El hablar lenguas angélicas, una afirmación puramente hipotética

El hablar lenguas angélicas, una afirmación puramente hipotética
Si bien no hay uniformidad en la forma en que los estudiosos de la gramática griega hablan de las
proposiciones subordinadas, sin embargo, no hay duda de que concuerdan con la idea fundamental.

Por ejemplo, J. Greshan Machen («Griego del Nuevo Testamento para principiantes», página 129)  , afirma que una oración condicional en la que la prótasis ( la cláusula o proposición que expresa la
condición ) es la introducida con la conjunción «eán»

acompañada de una forma verbal en modo subjuntivo (por lo general con el modo subjuntivo), indica una condición futura.

Por su parte, Roberto Hanna («Sintaxis exegética del Nuevo Testamento», páginas 92 y 93), sugiere que las oraciones condicionales en las que la construcción señala simplemente una condición o una relación condicional, sin indicar grados de duda, se expresan con la conjunción «ei»   con el modo indicativo y con la conjunción «eán»; con el modo subjuntivo, en la prótasis; la apódosis se refiere, de una manera u otra al futuro.

Pero  en palabras de Max Zerwick, («El Griego el Nuevo Testamento» página 138), ben la condición probable de futuro el cumplimiento de la condición  se expresa por medio de «eán» con el modo subjuntivo, en la prótasis; la apódosis se refiere, de una manera u otra al futuro.

Por su parte Ángel Amador García Santos («Introducción al Griego bíblico», página 86), afirma: El subjuntivo puede expresar una eventualidad donde se presenta una acción o condición, o sea que no se afirma que un hecho ocurrirá de un modo cierto objetivo y constatable en el futuro. Además, indica García Santos, que cuando el modo subjuntivo griego tiene este valor eventual irá siempre en una proposición subordinada, acompañada casi siempre con la conjunción «eán».

Luego, cuando observamos el texto griego de 1 Corintios 13.1, podemos constatar que Pablo empleó aquí la construcción sintáctica de una proposición subordinada, de una oración condicional, cuya prótasis no afirma que el hablar lenguas angélicas (el griego, “las lenguas de ángeles”) sea un hecho cuya realización sea objetivamente en el futuro.

En realidad 1 Corintios 13.1 («Si hablase las lenguas de los hombres y las de los ángeles») sólo da por sentado que en caso de que alguien pudiese hablar incluso las lenguas de los ángeles o seres celestiales; y al mismo tiempo no tuviese amor para sus semejantes, sencillamente es un privilegio carente de valor, un contra sentido, sin trascendencia alguna, que no le añadiría nada, absolutamente nada a la calidad y dignidad de la persona.





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