Cuestiones de lingüística, exégesis y traducción bíblicas
Héctor
B. Olea C.
Como es sabido, desde muy antiguo el valor de los casos de la declinación flexiva nominal griega se ha reforzado con algunas preposiciones.
Se llama «caso» a la forma que adopta el nombre mediante flexión (cambio o variación desinencial, en la terminación de la palabra después de su raíz) para indicar la función que éste desempeña en la frase u oración.
En tal sentido, el «caso acusativo» con la preposición «eis» indica “movimiento a”, “hacia el interior de”. Con verbos de movimiento el «caso acusativo» indica “el lugar”, “dirección o punto de llegada” (por ejemplo: “hacia Corinto”).
El «caso genitivo» indica “el punto de partida” o “procedencia”. Refuerza su sentido con varias preposiciones, tales como «ek», «apó» y «pará» (por ejemplo: “vino de Corinto”).
El «caso dativo» (dativo locativo) no indica el lugar de partida o de llegada, sino “el de reposo” o “estadía” (sentido locativo). Refuerza su idea sobre todo con la preposición «en» (por ejemplo: “está en Corinto”).
En tal sentido, observa Amador Ángel García Santos, que en muy pocos casos se presenta el «caso dativo» con sentido locativo sin preposición. Además, pone de relieve que el «caso dativo» con sentido locativo es muy frecuente que venga acompañado sobre todo de la preposición «en» («Introducción al griego bíblico», Verbo Divino, 2003, página 14).
Sin embargo, muy a pesar de la distinción que tiene el «caso acusativo» con la preposición «eis» (indicando movimiento), respecto de la idea locativa que comunica el «caso dativo» con la preposición «en»; no es posible perder de vista que en el griego helenístico (323 al 30 antes de nuestra era) comienza a tener origen una confusión o uso indistinto de la preposición «en» (con el «caso dativo») y la preposición «eis» (con el «caso acusativo») con sentido locativo.
En este sentido, afirma Max Zerwick, “se suele afirmar que la confusión helenística entre «eis» y «en» (en sentido locativo) no se da ni en Mateo ni en el epistolario del NT (con excepción de 1 Pedro 5.12), «El griego del Nuevo Testamento», Verbo Divino, 2002, página 59.
Sin embargo, en contra de la tesis a la que hace referencia Zerwick, hay dos textos concretos donde indudable e indiscutiblemente, el Evangelista Mateo empleó la preposición «eis» con el «caso acusativo», con el sentido locativo que tiene el «caso dativo» con la preposición «en» y con la preposición «epí».
Consecuentemente, para poner de relieve el uso indistinto que hizo el Evangelista Mateo del «caso dativo» con las preposiciones «en» y «epí», y del «caso acusativo» con la preposición «eis», vamos a realizar un ejercicio práctico y revelador.
Dicho ejercicio consiste en analizar el texto griego detrás de la traducción «en el nombre» (“en mi nombre”, “en el nombre del”), frase que se lee en la Reina Valera 1960 y prácticamente en todas las versiones castellanas de la Biblia).
Pues bien, la frase «en el nombre» se encuentra en Mateo en cinco ocasiones: Mateo 18.20 (“en mi nombre”); 21.9 y 23.39 (“en el nombre del Señor”); 24.5 (“en mi nombre”) y 28.19 (“en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo).
En Mateo 18.20, «en mi nombre» es la traducción de la frase griega «eis to émon ónoma» («en mi nombre»; la preposición «eis» con el «caso acusativo», en lugar del «caso dativo» con la preposición «en» o «epí»).
En Mateo 21.9 y 23.39 (dos citas de la Septuaginta o versión griega, Salmo 118.26 en el texto hebreo, pero 117.26 en la versión griega), «en el nombre del Señor» es la traducción de la frase griega «en onómati kyríu» (la preposición «en» con el «caso dativo»).
En Mateo 24.5, «en mi nombre» es la traducción de la frase griega «epí to onómati mu» (la preposición «epí» con el «caso dativo»).
En Mateo 28.19, «en el nombre» es la traducción de la frase griega «eis to ónoma» (la preposición «eis» con el «caso acusativo»).
Consecuentemente, de las cinco ocasiones en que el Evangelista Mateo comunicó la idea «en el nombre de», en dos ocasiones empleó la preposición «eis» con el «caso acusativo» (18.20 y 28.19), y en tres ocasiones empleó el «caso dativo».
Y de las tres ocasiones en que empleó el «caso dativo», en dos empleó Mateo la preposición «en» (21.9 y 23.39), y en una ocasión empleó la preposición «epí» (24.5).
En resumen, en contra de la tesis de la que se hizo eco el muy reconocido, respetado y fallecido Max Zerwick, lo cierto es que en Mateo como en Marcos, Lucas y Hechos, también constamos el uso de la preposición «eis» con el «caso acusativo», con el mismo valor locativo de la preposición «en» y «epí» con el «caso dativo».
¿Conoce usted alguna versión de la Biblia que haya traducido Mateo 18.20 y 28.19 en una forma distinta a como tradujo la Reina Valera 1960 el empleo de la preposición «eis» con el «caso acusativo», como equivalente al uso del «caso dativo» con las preposiciones «en» y «epí»?
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