Peculiaridades de los evangelios y nociones de morfosintaxis griega


Peculiaridades de los evangelios y nociones de morfosintaxis griega

Coincidencias y contrastes

Marcos 1.12; Mateo 4.1 y Lucas 4.1 en el centro de esta cuestión

Héctor B. Olea C.

Un estudio comparativo de los evangelios canónicos, considerando el texto griego de cada uno, pone de relieve muchas cosas interesantes, no sólo respecto de lo que se ha llamado «material propio» de cada evangelio, sino también en relación al material que tienen en común (textos paralelos).

En esta ocasión vamos a considerar las estructuras morfosintácticas empleadas por Marcos, Mateo y Lucas en los relatos de los cuarenta días de Jesús en el desierto, después de ser bautizado.

En primer lugar, Marcos emplea una estructura oracional en voz activa (construcción activa), una oración gramatical que tiene como núcleo del predicado (o «sintagma verbal predicado»), un verbo transitivo en verbo en voz activa, y en tiempo presente (presente histórico, en lugar de un tiempo histórico o secundario).

Por supuesto, en dicha estructura oracional la figura del Espíritu, al margen de cómo se la interprete, actúa como «agente» («sujeto agente»), y Jesús funciona como «objeto directo pronominal» (vía el pronombre personal anafórico «autón».

En segundo lugar, Mateo emplea una estructura oracional en voz pasiva (construcción pasiva), una oración gramatical que tiene como núcleo del predicado (o «sintagma verbal predicado»), un verbo transitivo en voz pasiva, y en tiempo aoristo primero (tiempo histórico o secundario).

Luego, en esta estructura oracional la figura del Espíritu, al margen de cómo se la interprete, actúa como «agente», como el responsable de la acción verbal, pero en forma de «complemento» («complemento agente»), y Jesús consiste en un «sujeto paciente» (un «sujeto» que no es «agente»).

En tercer lugar, Lucas, como Mateo, emplea una estructura oracional en voz pasiva (oración en construcción pasiva), una oración gramatical que tiene como núcleo del predicado (del sintagma verbal predicado) un verbo transitivo en voz pasiva, pero en tiempo imperfecto (tiempo histórico o secundario, pero con un valor aspectual distinto al del aoristo, primero o segundo).

En tal sentido, y, como en Mateo, en esta estructura oracional la figura del Espíritu, al margen de cómo se la interprete, actúa como «agente» (agencia personal o agencia no personal o instrumental), como el responsable de la acción verbal, pero también en forma de «complemento».

Por supuesto, también en la redacción de Lucas, Jesús consiste en un «sujeto paciente» (un «sujeto» que no es «agente»).

Luego, otros dos aspectos en los que los evangelistas de la tradición sinóptica se muestran divergentes en este contexto, son:

En primer lugar, Marcos no dice nada respecto del ayuno de Jesús en su estadía de 40 días en el desierto; tampoco plantea que fue llevado allí «para ser tentado por Satanás» (aunque allí era tentado por Satanás, estaba con las fieras, con los animales salvajes, pero los ángeles le servían).

En segundo lugar, Mateo sí plantea que, en su estadía de cuarenta días en el desierto, Jesús estuvo ayunando (cuarenta días y cuarenta noches); también afirma que fue llevado allí «para ser tentado», pero «por el diablo», no «por Satanás» (según Marcos).  

En tercer lugar, Lucas, por un lado, coincide con Marcos en no afirmar que Jesús fue llevado al desierto «para ser tentado», pero coincide con Mateo en emplear la figura de «el diablo», y no la figura de «Satanás» (como Marcos): «era tentado por el diablo».

Sin embargo, concuerda Lucas con Mateo en que, en su estadía en el desierto, Jesús no comió nada (estuvo ayunando).    

Finalmente, como siempre, anexo a una imagen con tal de ilustrar y hacer más comprensibles estas líneas.

Muy a propósito de nuestro «Curso de Griego Koiné (Bíblico)», desde cero, el primer año, que inicia el martes 4 de marzo, y a propósito del segundo año del mismo «Curso de Griego Koiné (Bíblico)», que inicia el sábado 5 de abril.

Modalidades: Online (en vivo y en directo vía Zoom) y virtual (en diferido, en forma asincrónica y personalizada).

¡Incluyen material de apoyo y certificado!

¡Inscripciones abiertas!

Información general, modalidades de pago y matriculación Aquí


 

Diplomado en lenguas bíblicas, online y asincrónico, iniciando en marzo


Nos complace anunciar una nueva presentación de nuestro «Diplomado en lenguas bíblicas» (hebreo, arameo y griego), un año de duración.

Un curso que proporciona una excelente introducción general y elemental, pero crítica y profesional a las tres lenguas bíblicas y a sus registros bíblicos. 

Un excelente curso dirigido al público general interesado, por diversas razones, en una introducción general, pero profesional de las lenguas bíblicas, a la Biblia Hebrea y a la koiné bíblica (Septuaginta, los LXX y el Nuevo Testamento Griego).  

Configuración: Tres módulos de cuatro meses cada uno, cada módulo dedicado a una lengua bíblica específica.

Primer módulo: «Nociones de hebreo clásico (bíblico) e introducción a la lectura y exégesis de la Biblia Hebrea (marzo a junio).

Segundo módulo: «Nociones de arameo clásico (bíblico) e introducción a la lectura y exégesis de la sección aramea de la Biblia Hebrea (julio a octubre).

Tercer módulo: «Nociones de griego koiné (bíblico) e introducción a la lectura y exégesis de la Biblia Griega (LXX y NTG), noviembre a febrero.

Día y horario: jueves 5:00 – 7:00 PM (República Dominicana, Puerto Rico; 4:00 – 6:00 PM Colombia y Perú; 6:00 – 8:00 PM Argentina y Chile. 

Inicio: jueves 6 de marzo.  

Modalidades: Online (en vivo y en directo vía Zoom) y virtual (en diferido, en forma asincrónica y personalizada).

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Traducción, exégesis y hermenéutica, algunas observaciones puntuales y necesarias


Traducción, exégesis y hermenéutica

Algunas observaciones puntuales y necesarias

Héctor B. Olea C.

