Sobre la «declinación flexiva» y la «declinación preposicional», cursos online y virtuales de hebreo y griego

Sobre la «declinación flexiva» y la «declinación preposicional»

Cuestiones de lingüística, gramática y traducción bíblicas

 

Héctor B. Olea C.

Concepto de «declinación»

Se llama «declinación» a la ordenación en paradigmas de las diversas formas a que da origen a la flexión causal de una palabra (declinación flexiva).

Luego, se llama «caso» a las formas que adopta el nombre o sustantivo (y las demás palabras sujetas a la flexión nominal) mediante flexión (cambios en su desinencia o terminación) para indicar la función que desempeña en la frase u oración.

Existen, pues, dos tipos de flexión: 1) la «flexión verbal» (la que experimentan los verbos), y 2) la «flexión nominal» (la que experimenta el sustantivo, el adjetivo, el artículo y en cierta forma toda palabra sustantivada).

En consecuencia, se establece que los verbos «se conjugan» («flexión verbal»), y los sustantivos «se declinan» («flexión nominal»).

Además, en el marco de la «flexión nominal» es preciso hablar por lo menos de dos principales tipos de declinaciones: la «declinación flexiva» (propia de las lenguas flexivas como el latín y el griego), y la «declinación preposicional» (la que caracteriza al hebreo clásico y al español).

Se habla de «declinación preposicional» cuando para expresar las funciones de las palabras en el contexto de la frase u oración, se añaden a las palabras unos morfemas no desinenciales llamados «preposiciones».

Por supuesto, incluso en lenguas como el latín y el griego clásico y koiné, no todas las palabras son «flexivas» (sujetas a la flexión nominal o la flexión verbal), pues hay palabras como las preposiciones, las conjunciones y las interjecciones que no están sujetas a flexión alguna, a cambio morfológico alguno relacionado con su función en la estructura sintáctica de la frase u oración.   

De todos modos es preciso poner de relieve que hay en el griego sustantivos (palabras sujetas a la flexión nominal) que no son flexionales, que no son flexivos (sustantivos indeclinables) y que es mediante el artículo que se señala su caso y su función en la frase u oración.  

En todo caso, en lo que a la «flexión nominal» se refiere, mientras que en la «declinación flexiva» la morfología de la palabra en sí misma indica el caso y su función en el contexto de la frase u oración (como ocurre en el griego clásico y koiné); no así en la «declinación preposicional» (en la cual el sustantivo no experimenta cambio alguno para indicar su caso y función en el contexto de la frase u oración).

Por ejemplo: 1) la palabra «Dios» como «sujeto» (caso nominativo): “Dios creó”; 2) la palabra «Dios» como a quien se invoca (caso vocativo): “Dios, ayúdame”; 3) la palabra «Dios» como «modificador directo» (caso genitivo): “El hijo de Dios”; 4) la palabra «Dios» como «objeto indirecto» (caso dativo): “Este servicio es para Dios”; 5) la palabra «Dios» como «objeto directo» (caso acusativo): “Yo vi a Dios”.

Finalmente, como podemos observar, la palabra «Dios» no ha sufrido cambio alguno para expresar el caso en que se encuentra y la función que desempeña en la frase u oración, pues el español o castellano se caracteriza por una «declinación preposicional», y no «flexiva causal» (como la del griego), como muestro en la imagen que acompaña este artículo.

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