El imperativo presente y el imperativo aoristo en el
contexto del Padrenuestro
Cuestiones de exégesis, traducción y teología bíblicas
Héctor
B. Olea C.
En la misma línea de la explicación que
ofrecí en mi comentario de Juan 20.17, respecto de la sutil distinción que en
la lengua griega se establece entre el aspecto de la acción verbal en el modo
imperativo de tiempo presente (acción durativa), y el aspecto de la acción
verbal en el modo imperativo pero en tiempo aoristo (acción única, específica y
puntual); ahora quiero poner de relieve la presencia de esta distinción, y sus
implicaciones, en la tercera de las cinco peticiones que involucra el
Padrenuestro.
Ahora bien, es preciso tener presente que la
brevedad, lo menos elaborada y desarrollada que es la versión del Padrenuestro
que registra Lucas, la señalan como la más antigua, y es la que más se asemeja
a la versión que se encuentra en «Q» (fuente común a Mateo y a Lucas).
Por supuesto, si bien entiendo que es más
acertado hablar de “cinco peticiones”, soy consciente de que hay quienes hablan
de “siete peticiones” (porque dividen en dos la segunda en “Venga tu reino”, y “hágase tu voluntad”; y la
quinta en “no nos pongas en tentación” y “líbranos del mal”); pero otros hablan
de “seis peticiones” (porque al menos dividen la segunda).
No obstante, entiendo que son discutibles
estas dos distinciones. Además, desde el punto de vista de la Crítica textual,
la versión del Padrenuestro de Lucas concluye en armonía con la versión de «Q»,
o sea, en «No nos pongas en tentación». Y desde el mismo punto de vista de la Crítica
textual, la versión del Padrenuestro de Mateo, en realidad termina con la frase
«alá rúsai jemás apó tu ponerú»: “y líbranos del malo”.
Pues bien, las cinco peticiones del
Padrenuestro son:
1) Santificado sea tu nombre, 2) Venga tu
reino, 3) Danos hoy el pan cotidiano, 4) Perdona nuestras ofensas, y 5) No nos
pongas en tentación.
Evidentemente, es demasiado obvio que estas
cinco peticiones del Padrenuestro están redactadas en castellano, en modo
imperativo; sin embargo, si bien también están redactadas en modo imperativo en
el griego, es preciso advertir que hay una distinción que se establece en el
griego entre el aspecto de la acción de una forma verbal en modo imperativo de
tiempo presente, y el aspecto de la acción de una forma verbal también en modo
imperativo, pero en tiempo aoristo (ya sea aoristo primero o aoristo segundo).
La distinción fundamental es que por lo
general, una forma verbal en modo imperativo y en tiempo presente, señala una
acción durativa, continua, continuada; mientras que una forma verbal en modo
imperativo y en tiempo aoristo, apunta a una acción específica y puntual.
En tal sentido conviene destacar que la versión
del Padrenuestro de Mateo empleó el imperativo aoristo en las cinco peticiones;
y que Lucas coincide en emplear el imperativo aoristo sólo en cuatro de las
peticiones, siendo la excepción la tercera petición. En la tercera petición,
emplea Lucas, a diferencia de Mateo, el mismo modo imperativo, pero en tiempo
presente.
Consideremos ahora las cinco formas verbales
en griego que están detrás de las formas verbales principales de cada petición
del Padrenuestro.
«Sea santificado»: «jaguiasthéto» (Mateo y
Lucas), forma verbal en modo imperativo, tiempo aoristo primero, voz pasiva,
tercera persona del singular, del verbo «jaguiázo» (yo santifico).
«Venga»: «elthéto» (Mateo y Lucas), forma
verbal en modo imperativo, tiempo aoristo segundo, voz activa (aunque con
morfología de voz media, por ser de un verbo defectivo o deponente), terera
persona del singular, del verbo «érjomai» (yo vengo).
«Danos»: «dos» (sólo Mateo), forma verbal en
modo imperativo, tiempo aoristo segundo, voz activa, segunda del singular, del
verbo «dídomi» (yo doy).
Pero Lucas emplea la forma verbal «dídu»
(danos y sigue dándonos), en modo imperativo, tiempo presente, voz activa,
segunda persona del singular, del mismo verbo «dídomi» (yo doy).
Perdona: «áfes» (Mateo y Lucas), forma verbal
en modo imperativo, tiempo aoristo segundo, voz activa, segunda persona del
singular, del verbo «afíemi» (yo perdono).
«No nos pongas o no nos entres»: «eisenénkes»
(Mateo y Lucas), forma verbal en modo subjuntivo, tiempo aoristo primero, voz
activa, segunda persona del singular, del verbo «eisféro» (yo llevo adentro, yo
meto, introduzco, pongo en).
Ahora bien, ¿cuáles son las implicaciones que
tiene el que Mateo haya empleado el imperativo aoristo «dos», pero Lucas el
imperativo presente «dídu»?
Según Mateo, el Jesús de Mateo, sugirió pedir
el pan o alimento cotidiano, el pan necesario, el pan o alimento propio del día
u ocasión específica en la que se orare. Teniendo, pues, este enfoque de marco,
emplea Mateo, 1) el imperativo aoristo «dos» (danos); y 2) agrega la palabra
«sémeron» (hoy). En suma, la tercera petición del Padrenuestro, en la versión
de Mateo, es «ton árton jemón ton epiúsion dos jemín sémeron»: «Danos hoy
nuestro pan cotidiano».
