Sobre la acentuación griega en el Nuevo Testamento Impreso, Nociones de griego (clásico y koiné)


Sobre la acentuación griega en el Nuevo Testamento Impreso

Nociones de griego (clásico y koiné)

Héctor B. Olea C.

El tema de la acentuación griega es uno de esos aspectos que en la mayoría de los cursos de griego se le pasa por encima, se evita adentrarse mucho en él, y por lo general se le presta muy poca atención.

Las razones son varias. Una de ellas (y clásica) es que los principios que rigen su uso y aplicación son muy complejos.

En todo caso, pienso que una obra que representa y explica muy bien la actitud que por lo general se asume frente a la acentuación griega, es la obra: «Curso de Griego Bíblico», de Jeremy Duff, publicada por CLIE en 2019.

Pues bien, la referida obra explica su tratamiento y actitud frente a la acentuación griega en la siguiente forma, cito:

“No se enseñan los acentos en este libro, por tres razones importantes:

La primera: En la época en que se escribió el Nuevo Testamento no había acentos.

La segunda: Las reglas sobre el uso de los acentos son complicadas, y usted tiene suficiente qué aprender

La tercera: Los acentos no le ayudan a traducir ni a entender griego.

Sin embargo, clara: “El tercer punto no es completamente verdad, pues en un número muy pequeño de situaciones pueden distinguir los acentos entre dos palabras similares o idénticas” (páginas 17 y 18).

En todo caso, a nuestro modo de ver, es preciso hacer las siguientes precisiones.

En primer lugar, toda versión impresa del Nuevo Testamento incluye los tres acentos clásicos griegos (el agudo, el grave y el circunflejo), así como los signos de la llamada «aspiración inicial».

En segundo lugar, según el profesor Ignacio Rodríguez Alfageme (gramática de griego clásico), el sistema de acentos griego lo creó Aristarco (cerca del año 211-145 a.C.), originariamente, para ayudar a leer el texto de Homero («Gramática griega», Ediciones Complutense, 2017, página 32).

Pero según el profesor Amador Ángel García Santos («Introducción al griego bíblico»), el sistema de los acentos griegos fue inventado por Aristófanes de Bizancio (maestro de Aristarco), alrededor del año 200 a.C., como ayuda para la pronunciación de un griego extendido entre muchos pueblos extranjeros (Verbo Divino, 2003, página 6).

En tercer lugar, en nuestra opinión, un curso de griego que procure ayudar a usar y a comprender cómo funciona el Nuevo Testamento Griego Impreso, debe tomar en serio el tema de la acentuación griega, y le debería dedicar un espacio de calidad para explicar el uso y las funciones de los acentos griegos empleados en el Nuevo Testamento Griego Impreso, y cómo impactan la forma de leer el griego, y la forma en la que pueden ayudar a distinguir ciertas palabras que, incluso, pertenecen a distintas categorías formales y funcionales.

Nota: En lo personal imagino el caos que debe implicar un curso de griego donde cada quien lee el griego a su manera, como mejor le parezca, aplicando incluso la ley del mínimo esfuerzo, sin tomar en serio la acentuación griega.

En tal sentido, debo decir que, antes de entrar a flexión nominal (declinación) y a la flexión verbal (conjugación), en nuestros cursos de griego siempre dedicamos un espacio para explicar el uso y las funciones de los acentos griegos, además de que insistimos en su correcta aplicación en todo el curso.

Además, en diversos artículos publicados he llamado la atención sobre el hecho de que hay ciertas palabras griegas empleadas en el Nuevo Testamento que se pueden interpretar y traducir de forma distinta con base en la acentuación que exhiben.

Es más, nosotros hemos diseñado e impartido un curso estrictamente sobre la acentuación griega.

En cuarto lugar, ciertamente hay casos en los que por el acento podemos distinguir palabras de una misma categoría formal, palabras que incluso comparten el mismo segmento desinencial.

En quinto lugar, a manera de ilustración (en la imagen anexa), quiero poner de relieve la forma en que participios griegos de temas temporales distintos, pero que comparten la misma desinencia por cada caso de la flexión nominal griega; se distinguen precisamente por el acento, además de por el lexema o base morfológica de cada tema temporal, y por la voz gramatical.

En efecto, en la imagen anexa demuestro la forma en que un participio de presente, de futuro y aoristo 2do activos, en el mismo caso de la flexión nominal griega (el nominativo masculino plural) y que comparten la misma desinencia, pero se distinguen precisamente por el acento (por supuesto, además de la base morfológica o lexema): el presente y el futuro activos llevando el acento, de manera regular, en la antepenúltima sílaba, pero el aoristo 2do activo llevando el acento en la penúltima sílaba (en el mismo caso nominativo masculino plural).

También pongo de manifiesto que el participio aoristo pasivo (1ero y 2do) llevan el acento en penúltima sílaba, en el mismo caso nominativo masculino plural, así como el participio del perfecto activo, en el mismo caso nominativo masculino plural.

Por supuesto, como siempre, invito a considerar con detenimiento la imagen anexa.

Muy a propósito de nuestra continua oferta académica profesional y aconfesional en el campo de la lengua griega, todo el año, año por año, incluyendo clases profesionales personalizadas (incluso intensivas y preparatorias), tutorías, asesoramiento y acompañamiento en el campo de los estudios del griego koiné, según las necesidades del estudiante o institución.

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