Sobre la transliteración al español de la letra griega «theta», curso de griego online y virtual


Sobre la transliteración al español de la letra griega «theta»

Sobre la lectura griega y la transliteración del griego al español

Héctor B. Olea C.

En el campo de los estudios de la lengua griega existe un indiscutible consenso respecto de que la octava letra del alfabeto griego, conocida como «theta» (nombre latino), representa el fonema «z», como en el español no latinoamericano (za, ce, ci, zo, zu).

Por supuesto, respecto del español latinoamericano (y en algunas regiones de España) es preciso decir que retiene la letra «z», pero no el fonema «z», pues practica el llamado «seseo» (el empleo de la letra «z» con el valor fonético de la «s»).

Luego, si bien es cuestionable el empleo del dígrafo «th» para nombrar la octava letra del alfabeto griego, y para hacerlo representar en español el fonema que representa dicha letra griega; lo cierto es que tal práctica viene por la forma en que se nombró dicha letra en el latín.

Valor fonético de la letra «h» en latín

En primer lugar, se entiende que la letra «k», «z» y la «y» son letras del alfabeto griego y sólo se usan en latín en palabras de origen griego.

En segundo lugar, la «h» del latín es muda como la «h» del español.

En tercer lugar, la «h» también se empleó en latín para conformar ciertos dígrafos, otra vez, en palabras de origen griego, tales como «ch» (con el favor fonético de la «k»), «ph» (con el valor fonético de la «f»), «rh» (con el valor fonético de la «r») y «th» (con el valor fonético de la «t»).

En cuarto lugar y, consecuentemente, es evidente que el dígrafo latino «th» no le hace justicia al fonema que representa la letra griega «theta» (nombre latino), el fonema «z», toda vez que el dígrafo latino más bien coincide con el valor fonético de la «tau» griega (la letra número diecinueve del alfabeto griego).

En esta misma línea va Manuel F. Galiano, cuando en su clásica obra «La transcripción castellana de los nombres propios griegos», sugiere que la letra griega «theta» (nombre latino) se transcriba con la «t» española, a través del latín «th» («t»), como en el nombre «Teodoro» (griego: «Zeódoros», con la letra «theta» y no con la letra «tau»).   

Por cierto, el nombre «Teodoro» (griego «Zeódoros»), significa «regalo o don de Dios», pues está compuesto por el nombre «zeós» (Dios, dios), y una forma modificada del sustantivo «dóron» (regalo, presente, ofrenda, don).

En quinto lugar, también en inglés existe el dígrafo «th», pero con distintos valores fonéticos.

Por un lado, el dígrafo inglés «th» (que no existe en español o castellano), representa el fonema «z» en las siguientes palabras: “gracias” (thanks), “pensador” (thinker), “autor” (author), “teatro” (theatre), “método” (method), “aliento” (breath), etc.   

Por otro lado, el dígrafo inglés «th» representa el fonema «d» en las siguientes palabras: “padre” (father), “juntamente” (together), “pluma” (feather), “este” (this), “ese” (that), “así” (thus), etc. («Método de Olllendorff para aprender el inglés», y otros).

Luego, el empleo del dígrafo «th» para nombrar la letra griega «theta» (nombre latino) y su valor fonético, sólo es válido, respecto del inglés, para los casos en los que dicho dígrafo representa el fonema «z», no cuando representa el fonema «d».

Pero en lo que respecta al español, es preciso decir que el dígrafo «th» no representa fonema alguno en la lengua española, y, consecuentemente, que no existe el dígrafo «th» en la lengua española.

Ante esta realidad, no queda más que admitir que es seriamente cuestionable el empleo del dígrafo «th» para transliterar la letra griega «theta» (nombre latino). 

Por otro lado, sería legítimo asumir el dígrafo «th» inglés (representando el fonema «z») como un préstamo del inglés, si el español no contara (pero cuenta) con una letra para representar el fonema «z».

Por supuesto, lo aconsejable es que, al leer y transliterar del griego al español, los estudiantes latinoamericanos no practiquen el legítimo y característico «seseo» (empleo de la «z» con el valor fonético de la «s») del español latinoamericano y de algunas regiones de España.

Luego, con relación a la idea de tomar prestado un dígrafo y fonema del inglés, un claro y muy conocido ejemplo lo tenemos respecto del fonema y dígrafo «sh», que existe en hebreo y en inglés, pero no en español (que, en cambio, sí cuenta con el fonema y con el dígrafo «ch»).

En tal sentido, al transliterar del hebreo al español palabras que contienen el fonema «sh» (presente en palabras como «shalóm»), se toma prestado del inglés el dígrafo «sh», y problema resuelto.

En conclusión, es inadecuado y no recomendable el empleo del dígrafo latino «th» para representar en español el fonema de la octava letra del alfabeto griego, la letra «theta» (zeta), al transliterar del griego al español; por un lado, porque el dígrafo «th» no existe en español, por otro lado, porque no representa fonema alguno en la lengua española.

En todo caso, más bien coincide el dígrafo «th» latino con la letra «t» del español, que con la letra «z», que sí representa el valor fonético de la «theta» griega.  

Consecuentemente, siempre y cuando se trate de una lectura y transliteración del griego al español directamente (que procura que la persona que no sepa griego conozca el verdadero valor fonético de la letra griega en cuestión), sin la mediación del latín que no es necesaria; lo ideal y aconsejable sería transliterar la letra griega «theta» (insisto, nombre latino) con la letra que efectivamente representa en español (la «z») el fonema que dicha letra tiene en el griego, el fonema «z».  

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