Pero muy a pesar de coincidir Lucas con Mateo,
en poner de contexto general la expresión «jótan proséujesthe» (cuando ustedes
oren, cada vez que ustedes oren); según Lucas, el Jesús de Lucas, sugiere pedir
el pan o alimento de cada día. En consecuencia, teniendo a la vista este
enfoque, emplea Lucas, 1) el imperativo presente «dídu» (danos y sigue
dándonos); y 2) agrega la frase «kath’ jeméran» (cada día). Luego, la tercera
petición del Padrenuestro, según la versión de Lucas, es: «ton árton jemón ton
epiúsion dídu jemín to kath’ jeméran»: «Danos cada día (día tras día) nuestro
pan cotidiano».
Finalmente, si bien sugieren algunos que en la versión de Mateo del Padrenuestro hay ciertas resonancias escatológicas, incluso también en la de Lucas; coincido con el punto de vista del «Comentario Bíblico San Jerónimo» cuando plantea que en la forma en que Lucas redactó la tercera petición del Padrenuestro, la interpretación escatológica cede el paso a los problemas diarios más apremiantes.
Finalmente, si bien sugieren algunos que en la versión de Mateo del Padrenuestro hay ciertas resonancias escatológicas, incluso también en la de Lucas; coincido con el punto de vista del «Comentario Bíblico San Jerónimo» cuando plantea que en la forma en que Lucas redactó la tercera petición del Padrenuestro, la interpretación escatológica cede el paso a los problemas diarios más apremiantes.
En suma, si bien no hemos de descartar ni
menospreciar los aportes de los enfoques escatológicos, ni el papel y el
estímulo de las utopías en las perspectivas escatológicas; no es menos cierto
que parece que jamás habrán de perder su
vigor y pertinencia las palabras de Jacobo (Santiago), cuando dice:
“Y si un hermano o una hermana están
desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día («tes efeméru trofés»), 16y alguno de
vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas
que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? 17Así también la fe, si
no tiene obras, es muerta en sí misma” (Jacobo 2.15-17).
¿«Ofensas»
(«faltas) o «deudas»?
Ciertamente emplea Mateo (6.12), después de
la forma verbal «áfes» (Perdona), la expresión «ta ofeilémata». Consiste, pues,
dicha expresión en el caso acusativo, género neutro, plural, de la palabra
«oféilema» (deuda, error, culpa, pecado). Deriva la palabra «oféilema», del
verbo «oféilo»: deber, ser deudor, tener que, estar obligado a, pecar contra
(«Léxico Griego-Español del NT», Alfred
E- Tuggy).
En consecuencia, la expresión «ta ofeilémata»
(las faltas, ofensas, las deudas, etc.) apunta en general a todas aquellas
cosas con las que se entiende que le fallamos a Dios, a todas aquellas cosas
que se entienden como obligación nuestra delante de Dios; ahora bien, ha de
comprenderse que aquí podemos considerar incluidas las ofensas a Dios por hacer
aquello que se supone que no deberíamos hacer (comisión) por o para agradarle a
Dios, como aquellas que por la misma razón se entiende que no deberíamos dejar
de hacer (omisión).
Por otro lado, llama la atención que Lucas
(11.4), después de emplear la misma forma verbal que empleó Mateo, o sea,
«áfes», en lugar de emplear la expresión «ta ofeilémata», utiliza la expresión
«tas jamartías». Consiste esta expresión en el caso acusativo, femenino, plural,
de la palabra «je jamartía»: el pecado, la transgresión, la culpa, la falta
(«Léxico Griego-Español del NT», Alfred
E- Tuggy). Consecuentemente, pienso que es verosímil considerar como sinónimas
las expresiones «ta ofeilémata» (Mateo) y «tas jamartías» (Lucas).
Finalmente, ante las implicaciones de la
expresión «ta ofeilémata» (Mateo), así como de la expresión «tas jamartías»
(Lucas); pienso que es verosímil, acertada y preferible la traducción «ofensas»
(«faltas) que «deudas».
Observación adicional en relación a la cuarta petición del Padrenuestro:
Como ya puse de relieve, en la cuarta
petición del Padrenuestro, tanto Lucas como Mateo emplean la forma verbal «áfes»
(perdona), Mateo 6.12 y Lucas 11.4; forma verbal en modo imperativo, tiempo
aoristo segundo, voz activa, segunda persona del singular, del verbo «afíemi»
(yo perdono).
Pero en la segunda parte de dicha petición, Mateo
insiste en el tiempo aoristo cuando emplea la forma verbal «afékamen» (aoristo
primero, voz activa, modo indicativo, primera persona del plural, del mismo
verbo «afíemi» (yo perdono). De todos modos, la versión de Mateo sugiere, con
el empleo del tiempo aoristo en las dos formas verbales mencionadas de la cuarta
petición, que la solicitud del perdón divino en una ocasión específica, presupone
que previamente le hemos concedido nuestro perdón sincero a las personas que
también nos han hecho algún mal.
Lucas, por su parte y, a pesar de emplear también
la misma forma verbal «áfes» (perdona), forma verbal en modo imperativo, tiempo
aoristo segundo, voz activa, segunda persona del singular, del verbo «afíemi»
(yo perdono); en la segunda parte de la petición en cuestión, Lucas emplea la forma
verbal «afíomen», forma verbal en tiempo presente, voz activa, modo indicativo,
primera persona del plural, de «afío», una variante del verbo «afíemi». En consecuencia,
con el empleo del tiempo presente en la segunda parte de la cuarta petición, la
versión de Lucas sugiere que la solicitud del perdón divino en una ocasión
específica, supone que la persona solicitante de dicho perdón, de manera previa,
continua y sincera ofrece su perdón a las personas que le han hecho y le hacen algún
mal.
¡Hasta la próxima!
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