Plantea Santiago Guijarro Oporto: “Explicar (exégesis) y comprender (hermenéutica) son dos términos acuñados por la hermenéutica moderna para describir las operaciones básicas del proceso de interpretación”

“El objeto propio de la explicación es, en efecto, el texto en su contexto, o, si se quiere, el mundo detrás del texto, y el mundo que está en el texto”.

“Consecuentemente, la tarea exegética queda reducida al estudio del texto en su con texto o, dicho de otra forma, al estudio detrás del texto y del mundo en el texto” («Metodología exegética del Nuevo Testamento», Salamanca: Sígueme, 2021, páginas 25 y 26).

Además, sugiere Guijarro que la exégesis se realiza con la ayuda de tres tipos de análisis:

“El análisis diacrónico, cuyo objetivo es reconstruir el proceso de formación del texto y las diversas etapas de su desarrollo o por las que ha pasado”.

“El análisis contextual, cuyo objetivo es reconstruir la situación vital en que nacieron los textos para comprender adecuadamente su sentido”.

“El análisis sincrónico, cuyo objetivo es el estudio del texto en su forma final, atendiendo a su dimensión literaria”.

“Consecuentemente, el objeto propio de la comprensión (hermenéutica), no es por tanto el texto en su contexto, sino aquello de lo que habla el texto, es decir, lo que está delante del texto, el mundo posible que el texto le propone al lector”.

Luego, “a diferencia de la exégesis (explicación) que se centra en el texto, la hermenéutica (comprensión) incluye necesariamente al texto, porque su objetivo es provocar un diálogo con aquello de lo que habla el texto”.

“Su objetivo no es pues, la intención del autor, ni la percepción que pudieron tener del texto sus destinatarios originales, ni siquiera aquello que el lector puede comprender hoy” (Obra citada, páginas 25 y 26).

En tal sentido, me parecen muy pertinentes las observaciones que, al respecto, plantea el profesor José Severino Croatto:

“Si toda lectura es producción de sentido, y se hace desde un lugar o contexto, resulta que lo verdaderamente relevante no es el «detrás» histórico de un texto –que por cierto no debe desecharse – sino su «adelante», a saber, lo que sugiere como mensaje pertinente para la vida del que lo recibe o busca. Como texto polisémico que es, su lectura es siempre exploradora”.

“El texto despliega hacia adelante un mundo de posibilidades que el lector hace sintonizar con su propio mundo («Hermenéutica bíblica», Argentina: Lumen, 2da edición, 1994, página 80).

Ahora bien, sugiere Guijarro: “Esta proyección de un mundo delante del texto sólo es posible cuando previamente se ha analizado con distancia y rigor metodológico el mundo detrás del texto y el mundo en el texto, pues esta explicación, que corresponde a la exégesis, es necesaria para descubrir ese mundo delante del texto con el que el intérprete entra en diálogo en el momento de la comprensión. De este modo, explicación (exégesis) y comprensión (hermenéutica) construyen dialécticamente el proceso de interpretación” (Obra citada, página 34).

Traducción bíblica

En virtud lo explicado respecto de la exégesis y la hermenéutica (en su concepción actual), pienso que debería ser obvio que la labor de la traducción bíblica está estrechamente ligada a la «exégesis»; pues su objetivo es proponer una traducción de los textos bíblicos que refleje de la mejor manera posible, de la manera más fiel posible, el sentido de los mismos en sus contextos vitales, en los contextos en que surgieron; y no la comprensión que de tales asuntos (de los que tratan los textos bíblicos) tienen hoy las distintas comunidades de fe que son expresiones diversas e irreductibles del cristianismo: católico, protestante (las llamadas iglesias históricas), evangélico, pentecostal, adventista, bautista, Testigos de Jehová, anglicano, etc., etc., etc.

En efecto, si hemos de insistir en que los textos bíblicos surgieron en unos contextos vitales propios y específicos, ajenos y distantes a los nuestros; lo lógico y natural es que los textos bíblicos reflejen las concepciones y cosmovisiones propias de los seres humanos de su tiempo, y no las nuestras; concepciones que deben ser reflejadas de la manera más fiel posible en las versiones o traducciones bíblicas.    

Después de todo, ningún autor de la Biblia escribió como miembro comprometido con las mencionadas expresiones del cristianismo, ni como una persona del siglo 21.  

Por supuesto, en nuestro caso, se espera que, por un lado, la traducción bíblica refleje de la mejor manera posible, lo más fiel posible, el significado de los textos bíblicos en sus contextos vitales; y, por otro lado, que se haga en el mejor español actual posible.  

En tal sentido, si una versión de la Biblia está dirigida al gran público latinoamericano, lo ideal sería que, por múltiples razones, se hiciera en conformidad al español latinoamericano.  

Finalmente, es muy lamentable que muchas de las críticas que se articulan en contra de la traducción de ciertos bíblicos concretos, se sustenten precisamente en que su traducción no refleja, no concuerda con las concepciones actuales de los asuntos que tratan dichos textos, a pesar de sí ser coherentes y consistentes con el sentido de dichos textos en sus respectivos contextos históricos vitales.

En suma, en lo personal, me siento seria y decididamente mente comprometido con la traducción bíblica que procura reflejar (de manera completa e íntegra, lo más fiel posible) lo que en verdad dicen los textos bíblicos en sus lenguas originales, y no lo que nos gustaría que dijeran; por supuesto, procediendo siempre con la más decidida honestidad intelectual, utilizando todos los recursos y peculiaridades de las lenguas bíblicas en sus tres aspectos: fónico, morfosintáctico y sémico.  

En honor a la verdad, pienso que hay que sospechar y estar en guardia frente a traducciones o propuestas de traducción que se muestran más comprometidas con las preocupaciones, concepciones y cosmovisiones actuales de las distintas comunidades cristianas contemporáneas (hermenéutica), que con poner de relieve el significado de los textos bíblicos en sus contextos históricos vitales (exégesis); sustentándose, además, en deficientes, sesgados o incompletos análisis morfosintácticos de los textos bíblicos en sus lenguas originales, y de sus contextos históricos vitales, así de sencillo.

¿Por qué sólo la mujer es concebida como «ayuda idónea» respecto del varón (Génesis 2.18, 20)?


¿Por qué sólo la mujer es concebida como «ayuda idónea»  respecto del varón (Génesis 2.18, 20)? ¿Por qué no se dice lo mismo del varón respecto de la mujer? ¿Cuál es el significado de la expresión hebrea «ézer kenegdó»?

