El uso de la palabra «dios» con letra inicial minúscula es bíblico



Una conclusión con base en los idiomas originales de la Biblia

Héctor B. Olea C.

Las personas muy amantes, preocupadas y defensoras de que las palabras, los nombres relacionados y distintivos de la deidad de la tradición judeocristiana se escriban siempre con letras iniciales mayúsculas, tales como «Dios», «Padre», «Hijo», «Espíritu Santo»; pero que a la vez se muestran muy preocupadas por la adecuación de la traducciones y versiones de la Biblia a los textos hebreos, arameos y griegos, la que podríamos llamar «Biblia madre», «Biblia fuente»; deben considerar seriamente lo siguiente.


Resulta que tanto el hebreo como el arameo no hacen distinción entre letras mayúsculas y letras minúsculas, o sea, que tal distinción y clasificación no forma parte de las características y propiedades de estas dos lenguas, las lenguas originales del AT, o mejor dicho, la Biblia hebrea o Tanaj.

Con relación a la lengua original del NT, el griego koiné; si bien en esta sí existe la clasificación y distinción entre letras mayúsculas y letras minúsculas, a pesar de esto, resulta que en el NT griego (como en la Septuaginta) la palabra «dios» (theós), la palabra «padre» (patér), la palabra «hijo» (juiós) y la expresión «espíritu santo» (pnéuma háguion), no reciben ningún tratamiento especial, sino que se usan como palabras comunes y corrientes, sujetas a las normas comunes de la gramática griega. 

Me explico. Las palabras mencionadas sólo van con letra inicial mayúscula, cuando inician un párrafo, una oración, o van después de un punto, así de simple, por supuesto, siempre y cuando no estemos frente a un manuscrito escrito por completo en letras mayúsculas o capitales (manuscritos unciales).  

Entonces, ¿son más sagradas las versiones de la Biblia que la «Biblia madre», «la Biblia fuente»? ¿Quién debería  ajustarse a quién? ¿Corregiremos los «textos fuentes» para que se ajusten a las traducciones y versiones de la Biblia, o asumiremos una postura crítica frente a las traducciones y versiones precisamente con base en la «Biblia madre», «la Biblia fuente»? 


En resumen, ¿ajustaremos la «Biblia madre» (“los textos bíblicos en sus idiomas originales”) a las versiones, o ajustaremos las versiones a la «Biblia madre», la Biblia fuente»?

Pero, ¿y qué del ADN de los «textos fuentes» (“los textos bíblicos en sus idiomas originales”) que deberían tener y caracterizar a los «textos receptores» (los traducidos, las traducciones y versiones de la Biblia)?

En conclusión, la práctica de emplear siempre una letra inicial mayúscula para los nombres de la deidad en la tradición judeocristiana (nómina sacra), si bien es un recurso muy empleado en las versiones de la Biblia; en realidad no es una cuestión bíblica; no es una práctica demandada por la Biblia misma, ni establecida con base en ella misma, así de sencillo.





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