Héctor
B. Olea C.
«Tengan
la fe de Dios», una traducción e interpretación bajo sospecha, y por supuesto,
sin base alguna en un supuesto “original”. Ciertamente la expresión griega «éjete
pístin theú» (Marcos 11.22), podría ser interpretada como «tengan la fe que
procede de Dios» (genitivo subjetivo) o como «tengan fe en Dios» (genitivo
objetivo).
Ahora
bien, para dilucidar bien esta cuestión es preciso tener en cuenta lo
siguiente. En primer lugar, que hay dos razones básicas que no favorecen aquí
la traducción e interpretación «tengan la fe que procede de Dios» (genitivo
subjetivo). La primera, que no tiene el texto griego de Marcos la preposición «ek»,
que obligaría a traducir «tengan la fe de Dios» («tengan la fe que procede de
Dios»).
La
segunda razón, que no parece verosímil sostener que formó parte de la teología de
Jesús, el considerar la fe como algo otorgado por Dios, a la manera de Pablo
que en un sentido teologiza y describe a la fe como un regalo de Dios y como parte
del fruto del Espíritu (considérese 1 Corintios 12.9: Gálatas 5.22; Efesios 2.8;
este último pasaje parece describir la salvación junto a la fe como “un regalo
de Dios” en conjunto).
Finalmente,
si el autor del evangelio de Marcos hubiese escrito «éjete pístin ek theú» no
habría más opción, sin duda alguna, que traducir e interpretar «tengan la fe que procede de Dios»”, «tengan la fe que
otorga Dios»; pero precisamente no fue eso lo que escribió, así de sencillo.
¡Hasta la próxima!
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