Héctor B. Olea C.

Las respuestas a estas preguntas se obtienen mediante la consideración y análisis gramatical (morfosintáctico) del texto hebreo de Génesis 2.18 y 20.

En tal sentido es preciso decir que el texto hebreo detrás de la traducción: «haré una ayuda idónea para él» («le haré a él una ayuda idónea») es: «eeséj lo ézer kenegdó» (Génesis 2.18).

Análisis morfosintáctico de la expresión «eeséj lo ézer kenegdó»

El primer elemento de esta oración es «eeséj», el cual consiste en una forma verbal qal, en estado imperfecto o yiqtól (futuro en hebreo moderno), del verbo «asá», «la-asót» (hacer, crear, elaborar, etc.), y que tiene de sujeto a la primera persona común singular (masculina y femenina) «yo».

El segundo elemento es vital para comprender por qué sólo la mujer es considerada «ayuda idónea» respecto del varón.

Consiste, pues, este segundo elemento, en la preposición «le» que, en algunos casos señala el acusativo (objeto directo determinado, como en Génesis 1.5 en la expresión «laór»: «a la luz»), en otros casos el «caso dativo» (del «objeto o complemento indirecto», o del «complemento beneficiario» o «destinatario»), incluso el «caso genitivo», en el contexto de una construcción sintáctica que sustituye a una «cadena constructa», cuando el sustantivo que estaría en «estado constructo» en la cadena constructa, está sintácticamente relacionado con un sustantivo determinado.

En todo caso, es indiscutible que en Génesis 2.18 la preposición «le» señala el «caso dativo», que puede ser asumido como el «objeto» o «complemento indirecto» de la forma verbal «eeséj» (haré), o bien, como el complemento beneficiario o destinatario (para él).  

Luego, «lo» consiste en la preposición «le» con el sufijo pronominal de la tercera persona masculina singular, «él»: «le haré a él», «haré para él».

En consecuencia, la expresión «eeséj lo» en sentido estricto significa: «haré para él», «le haré a él» (al varón), jamás «haré para ella», «le haré a ella».

Y en relación a la palabra «ézer» (ayuda, apoyo, auxiliar), no tiene aquí ninguna implicación especial respecto de su uso general y ordinario en la Biblia Hebrea.

En consecuencia, baste decir que aquí «ézer» consiste en el «objeto» o «complemento directo» (indeterminado) de la forma verbal «eeséj».

Consecuentemente, la expresión «eeséj lo ézer», sencillamente significa: «le haré a él una ayuda» (un apoyo), «haré para él una ayuda» (un apoyo).

Sin embargo, una palabra o elemento de mucha importancia para las preguntas planteadas, lo representa el último elemento de la oración citada, «kenegdó», como la ya explicada preposición inseparable «le» con el sufijo pronominal de la tercera persona masculina singular (a él, para él).

Consiste, pues, la palabra «kenegdó» en una palabra compuesta (un sintagma) conformada por tres elementos o morfemas:

El primer elemento o morfema gramatical que compone a la palabra «kenegdó», es la preposición «ke», adherida a la preposición «négued» como prefijo, lo que le da el matiz de “semejante a”, “correspondiente a”, “conforme a”, “igual que”, “a la manera de”, “según”.

El segundo elemento o morfema gramatical base, lo constituye la preposición «négued», una preposición, la cual, en su forma simple (no compuesta) significa: “delante de”, “en presencia de”, “a la vista de”, incluso “opuesto”, “contrario”, contra” (“en contra de”), como en Job 10.17 (con el sufijo pronominal de la primera persona común singular (masculina y femenina), «yo»: «negdí»: “contra mí”, “en mi contra”).

El tercer elemento o morfema gramatical que también forma parte de la palabra «kenegdó», es el sufijo pronominal de la tercera persona masculina singular, o sea, el mismo sufijo pronominal que ya dijimos que tiene en la expresión en cuestión la preposición «le», o sea, «lo» (a él, para él).

Consecuentemente, la palabra «kenegdó» significa: “semejante a él”, “según él”, “correspondiente a él”, «conforme a él», «a la medida de él» (a su medida).

Luego, «ézer kenegdó» significa: “ayuda semejante a él”, “ayuda conforme a él”, “ayuda a su medida”.

En suma, la palabra «kenegdó» describiendo a la mujer como una «ézer» (ayuda), la señala como un recurso, una ayuda, un complemento diseñado en correspondencia y en conformidad al varón.

En consecuencia, es preciso decir que la idea de considerar a la mujer como «una ayuda creada para el varón y semejante al mismo, en conformidad al mismo», se sustenta en la premisa de que la mujer fue creada con posterioridad al varón, o bien, que el varón fue creado primero, premisa del relato de la creación de Génesis 2 en cuyo contexto se hace el planteamiento de Génesis 2.18 y 20 (compárese 1 Corintios 11.7, 8, 9, 12; 1 Timoteo 2.13).

Y en la misma línea y en el contexto del mismo relato, se sugiere, incluso, que el sustantivo o lexema hebreo «mujer» («ishá») deriva, precisamente, del sustantivo o lexema hebreo que señala al «hombre, al «varón», o sea, «ish».

Ahora bien, una forma en la que el texto de Génesis 2.18 habría apuntado al varón como “ayuda idónea” para la mujer, y a la mujer como el modelo, habría sido: 1) Dando por sentado que la mujer fue creada primero, y luego el varón; 2) Indicando que el sustantivo «ish» (varón) deriva de «ishá» (mujer), y no al contrario; 3) Empleando la preposición «le» con el sufijo pronominal de la tercera persona femenina singular («laj»: «para ella»); y 4) Empleando la expresión «kenegdáj», o sea, con el sufijo pronominal de la tercera persona femenina singular: «semejante a ella», «conforme a ella»).

Finalmente, llama la atención que Rashí interpretó la palabra «kenegdó» como «opuesta a él», en conformidad al sentido que tiene en Job 10.17, interpretación con la cual no concordamos.

La traducción griega (LXX) de la expresión hebrea «eeséj lo ézer kenegdó»

La clásica versión griega de la Biblia Hebrea, la Septuaginta (LXX), tradujo la expresión hebrea en cuestión en la siguiente manera: «poiésomen autó boézon kat-autón»: «Hagamos (modo subjuntivo y primera persona del plural) para él una ayuda conforme a él», «Hagámosle (modo subjuntivo y primera persona del plural) una ayuda a su medida». 

