¿Una condición para participar de los frutos, o un reconocimiento al trabajador esforzado?


2 Timoteo 2.6 en el centro de esta cuestión
Un error imperdonable en la Reina Valera 1960 y otras versiones de la Biblia


Héctor B. Olea C.

La muy conocida versión Reina Valera 1960 tradujo a 2 Timoteo 2.6 en la siguiente manera: “El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero”.

Otras versiones que tradujeron en la misma línea de la Reina Valera 1960 son:

Reina-Valera Antigua (1909): “El labrador, para recibir los frutos, es menester que trabaje primero”.

Reina-Valera 1995: “El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero”.

Reina Valera Contemporánea (RVC) 2011: “El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero”.

Jubilee Bible 2000 (Spanish) (JBS): “El labrador, para recibir los frutos, es necesario que trabaje primero”.

Traducción en lenguaje actual (TLA) año 2000: “Y el que cultiva la tierra tiene que trabajarla antes de poder disfrutar de la cosecha”.

Luego se observa una tendencia en casi todas las versiones de la Biblia posteriores (incluso anteriores y contemporáneas a las citadas) de corregir la traducción de la Reina Valera 1960. Como representativa de esta tendencia, traigo a colación la traducción de la Biblia del Peregrino, cito: “El labrador que trabaja es el primero en recibir los frutos”. En esta misma línea va la traducción de la versión popular Dios Habla Hoy, cito: “El que trabaja en el campo tiene derecho a ser el primero en recibir su parte de la cosecha”. También la Biblia de Jerusalén 1998, cito: “Y el labrador que trabaja es el primero que tiene derecho a percibir los frutos”.

Ahora bien, ¿cuál de estas dos líneas de traducción es la acertada, a la luz del mismo texto griego que les ha servido de base? ¿Existe alguna explicación con base en el texto griego, que ayude a explicar y comprender esta problemática?

Vayamos, pues, al texto griego. El texto griego de 2 Timoteo 2.6 es:

«ton kopiónta gueorgón déi próton ton karpón metalambánein».

Ahora bien, la expresión «ton kopiónta gueorgón» (en caso acusativo, género masculino, y en singular), debe traducirse: “El labrador esforzado, el labrador que trabaja arduamente”.

La palabra «déi» es un verbo impersonal (es menester, es necesario, es un deber), y que tiene como sujeto a la palabra «metalambánein» (un infinitivo presente activo), traducción: “es necesario que reciba”, “es menester que reciba”.

La expresión «ton karpón» (caso genitivo, género masculino, número plural), traducción: “de los frutos”.

Finalmente tenemos la palabra «próton», que puede ser considerada un adjetivo o como un adverbio.

Como adjetivo, «próton», corresponde al caso acusativo, masculino, singular de «prótos», y según el «Léxico Griego-Español del NT», de Alfred E. Tuggy, publicado por Editorial Mundo Hispano, significando: primero, anterior.

Como adverbio, «próton», según la misma fuente citada, significa: primeramente, antes que todo, en primer lugar.

Ahora bien, como adjetivo, «próton», ha de considerarse un acusativo, masculino, singular, y la sintaxis exige que para poder decir que éste tiene una relación vital con un sustantivo, en un contexto determinado, el sustantivo también tendría que estar igualmente en caso acusativo, de género masculino y en número singular. Pero como adverbio, «próton», ha de considerarse un nominativo o acusativo neutro, singular, y por lo general se usa sin artículo.
 
Pero, ¿cómo se usa aquí la palabra «próton», como adjetivo o como adverbio? ¿Es posible considerar aquí a «próton» como un adjetivo? ¿Hay o no, en el pasaje en cuestión, un sustantivo con el cual concuerde «próton», y con el cual pudiese tener una relación sintáctica? Respuesta: sí.   

En tal sentido, hay que poner de relieve que la expresión «ton kopiónta gueorgón» (el labrador esforzado, el labrador que trabaja arduamente) está precisamente en caso acusativo, en género masculino, y en número singular. Ahora bien, aunque es innegable la concordancia, incluso morfología similar, que existe entre la expresión «ton kopiónta gueorgón» y la palabra «próton»; no obstante, no tiene aquí la palabra «próton» un uso como adjetivo, sino más bien un uso adverbial, como adverbio.

De hecho, asumir como relacionados sintácticamente las dos expresiones en cuestión: «ton kopiónta gueorgón próton», la traducción de dicha frase sería: “el labrador esforzado primero”, frase que no tendría sentido en el contexto de 2 Timoteo 2.6. En consecuencia no queda otra opción que asumir como la palabra «próton» como adverbio.

Luego, es preciso advertir que no es en relación a si asumir a «próton» como adverbio o si como adjetivo donde radica el problema que confronta a la Reina  Valera 1960 y a las versiones de la Biblia que han traducido como ella a 2 Timoteo 2.6, con relación a otras versiones de la Biblia que han  traducido de manera distinta el pasaje en cuestión; sino en relación al verbo impersonal «déi» (es menester, es necesario, es un deber), y el infinitivo (sujeto de dicho verbo impersonal) «metalambánein» (que reciba).

La cuestión es que mientras que el texto griego de 2 Timoteo 2.6 afirma «déi metalambánein», o sea, «es necesario que reciba»; la Reina Valera 1960 y otras, han traducido «debe trabajar» («es necesario que trabaje»), como si el texto griego dijera: «déi gueorguéin», lectura que, sin embargo, no es apoyada siquiera por el «Textus Receptus», ni aparece como variante o como lectura alternativa en el aparato crítico del «Novum Testamentum Grace Nestle-Aland».  

En consecuencia, sin lugar a dudas, con base al texto griego, la traducción acertada de 2 Timoteo 2.6 es: «Es menester que primeramente reciba de los frutos, el labrador esforzado (que trabaja arduamente)». Otra acertada traducción en la misma línea: «Es necesario que primero reciba de los frutos, el labrador esforzado (que trabaja arduamente)».

En suma, 2 Timoteo 2.6 no establece una condición: «que primero trabaje, es necesario que trabaje primero para recibir de los frutos»; sino y más bien, un reconocimiento al labrador esforzado: «Que reciba primero de los frutos, antes que el resto, el labrador esforzado» (que trabaja arduamente).



¡Hasta la próxima!  


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