La palabra «Biblia» en la «Traducción en lenguaje actual», cursos online y virtuales de lenguas bíblicas


La palabra «Biblia» en la «Traducción en lenguaje actual»

Un indiscutible anacronismo

Cuestiones de lingüística, exégesis y traducción bíblica

Héctor B. Olea C.

Por años he venido insistiendo en que la palabra «Biblia» no es bíblica, o sea, que dicha palabra no tiene presencia en la Biblia misma.

Por otro lado, es preciso poner de relieve que la idea dominante de Biblia (que incluye en una misma obra los libros de la Biblia Hebrea, la Biblia judía, y los libros de la Biblia cristiana, el llamado Nuevo Testamento, Nuevo Pacto, Segundo Pacto, Segundo Testamento, etc.), es indiscutiblemente una concepción cristiana, una elaboración cristiana.

En tal sentido, es preciso decir que el adjetivo «bíblico» en el hebreo moderno es «mikraí», o sea, estrictamente relativo a la «mikrá» (hebreo rabínico), el Tanaj, Biblia Hebrea, la Biblia judía, sin relación alguna a la Biblia cristiana (el llamado Nuevo Testamento, Nuevo Pacto, Segundo Testamento, etc.).

Ahora bien, llama la atención que, según una versión cristiana de la Biblia, conocida como «Traducción en lengua actual», publicada por Sociedades Bíblicas Unidas en el año 2002, la palabra «Biblia» (en su concepción estrictamente cristiana) sí es bíblica, y por eso la emplea no sólo en traducción de la Biblia cristiana (el llamado Nuevo Testamento, Segundo Testamento, Segundo Pacto, Nuevo Pacto), sino también en la traducción de la Biblia Hebrea, por supuesto, identificada como Antiguo Testamento (Primer Pacto, Antiguo pacto, Primer Testamento, etc.).

Consecuentemente, algunos textos bíblicos donde podemos constatar la presencia de la palabra «Biblia» en la «Traducción en lengua actual», en el campo de la Biblia Hebrea, son: Jeremías 2.8; 8.8:

Los sacerdotes nunca preguntaron por mí, los maestros de Biblia jamás me conocieron, los dirigentes pecaron contra mí, y los profetas no hablaron en mi nombre. Todos ellos siguieron a otros dioses que no sirven para nada, y en nombre de ellos hablaron” (Jeremías 2.8)

“¿Cómo se atreven ustedes a decir que son un pueblo inteligente y que me obedecen? ¡Hasta los maestros enseñan mentiras, y luego andan diciendo que así dice la Biblia!” (Jeremías 8.8)

En lo que respecta a la traducción del llamado Nuevo Testamento, pasajes emblemáticos son:

Mateo 7.12 “Traten a los demás como ustedes quieran ser tratados, porque eso nos enseña la Biblia

Juan 5.39 “Ustedes estudian la Biblia con mucho cuidado porque creen que así alcanzarán la vida eterna. Sin embargo, a pesar de que la Biblia habla bien de mí”

2 Timoteo 3.15 “Recuerda que desde niño has leído la Biblia, y que sus enseñanzas pueden hacerte sabio, para que aprendas a confiar más en Jesucristo y así seas salvo”

2 Timoteo 3.16 “Todo lo que está escrito en la Biblia es el mensaje de Dios, y es útil para enseñar a la gente, para ayudarla y corregirla, y para mostrarle cómo debe vivir”

Luego, un análisis del texto hebreo y griego de Jeremías 2.8 y 8.8, nos permite constatar que lo que la «Biblia en lengua actual» tradujo «Biblia» en estos dos textos de la Biblia Hebrea, es en realidad la palabra hebrea «torá» (instrucción, enseñanza, ley, regla, dictamen, decisión, etc.), con artículo en 2.8 («ja-torá»), pero en estado constructo en 8.8 («torát»). 

La Septuaginta, por su parte, tradujo el sustantivo «torá» con el sustantivo «nómos» (norma, regla, ley, precepto, instrucción, enseñanza, etc.), en ambos textos, en caso genitivo singular en Jeremías 2.8 («nómu»), y en caso nominativo singular en Jeremías 8.8 («nómos»).

En cuanto a los textos del Nuevo Testamento, la situación es la siguiente.

En Mateo 7.12, la palabra «Biblia» en la «Traducción en lenguaje actual» es la traducción de la frase «estin jo nómos kái jo profétai» (esto es lo que establecen la ley y los profetas, eso significan la ley y los profetas, en esto consisten la ley y los profetas).

En Juan 5.39 el sustantivo griego empleado es «grafé» (escrito, escritura, documento escrito, carta, etc.), por supuesto, en caso acusativo plural y con artículo («tas grafás»).

En 2 Timoteo 3.15 «Biblia» es la traducción de la frase griega «jiera grámmata» (escrituras sagradas, sagradas escrituras), el sustantivo «grámma» (letra grabada o escrita, carta, documento escrito, escritura, libro, incisión, tatuaje, etc.) en caso acusativo plural, con el adjetivo «jiéra» (forma léxica «jierós»: sagrado, consagrado, santo, etc.) en el mismo caso, género y número del sustantivo «grámmata», y con el artículo determinado entre corchetes.

En 2 Timoteo 3.16, «Biblia es la traducción del sustantivo «grafé», en caso nominativo singular, y sin artículo.

En resumen, muy a pesar de la «Traducción en lenguaje actual», es inadmisible y desacertada la traducción «Biblia» como reflejo de palabras hebreas y griegas que en ningún momento se emplearon en los textos bíblicos con la carga semántica (con el significado) que, principalmente las comunidades cristianas, asocian a la palabra «Biblia».

En conclusión, es un indiscutible anacronismo la presencia de la palaba «Biblia» en la Biblia.

¿Refleja la palabra «Biblia» en la versión «Traducción en lenguaje actual» la intención cristiana (en un tipo de pensamiento circular) de darle a dicha palabra una carga semántica, un estatus determinado con base en la Biblia misma?  

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