Luego, es evidente que la traducción griega (LXX) entendió a «kenegdó» en los términos de los resultados de nuestro análisis: «ayuda conforme a él» (“ayuda según él”, “ayuda que le corresponde a él”, “ayuda a su medida”).

Por supuesto, resulta obvio que la traducción al griego no favorece el punto de vista de Rashí, al emplear al traductor al griego el caso acusativo «boézon kat-autón» (ayuda conforme a él), y no el caso genitivo «boézon kat-autú» (ayuda en contra de él).

Por supuesto, en la misma manera en que lo hace la palabra hebrea «kenegdó», así también lo plantea la traducción griega «kat-autón», o sea, señala al varón como el modelo según el cual y en conformidad al cual se puso en existencia a la mujer, por lo menos según el punto de vista y teología del relato de creación de Génesis 2 (el llamado «relato yahvista»).

En conclusión, en palabras de Joachim Jeremías: “En conjunto, la situación de la mujer en la legislación religiosa está muy bien reflejada en una fórmula que se repite sin cesar: «Mujeres, esclavos (paganos) y niños (menores)»; la mujer, igual que el esclavo no judío y el niño menor, tiene sobre ella a un hombre como dueño, lo cual limita también su libertad en el servicio divino. Es por ello por lo que, desde el punto de vista religioso (como en general en todos los aspectos de la vida), se halla en inferioridad ante el hombre” («Jerusalén en tiempos de Jesús», Ediciones Cristiandad, 1980, página 386).

Finalmente, como siempre, con tal de ilustrar de la mejor manera estas líneas, anexo una imagen con el texto hebreo y griego de las frases en cuestión.

Muy a propósito de nuestro del segundo año de nuestro curso «Hebreo Clásico (Bíblico) en desarrollo, y del primer año del mismo curso «Hebreo Clásico (Bíblico), desde cero, que inicia el sábado 7 de junio.

Modalidades: Online (en vivo y en directo vía Zoom) y virtual (en diferido, en forma asincrónica y personalizada).

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Bautizados, ¿«con» o «en agua», o «con» o «en el Espíritu Santo»? Un caso concreto de evaluación de una versión de la Biblia


Bautizados, ¿«con» o «en agua», o «con» o «en el Espíritu Santo»? ¿Bautizados «en» y «con»?)

Un caso concreto de evaluación de una versión de la Biblia  

Héctor B. Olea C.

Tomando, pues, como base y punto de partida la versión Reina Valera 1960, podemos decir que hay seis pasajes en involucrados en esta problemática, los cuales establecen un contraste entre el bautismo de Juan el Bautista, y el bautismo de Jesús de Nazaret.

Estos son: Mateo 3.11; Marcos 1.8; Lucas 3.16; Juan 1.33; Hechos 1.5; 11.16.

Luego, como se podrá observar en la imagen que anexo a estas líneas, en el texto griego de los textos citados se empleó consistentemente el caso dativo.

Sin embargo, no hay consistencia en cuanto al hacer acompañar el caso dativo con la preposición griega «en» (usada sólo con el caso dativo), preposición que aparece 14, 316 veces en la Septuaginta, y 2, 752 («Diccionario del griego bíblico, Setenta y Nuevo Testamento», Amador Ángel García Santos, Verbo Divino, 2018), o 2, 757 veces en el Nuevo Testamento Griego («Guía para el estudio del griego del Nuevo Testamento», Bruno Corsani, Sociedad Bíblica de España, 1997). 

Por otro lado, si bien es cierto que la preposición griega «en» con el caso dativo puede expresar el llamado «dativo locativo», y que ese era su uso dominante en el griego clásico; no es posible perder de vista que en la llamada «koiné bíblica» es de uso común el empleo de dicha preposición, por supuesto, con el «caso dativo» (sin importar en género y el número) con un valor instrumental (para indicar la cosa, el instrumento o medio no personal utilizado por el agente o sujeto para realizar una determinada acción verbal).

En tal sentido, se ha explicado este uso en la koiné bíblica de la preposición griega «en», como el influjo del uso en hebreo y arameo de la preposición «be», que indica tanto la función locativa (en la palabra), como la función instrumental (con la palabra, por medio de la palabra).

En todo caso, a continuación, paso a analizar la traducción que propone la versión Reina Valera 1960 de las frases en cuestión en los textos mencionados, agregando unas series de observaciones que el lector ha de tomar en serio.   

En Marcos 1.8 tradujo «con», «con», a pesar de que en la segunda frase el texto griego empleó la preposición «en».

Comentario: Aquí parece que la Reina Valera 1960 comprendió bien el uso de la preposición griega «en» con su habitual uso instrumental con el caso dativo en la koiné bíblica.

En Mateo 3.11 tradujo «en», «en», como reflejando la presencia de la preposición griega «en», en ambas expresiones en el texto griego.  

Comentario: Aquí parece que la Reina Valera 1960 no comprendió bien el uso de la preposición griega «en» con su habitual uso instrumental con el caso dativo en la koiné bíblica, en una línea contradictoria y cuestionable a la luz de la acertada traducción que hizo de Marcos 1.8.

En Lucas 3.16 tradujo «en», «en», como en Mateo 3.11, a pesar de que Lucas 3.16 exhibe exactamente la misma redacción griega que Marcos 1.8.

Comentario: Aquí se esperaría que la Reina Valera 1960 propusiera una traducción consistente con Marcos 1.8 («con», «con»), pues el texto griego de Lucas 3.16 exhibe precisa y exactamente la misma redacción que el texto griego de Marcos 1.8.

En Juan 1.33 la Reina Valera 1960 tradujo «con», «con», precisamente como en Marcos 1.8, a pesar de que el texto griego de Juan 1.33 más bien exhibe la misma redacción que el texto griego de Mateo 3.11, a excepción de no agregar la palabra «fuego».

Comentario: Aquí, la consistencia esperada, demandaría que la Reina Valera exhibiera la misma traducción que propuso para Mateo 3.11, en virtud de que la redacción del texto griego de Juan 1.33, en cuanto al uso de la preposición griega «en», en ambas frases, es la misma que exhibe el texto griego de Mateo 3.11, y no la de Marcos 1.8.

