relieve el principio constitucional de que todas las personas nacemos libres y somos iguales ante la ley; por otro lado, que el aspecto religioso (el ser religioso, el confesar una determinada religión, la que fuere), en primer lugar, no legitima un trato discriminatorio, y en segundo lugar, tampoco legitima un trato privilegiado respecto del resto de la población (artículo 39, primer párrafo).

La segunda dificultad: Un serio problema respecto de cómo se plantea y se maneja el tema de la religión en el marco constitucional (exégesis y hermenéutica jurídicas).

En este sentido, conviene que las comunidades religiosas del país estén al tanto de lo que plantea el artículo 39 de la vigente constitución, en su numeral 1, cito:

“La República condena todo privilegio y situación que tienda a quebrantar la igualdad de las dominicanas y los dominicanos, entre quienes no deben existir otras diferencias que las que resulten de sus talentos o de sus virtudes”.

Por supuesto, tampoco ha de perderse de vista aquí, lo que plantea el artículo 45 de la Constitución vigente, cito:

“El Estado garantiza la libertad de conciencia y de cultos, con sujeción al orden público y respeto a las buenas costumbres”.

La tercera dificultad: Un serio problema de mala o falta de comprensión de ciertos textos bíblicos (exégesis y hermenéutica bíblica y teológica). En tal sentido, es preciso poner de relieve que para Jesús, el afán de señorío y de sacar ventaja, que siempre ha caracterizado a los que ejercen cierto protagonismo social, en los distintos grupos humanos (sociales), no habría de ser una marca del liderazgo de los que formaran parte de la comunidad de sus seguidores:

“Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así” (Mateo 20.25; Marcos 10.43-45; Lucas 22.25-27); consecuentemente, la comunidad de los seguidores de Jesús, habría de ser una comunidad de servidores, no una comunidad que se considerara digna y merecedora de privilegios.

“¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? (pregunta Jesús), Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve” (responde Jesús); así de sencillo.

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