¿Cuál es la expresión hebrea detrás de la traducción «ayuda idónea» y qué significa?Nociones de morfosintaxis hebrea
Héctor B. Olea C.
La traducción «ayuda idónea» aparece solamente dos veces en toda la Biblia Hebrea: Génesis 2.18 y 20.
Ahora bien, la expresión hebrea detrás de la traducción «ayuda idónea» está compuesta por un nombre o sustantivo común y por una expresión (que lo complementa) conformada por tres morfemas: una preposición que funciona como prefijo, una preposición base y núcleo, y un sufijo pronominal.
Por supuesto, será mediante la imagen anexa que voy a ilustrar en detalles la redacción hebrea detrás de la traducción «ayuda idónea» y sus implicaciones semánticas.
Por supuesto, en la imagen anexa también voy a explicar por qué no se describe al hombre, al varón, como «ayuda idónea» respecto de la mujer.
En todo caso, hay que precisar, por un lado, que la expresión hebrea detrás de la traducción «ayuda idónea», aparece estrictamente en el contexto del segundo relato de la creación (el llamado relato yahvista, Génesis 2.4-25).
Por otro lado, es en el contexto de dicho relato y su teología donde aparece una expresión que señala a la mujer como el «objeto directo» (indeterminado) de un acto creativo, y al hombre o varón como el destinatario o beneficiario de dicho acto creativo.
Por supuesto, no existe en la Biblia Hebrea, por un lado, una expresión hebrea que compita con la que se ha traducido «ayuda idónea» en Génesis 2.18 y 20, haciendo referencia a la mujer respecto del varón.
Por otro lado, tampoco existe en la Biblia Hebrea una afirmación que compita con la que señala a la mujer como el objeto directo de un acto creativo y al hombre como el destinatario o beneficiario de dicho acto creativo.
En otras palabras, no existe en la Biblia Hebrea una expresión que señale un acto creativo donde el varón sea el objeto directo (determinado o indeterminado) y la mujer el destinatario o beneficiario de dicho acto creativo.
Obviamente, otro detalle característico del relato yahvista, y que va en concordancia con la idea de que la mujer es un complemento creado para el varón y en conformidad al varón; este detalle consiste en nombrar a la mujer con un sustantivo («ishá») que morfológica y lexicalmente depende de la forma de nombrar al varón («ish»), considérese Génesis 2.23.
Obviamente, este aspecto no está presente en el llamado relato sacerdotal de la creación (Génesis 1.1-2-4).
Por supuesto, invito a considerar seria y detenidamente la imagen anexa a estas líneas.
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