En Hechos 1.5 la Reina Valera 1960 tradujo «con», «con», exactamente como en Marcos 1.8. Por supuesto, exhibe el texto griego de Hechos 1.5 la misma redacción que el texto griego de Marcos 1.8.

Comentario: Aquí se muestra consistente la Reina Valera 1960 al proponer para Hechos 1.5 la misma traducción que propuso para Marcos 1.8, en virtud de que el texto griego de Hechos 1.5 y de Marcos 1.8 exhiben la misma redacción.

En Hechos 11.16 la Reina Valera 1960 tradujo, «en», «con», de manera muy cuestionable e inconsistente, de manera contraria a como lo hizo en Marcos 1.8 y Hechos 1.5. Esto así en virtud de que el texto griego de estos tres pasajes exhibe exactamente la misma redacción

Comentario: Aquí se esperaría que la Reina Valera 1960 tradujera a Hechos 11.16 en la misma forma en que tradujo a Marcos 1.8 y a Hechos 1.5, pues el texto griego de estos tres pasajes exhibe la misma redacción.

Por supuesto, con tal de ilustrar de la mejor manera estas líneas, anexo una imagen con el texto griego de las frases en cuestión en los textos bíblicos objeto de estudio en este análisis.

Finalmente, como espero haber demostrado, la evaluación de la propuesta de traducción de alguna versión de la Biblia (la que fuere), demanda mucho más que el tener ciertos prejuicios, a favor o en contra, respecto de dicha versión, así como mucho más que una simple introducción elemental de la lengua bíblica de que se trate.

Muy a propósito de nuestro curso «Construcciones sintácticas griegas complejas, y precisiones del vocabulario del N.T. Griego», que inició la semana pasada (y para el cual todavía estás a tiempo), a propósito de nuestro «Curso de Griego Koiné (Bíblico)», desde cero, el primer año», que inicia el martes cuatro de marzo, y del segundo año de nuestro «Curso de Griego Koiné (Bíblico)», que inicia el sábado 5 de abril.

Modalidades: Online (en vivo y en directo vía Zoom) y virtual (en diferido, en forma asincrónica y personalizada).

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Otra vez sobre la voz media griega, estudio de un caso (Juan 14.3), a manera de ilustración


Otra vez sobre la voz media griega

Estudio de un caso (Juan 14.3), a manera de ilustración

Héctor B. Olea C.

En un artículo anterior estuvimos puntualizando el sentido de la llamada «voz media» griega.

Pero también pusimos de relieve que no siempre que en el texto griego haya una forma verbal con la morfología de la «voz media pasiva» (presente, imperfecto, perfecto y pluscuamperfecto), o estrictamente de la «voz media» o estrictamente de la «voz pasiva» (aoristo y futuro); está presente el sentido de la «voz media» griega (acción que el sujeto realiza en su particular interés, y en algunos casos y verbos una acción reflexiva).

Y esto así, por la existencia de los llamados «verbos deponentes» (verbos que no emplean «formas activas», sino simplemente formas «medias pasivas», formas estrictamente «medias», o estrictamente «pasivas», pero con el sentido de la «voz activa»), y por la existencia de los «verbos semideponentes» (verbos que no son «deponentes» en su forma léxica (luego, en el tiempo presente y en el tiempo imperfecto), pero que sí son «deponentes» en otro tema temporal o tiempo, por lo general, en el futuro.

Consecuentemente, en este breve artículo nos hemos propuesto considerar un texto específico del Nuevo Testamento donde está presente 1) una forma verbal «pasiva deponente» (forma verbal «deponente», pero que no emplea la forma de la «voz media», sino estrictamente de la «voz pasiva»); 2) una forma verbal «media pasiva deponente» (forma verbal común a la voz media y a la voz pasiva); y 3) una forma verbal «semideponente» (deponente en el futuro, empleando la forma estrictamente de la «voz media» (voz media deponente).

Consecuentemente, las tres referidas formas verbales tienen el sentido de la voz activa, y así, acertadamente, se han traducido.

El texto que será objeto de nuestro análisis o estudio es Juan 14.3.

Por supuesto, con tal de ilustrar de la mejor manera estas líneas, anexo una imagen con las observaciones y consideraciones de lugar, incluyendo las formas griegas.

Muy a propósito de nuestro curso «Construcciones sintácticas griegas complejas, y precisiones del vocabulario del N.T. Griego», que inició el pasado miércoles (y para el cual todavía estás a tiempo), de nuestro «Curso de Griego Koiné (Bíblico)», desde cero, el primer año», que inicia el martes cuatro de marzo, y del segundo año de nuestro «Curso de Griego Koiné (Bíblico)», que inicia el sábado 5 de abril.

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Nuestra oferta académica para marzo a julio, cursos profesionales de las lenguas bíblicas


Nos complace reiterar nuestra oferta académica de cursos online (en vivo y en directo vía Zoom) para los meses de marzo a julio.

Por otro lado, insistimos en poner de relieve que todos nuestros cursos están dirigidos al público general, al margen de su confesión o creencia religiosa, o de su increencia o falta de compromiso con corriente teológica o confesional alguna; pero seriamente interesado y comprometido con el estudio libre y profesional y de las lenguas bíblicas.        

En fin, es el IDCB el lugar donde el creyente (de la confesión que fuere) y el no creyente pueden coincidir y juntos lograr una excelente formación académica en el campo de las lenguas bíblicas, para posteriormente aplicarla al particular campo de su interés personal.

Es preciso insistir también en que toda nuestra oferta académica siempre está disponible, durante todo el año, año por año, en la modalidad virtual o asincrónica (mediante clases grabadas).

Por supuesto, también ofrecemos clases personalizadas, tutoriales y de acompañamiento (al ritmo que necesite el estudiante), para las personas que estén desarrollando o participando de algún programa de formación académica y sientan la necesidad de un acompañamiento profesional garantizado.

Finalmente, también tenemos soluciones en el campo de las lenguas bíblicas para las instituciones que pudieran necesitar de nuestros servicios.   

Información general, modalidades de pago y matriculación Aquí


 

 

 

 

La voz media griega versus las construcciones medias del español, nociones de morfosintaxis griega


La voz media griega versus las construcciones medias del español

Nociones de morfosintaxis griega

Héctor B. Olea C.

Como prometí en un artículo anterior, abordo en estas líneas la llamada «voz media» griega, una de las tres voces del sistema verbal griego (activa, media y pasiva).

