El estudio de las lenguas bíblicas, un medio, no un fin, cursos profesionales de lenguas bíblicas todo el año


El estudio de las lenguas bíblicas, un medio, no un fin

El por qué y para qué del estudio serio de las lenguas bíblicas

Muy a propósito del mes de la Biblia

Héctor B. Olea C.

Un error común es pensar que es posible hacer una verdadera teología bíblica o exegética, una verdadera teología crítica, poder comentar y analizar los textos bíblicos con la profundidad requerida, con conocimiento de causa, sin el conocimiento adecuado de las lenguas bíblicas.

Por supuesto, no negamos que es posible auxiliarse de los expertos en estos campos; sin embargo, no es lo mismo depender por completo de los expertos en esta materia, que tener el privilegio de poder ver, conocer, considerar, juzgar, estudiar y analizar los textos bíblicos, incluso, juzgar la opinión de los expertos, con el conocimiento adecuado (no elemental) de las lenguas bíblicas.

En esa misma línea, otro error común consiste en pensar que es posible tener acceso al mejor texto posible mediante el simple estudio comparativo de versiones de la Biblia.

En honor a la verdad, el estudio comparativo de versiones de la Biblia no es ni puede ser el sustituto o la vía de escape para evitar o sacarle el cuerpo al afanoso, nada simple, complicado, pero muy fructífero y de veras gratificante trabajo de la crítica textual.

Y en la misma línea, hay quienes piensan, erróneamente, por cierto, que es posible ir muy lejos en el trabajo de crítica textual y de evaluación de variantes textuales, sin un buen conocimiento de las lenguas bíblicas.

Consecuentemente, se hace necesario poner de relieve que el estudio de las lenguas bíblicas, y mientras menos elemental mejor, es un medio, no un fin; en otras palabras, no se estudian, no se han de estudiar las lenguas bíblicas (y mientras menos elemental mejor) por simple curiosidad intelectual, como parte de un simple juego y entretenimiento intelectual. 

Se han de estudiar seriamente las lenguas bíblicas, de la forma más completa y exhaustiva posible, si se aspira a tener una mejor comprensión de los textos bíblicos en sus lenguas originales, si aspiramos a ir lo más lejos posible en nuestro análisis morfosintáctico y semiótico de los textos bíblicos en sus lenguas originales, si anhelamos poder tener una mejor comprensión del desarrollo de los textos bíblicos (dependencia, interdependencia e intertextualidad) y de las peculiaridades por cada género literario, incluso por autor (nivel del idioma, vocabulario y construcciones sintácticas) .  

Se han de estudiar seriamente las lenguas bíblicas, si nos proponemos la meta de poder leer los textos bíblicos en sus lenguas originales, si aspiramos a poder realizar no elementales ejercicios de traducción bíblica, si deseamos poder realizar una evaluación crítica y con conocimiento de causa de toda y cada versión de la Biblia, sin importar el ambiente en que haya surgido (judío o cristiano).

Además, y como hemos demostrado tantas veces, son muchas las ocasiones en que parece existir un consenso que procura impedir que sepamos, que tengamos acceso a lo que en realidad dicen (y cómo lo dicen) los textos bíblicos en sus lenguas originales.

En conclusión, por mejores traducciones o versiones de la Biblia que existan, en primer lugar, ninguna traducción es perfecta, todas son perfectibles (aunque hay quienes piensan que su versión sí es perfecta) y, en segundo lugar, muy a pesar de la buena imagen y muy recomendable que sea, ninguna versión de la Biblia (y lo hemos demostrado) mantiene el mismo nivel de acierto y de bondad de principio a fin.

Por eso vengo insistiendo por décadas, que ha de ser caso por caso, con base en un sólido conocimiento de las lenguas bíblicas, que se han de poner de relieve los acierto y desaciertos de toda, absolutamente toda versión de la Biblia.

En resumen, sólo el estudio adecuado (y mientras menos elemental mejor) de las lenguas bíblicas, nos puede otorgar el privilegio de poder leer, ver, considerar, analizar y juzgar los textos bíblicos y sus peculiaridades en su lengua original, así como la capacidad de juzgar con conocimiento de causa, de forma crítica, libre e independiente, toda versión de la Biblia.  

Muy a propósito de nuestros cursos profesionales de lenguas bíblicas (crítica textual, griego clásico, gramática española aplicada, talleres de lectura y traducción), año por año.

Por supuesto, todos nuestros cursos están curso dirigido al público general, al margen de su creencia religiosa o falta de compromiso con una determinada teología institucional; pero interesado en el estudio completo, profesional y académico de las lenguas bíblicas.  

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