Anteriormente había puntualizado que el concepto de «voz activa» es el mismo en griego y en español, indicando que el sujeto de la oración es un «sujeto agente», o sea, el responsable de la acción verbal (de un verbo transitivo como de un verbo intransitivo).

Ejemplos: Carlos estudia (transitivo) griego. María camina (intransitivo) en el parque.

Lo mismo ocurre con la llamada «voz pasiva» que, tanto en griego como en español, indica que el sujeto es «paciente» (no es agente, no es responsable de la acción verbal), por lo que el responsable de la acción verbal es más bien un «complemento» (complemento agente).

Por supuesto, mientras que en griego la «voz pasiva» es ante todo un accidente gramatical del verbo que se pone de manifiesto en la estructura interna misma del verbo (morfología), si bien con implicaciones sintácticas; en español es más bien una cuestión de estructura o construcción sintáctica (construcciones pasivas, perifrásticas o reflejas).

Ejemplo: Carlos (sujeto paciente) fue visitado por sus amigos (complemento agente). Se visitó a Carlos (pasiva refleja).

Pero también tiene el español las llamadas «construcciones medias», definidas por la Nueva gramática de la lengua española como: “oraciones intransitivas que expresan cambios de estado o procesos experimentados por un sujeto que no ejerce control directo sobre ellos. Se forman con verbos pronominales (Los campos se secan, los enfermos se curan) o no pronominales (La hierba crece, la leche hirvió)”.

Sin embargo, en griego (clásico y koiné), la «voz media griega», presupone, por un lado, la presencia de un verbo transitivo (y el sujeto es «agente»), por otro lado, que el sujeto realiza la acción en su particular interés o beneficio (María compró un libro para ella), y en unos pocos verbos expresa una «acción reflexiva» (con verbos transitivos por necesidad), tipo de acción que tiene por objeto o complemento directo al mismo sujeto (María se cuida, Carlos se lava los pies).

Además, con relación a la morfología de la «voz media», es preciso decir que en dos de los cuatro temas temporales del sistema verbal griego la morfología de la voz media y la voz pasiva es la misma (presente y perfecto), y en cuatro de los seis tiempos principales del sistema verbal griego (presente, imperfecto, perfecto y pluscuamperfecto).

Pero en otros dos temas temporales del sistema verbal griego (clásico y koiné) una es la morfología para la «voz media» y otra es la morfología estrictamente para la «voz pasiva» (aoristo y futuro), y en dos de los principales seis tiempos del sistema verbal griego (aoristo primero o segundo, y futuro).

Consecuentemente, no es cierto, como erróneamente piensan algunos, que la «voz media» griega y las «construcciones medias» del español sean sinónimas, equivalentes.

Y en lo que al análisis morfosintáctico en griego se refiere, no es posible perder de vista que en dos de los cuatro temas temporales del sistema verbal griego (presente y perfecto), así como en cuatro de los tiempos del sistema verbal griego (presente, imperfecto, perfecto y pluscuamperfecto) la morfología de la «voz media» y la morfología de la «voz pasiva es la misma.

Pero que en los otros dos temas temporales y tiempos del sistema verbal griego (aoristo y futuro), una es la morfología de la «voz media» y otra la morfología de la «voz pasiva».

Además, es preciso tener en cuenta que hay un grupo de verbos que emplean la morfología de la voz media o pasiva, pero con el sentido de la voz activa (verbos deponentes en su forma léxica).

Y los verbos «semideponentes», verbos que no son «deponentes» en su forma léxica (que no emplean formas medias pasivas con el sentido de la voz activa en el presente y en el imperfecto), pero sí emplean formas medias o pasivas en otros tiempos, por lo general en el futuro) con el sentido de la «voz activa».

Pero tampoco es posible perder de vista el hecho de que hay algunos verbos que no son «deponentes», pero que tienen un significado en la voz activa, y otro en la voz media.

Por supuesto, todo tiene serias e indiscutibles implicaciones para el análisis morfosintáctico, comprensión y traducción de formas verbales y construcciones oracionales tanto en textos del griego clásico, como en textos de la koiné bíblica (LXX y Nuevo Testamento Griego).

Como siempre, adjunto una imagen a manera de ilustración.

Muy a propósito de nuestro curso «Construcciones sintácticas griegas complejas, y precisiones del vocabulario del N.T. Griego», que inició ayer (y para el cual todavía estás a tiempo), y de nuestro «Curso de Griego Koiné (Bíblico)», desde cero, el primer año», que inicia el martes cuatro de marzo.

Modalidades: Online (en vivo y en directo vía Zoom) y virtual (en diferido, en forma asincrónica y personalizada).

¡Incluyen material de apoyo y certificado!

¡Inscripciones abiertas!

Información general, modalidades de pago y matriculación Aquí


«Curso de Griego Koiné (Bíblico)» desde cero, online y virtual iniciando en marzo


Para las personas que no desean esperar a junio, e interesadas en la modalidad online (en vivo y en directo)

Se nos ha presentado la oportunidad de ofrecer, en marzo, una nueva sesión de nuestro ya conocido y establecido «Curso de Griego Koiné (Bíblico)», desde cero, el primer año», un estudio completo, crítico, académico, profesional y aconfesional del idioma original del Nuevo Testamento.  

El curso ideal para las personas que aspiran a mucho más que a una simple introducción elemental a la lengua original del Nuevo Testamento, y para las personas que tienen la meta de ser docentes de griego, de estudios bíblicos en el campo del Nuevo Testamento y, en general, para las personas interesadas en el estudio crítico de los textos del Nuevo Testamento.    

Día y horario: martes 8:00 – 10:00 PM (República Dominicana, Puerto Rico; 7:00 – 9:00 PM Colombia y Perú; 9:00 – 11:00 PM Argentina y Chile. 

Modalidades: Online (en vivo y en directo vía Zoom) y virtual (en diferido, en forma asincrónica y personalizada).

Inicio: martes 4 de marzo.

¡Incluye material de apoyo y certificado!

¡Inscripciones abiertas!

Información general, modalidades de pago y matriculación Aquí


 

La cuestionable interpretación de Watchman Nee de Génesis 2.7 Una vez más sobre cuestionables, pero convenientes conclusiones teológicas


La cuestionable interpretación de Watchman Nee de Génesis 2.7

Una vez más sobre cuestionables, pero convenientes   conclusiones teológicas

Una observación crítica a la luz de la Biblia Hebrea y la Septuaginta (versión griega)

Héctor B. Olea C.

Ciertamente en el texto hebreo de Génesis 2.7, en la expresión «aliento de vida», la palabra que se ha traducido «vida», está en plural desde el punto de vista formal (con la desinencia o morfema gramatical del número plural); pero este hecho tiene una explicación y no es precisamente la que le dio el muy conocido y ya fallecido (en 1972) escritor cristiano y de nacionalidad china Watchman Nee (tricotomista), en su famosa obra «El hombre espiritual», como base para su teoría antropológica del ser humano como un ser tricotómico.

Consideremos, pues, lo que textualmente dice Nee: “El original de la palabra «vida» en «aliento de vida» es «chay» («jay») y está en plural. Esto puede referirse al hecho de que el soplar realizado por Dios produjo una vida doble, anímica y espiritual” (página 25, los tres tomos en I, publicado por CLIE en el año 2005).

Ahora bien, al margen de la cuestionable teoría de Watchman Nee, lo cierto es que la palabra «jayyím» puede ser asumida como el plural masculino de la palabra «jay» (adjetivo: vivo, viviente, con vida, crudo, sano, fértil, fecundo; sustantivo: vida).

Pero también puede ser asumida como el sustantivo «jayyím» (vida), con un plural inherente o «pluralia tantum» (sustantivo que sólo se usa en plural), o sea, como uno de los sustantivos que sólo se emplean en plural, pero sin ninguna indicación estricta a la pluralidad en el referente.

Un ejemplo del uso de «jay» como adjetivo, y en plural, lo encontramos en Números 16.30, detrás de la traducción «descendieren vivos (estando vivos) al Seol».

En esta frase, la palabra «vivos» es la traducción de «jayyím», plural de «jay», y debe asumirse como tal, como adjetivo plural masculino, pues hace referencia al sujeto de la forma verbal «ve-yaredú» (en estado perfecto, de la tercera persona masculina o femenina plural, aquí como de la tercera persona masculina plural: “ellos”).

Por su parte, la Septuaginta o versión griega tradujo la frase hebrea « ve-yaredú jayyím» con la frase «kai katabésontai zóntes». Esta frase o expresión está  compuesta por la conjunción «kai» (“y”), por la forma verbal «katabésontai» (en tiempo futuro, tercera persona plural, como forma verbal de un verbo deponente: “descenderán”), y por el participio adjetival «zontes» (en tiempo presente, voz activa, en caso nominativo masculino, plural del verbo «záo», «vivir», «yo vivo»).

Consecuentemente, la frase griega «kai katabésontai zóntes» debe traducirse “descenderán vivos”, “descendieren vivos”.

Además, Moisés Chávez («Hebreo bíblico, texto programado», tomo I, página 141) pone de relieve que «jayyím» (como sustantivo, no como adjetivo) debe ser asumido como uno de esos sustantivos que sólo se usan en plural (con adjetivos en plural), plural de intensidad, pero sin ninguna indicación de pluralidad en el referente.

Por otro lado, para tener una idea más amplia y precisa de la situación o problema planteado, es preciso considerar también la palabra hebrea «níshmat», palabra que junto a «jay» conforma la frase traducida en muchas versiones como «aliento de vida», por ejemplo, en la Reina Valera 1960 y en la Biblia de Jerusalén 2018 (quinta edición).

Pues bien, resulta que la palabra «níshmat» (constructo singular de «neshamá») en Génesis 2.7, constituye junto a «jayyím» una cadena constructa o smijút («níshmat jayyím» que debe ser traducida «aliento de vida».

Luego, según nuestro punto de vista, la palabra «jayyím» en Génesis 2.7 deber ser asumida como un sustantivo con plural inherente, y no como el masculino plural de la palabra «jay» (como adjetivo). 

Consecuentemente, la expresión hebrea «nishmát jayyím» (una cadena constructa o smijút) debe ser traducida «aliento de vida».

Además, y, en tal sentido, una pista que favorece nuestro punto de vista es la forma en que la versión griega (Septuaginta, LXX) tradujo la frase o smijút «níshmat jayyím», como «pnóen zoés» («aliento o espíritu de vida»).

Aquí, la palabra griega «zoés» (genitivo femenino singular: de vida), es la traducción exacta y por equivalencia formal de la palabra hebrea «jayyím» (de vida).

De todos modos, en caso de asumir a «jayyím» como el estado absoluto plural de del adjetivo «jay» (vivo, viviente, con vida, crudo, sano, fértil, fecundo), tampoco esta opción favorece la interpretación de Nee, pues su traducción debe ir en la siguiente línea: «aliento de seres vivos», «aliento de los seres vivientes» (aliento del que tienen los seres vivos).

En suma, como se puede ver, es claro que la interpretación que hace Watchman Nee de la palabra «jayyím» en Génesis 2.7, por un lado, es muy cuestionable, y, por otro lado, pone en evidencia un manejo muy deficiente de la morfosintaxis de la principal lengua original y dominante de la Biblia Hebrea o Tanaj (el AT hebreo).

Sin duda, no asumió Nee, las posibilidades que ofrece la gramática del hebreo bíblico para interpretar el plural «jayyím»; y tampoco tomó en cuenta la pista sugerida por la Septuaginta.    

Por supuesto, manejos de los idiomas originales como el de Nee abundan mucho y han resultado ser el fundamento y supuesta base para decir muchas cosas respecto de los textos bíblicos (como convenientes conclusiones teológicas) que en realidad no son más que desaciertos y hasta manipulaciones de los textos bíblicos en sus idiomas originales.

En todo caso, sólo teniendo el privilegio de leer los textos bíblicos en sus idiomas originales, pero con una seria y consistente actitud crítica, autocritica (desprovistos de una actitud servil frente a las distintas teologías sistemáticas o dogmáticas, caracterizada por la decidida preocupación de proponer «cuestionables», pero «piadosas y convenientes conclusiones teológicas») puede permitir el estar al tanto y poder juzgar con propiedad interpretaciones y deducciones tan cuestionables como la propuesta, en este caso, por el señor Watchman Nee.   

Por supuesto, no juzgamos el corazón o la actitud piadosa del señor Nee, pero sí su cuestionable manejo del texto hebreo y de la gramática y sintaxis hebrea.  

Muy a propósito del segundo año de nuestro «curso de «Hebreo Clásico (bíblico)», que inicia mañana (curso disponible, así como desde cero, todo el año, en la modalidad virtual o asincrónica).

Y a propósito de nuestro curso «Construcciones sintácticas griegas complejas, y precisiones del vocabulario del N.T. Griego», un curso de profundización en el estudio de la gramática, sintaxis y vocabulario del griego koiné, que inicia este miércoles 8.

¡Incluyen material de apoyo y certificado!

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«Makárioi», ¿un adjetivo atributivo o predicativo? La redacción griega de las bienaventuranzas en el centro de esta cuestión


«Makárioi», ¿un adjetivo atributivo o predicativo?

La redacción griega de las bienaventuranzas en el centro de esta cuestión

Nociones de morfosintaxis griega

Héctor B. Olea C.

¿Qué es «makárioi»?

Consiste en el caso nominativo masculino plural del adjetivo «makários» (dichoso, bienaventurado, feliz), un adjetivo griego de tres terminaciones: 1) declinado en el género masculino como un sustantivo de género masculino de la segunda declinación («makários»); 2) en el género femenino declinado como un sustantivo femenino de alfa pura (larga) de la primera declinación («makaría»), y 3) declinado en el género neutro como un sustantivo de género neutro de la segunda declinación («makárion»).

Ahora bien, la simple observación del texto griego de las nueve bienaventuranzas   de Mateo 5.3-11, nos pone al tanto de que la estructura o construcción sintáctica empleada en el texto griego es el de un adjetivo predicativo (adjetivo + artículo determinado + sustantivo o palabra sustantivada).

Luego, es preciso decir que, de las nueve bienaventuranzas, en seis el texto griego empleó tres sustantivos, pero en tres, un participio sustantivado (versículos: 4, 6 y 10).

Consecuentemente, a manera de ilustración, una traducción del griego al español que refleje la presencia del adjetivo predicativo presente en las tres primeras bienaventuranzas, debe ir en la siguiente línea: «los pobres en el espíritu son bienaventurados» (versículo 3); «los que lloran son bienaventurados (versículo 4); «los que son mansos son bienaventurados» (versículo 4).

En tal sentido, resulta inevitable preguntarse la razón por la cual prácticamente todas las versiones de la Biblia han traducido las bienaventuranzas como si en el texto griego hubiera empleado, en cada caso, un adjetivo atributivo: «los pobres en el espíritu bienaventurados», «los que lloran bienaventurados», «los mansos bienaventurados»; aunque, por supuesto, cambiando el orden sintáctico para darle más sentido: «bienaventurados los pobres en el espíritu», «bienaventurados los que lloran», «bienaventurados los mansos».   

En todo caso, supongo que algunas personas dirán que, efectivamente, la redacción que tienen las bienaventuranzas en el texto griego, cada una, sin excepción, inicia con el adjetivo «makárioi» (dichosos, felices, bienaventurados), aparentemente haciéndole justicia a la tradicional traducción que hemos recibido de las bienaventuranzas prácticamente en todas las versiones de la Biblia en español.

Sin embargo, mi respuesta será que, independientemente de cómo inicia la redacción de cada una de las bienaventuranzas; el detalle que no se puede perder de vista es que, sin excepción alguna, en cada bienaventuranza el adjetivo «makárioi» (dichosos, felices, bienaventurados) está en posición predicativa, es un adjetivo predicativo.

Luego, la explicación del por qué la tradicional y dominante traducción: «bienaventurados los pobres en espíritu», «bienaventurados los que lloran», «bienaventurados los mansos», etc., está en que, prácticamente la mayoría de las versione de la Biblia en español, han seguido la traducción que hizo la Vulgata, en la que asumió a «makárioi» (dichosos, felices, bienaventurados) como un adjetivo atributivo, y por eso colocado como un adyacente del sustantivo o palabra sustantivada: 1) «Beati pauperes spiritu» («bienaventurados los pobres de espíritu»); 2) «Beati qui lugent» («bienaventurados los que lloran», versículo 4 en el texto griego, pero el versículo 5 en la Vulgata); 3) «Beati mites» («bienaventurados los mansos», versículo 5 en el texto griego, pero el versículo 4 en la Vulgata).  

Por supuesto, era de esperar que la Vulgata tradujera las bienaventuranzas con la redacción sintáctica de una oración atributiva o copulativa (de predicado nominal), empleando el verbo «ser», por ejemplo:

1) «Beati pauperes spiritu sunt» («los pobres de espíritu son bienaventurados»); 2) «Beati qui lugent sunt» («los que lloran son bienaventurados», versículo 4 en el texto griego, pero el versículo 5 en la Vulgata); 3) «Beati mites sunt» («los mansos son bienaventurados», versículo 5 en el texto griego, pero el versículo 4 en la Vulgata).  

En resumen, la tan popular y dominante traducción de las nueve bienaventuranzas, en la que el adjetivo «makárioi» aparece como un adyacente del sustantivo o palabra sustantivada; no es propiamente un reflejo de la sintaxis griega, sino más bien de la sintaxis empleada en la Vulgata.

Obviamente, coincide la traducción de la Vulgata con la redacción griega al colocar el adjetivo delante del sustantivo o palabra sustantivada en cada bienaventuranza; pero la diferencia consiste en que la redacción latina refleja un adjetivo atributivo (como un adyacente del sustantivo o palabra sustantivada), mientras que en el texto griego consiste en la redacción o sintaxis de un adjetivo predicativo, un adjetivo en posición predicativa.

Muy a propósito de nuestro curso: «Construcciones sintácticas griegas complejas, y precisiones del vocabulario del N.T. Griego», un curso de profundización en el estudio de la gramática, sintaxis y vocabulario del griego koiné.

¡Un curso inédito, sólo ofrecido por el IDCB!

Configuración: Dos trimestres (seis meses) de duración.  

Día y horario: miércoles 8:00 – 10:00 PM (República Dominicana, Puerto Rico; 7:00 – 9:00 PM Colombia y Perú; 9:00 – 11:00 PM Argentina y Chile. 

Inicio: miércoles 8 de enero (el próximo miércoles)    

Modalidades: Online (en vivo y en directo vía Zoom) y virtual (en diferido, en forma asincrónica y personalizada).

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