La traducción de Génesis 12.19 en el centro de esta
cuestión
Héctor B. Olea C.
En el campo de la traducción bíblica es natural
que soñemos con que la forma en que un texto es traducido, es sencillamente el
reflejo de la base textual que le sirvió de soporte y punto de partida a una traducción
o versión de la Biblia.
Sin embargo, como la labor de la reproducción
y distribución de la Biblia no es una tarea del todo inocente y mucho menos
desinteresada, no son pocos los casos en que la traducción de un determinado
pasaje bíblico no se sustenta precisamente en la base textual de la versión de
la Biblia de que se trate, ni siquiera en una legítima variante textual (al margen
de la calidad o de si es sobresaliente o mínimo el número de manuscritos que la
sustentan), ni en el hecho der ser oscuro, difícil o incompleto el texto objeto
de traducción.
En consecuencia, nos vemos en la necesidad de
buscar otras explicaciones distintas a las textuales, en el intento de explicar
la desacertada traducción de ciertos pasajes en determinadas traducciones o versiones
de la Biblia.
Ciertamente, en muchos casos, la traducción de
ciertos pasajes obedece a preocupaciones de índole moral y teológica que
muestra el equipo de traducción, como miembros de una comunidad de fe determinada.
En estos casos, al parecer, la comunidad de fe que ha hecho suyo el texto del
hagiógrafo, entiende que éste (el hagiógrafo) se mostró muy despreocupado o muy
poco interesado en cuidar ciertos detalles, el enfoque de ciertas afirmaciones que,
sin embargo, han venido a ser de mucha de importancia y preocupación para dicha
comunidad de fe.
En tal sentido, llama la atención la forma en
que Génesis 12.19 ha sido traducido en la serie Reina Valera, y no sólo en la
serie Reina Valera.
Observemos, pues, la manera en que se ha
traducido Génesis 12.19 en la serie en cuestión: 1) En la revisión de 1909 (¿Por qué dijiste: Es mi hermana?
poniéndome en ocasión de tomarla para mí por mujer?); 2) En la
revisión de 1960 (¿Por qué dijiste: Es mi
hermana, poniéndome en ocasión de tomarla para mí por mujer?); 3) En la
revisión de 1977 (¿Por qué dijiste: Es mi hermana, poniéndome en
ocasión de tomarla para mí por mujer?); 4) En la Reina Valera 1995 (¿Por qué
dijiste: “Es mi hermana”, poniéndome en ocasión de tomarla para mí por mujer?); 5) En la Reina Valera Actualizada 1989 (¿Por qué dijiste:
‘Es mi hermana’, poniéndome en ocasión de tomarla para mí por mujer?); 6) En la Reina Valera Actualizada 2015 (¿Por qué dijiste: ‘Es mi hermana’, poniéndome en ocasión de
tomarla para mí por mujer?); 7) Incluso
en la reciente y llamada Reina Valera Contemporánea (¿Por qué dijiste: “Es mi hermana”? ¡Pude haberla tomado como
mi mujer!).
Pero yendo aún más lejos, la Nueva Versión Internacional que en muchos
aspectos supera a la serie Reina Valera, también concuerda con la misma cuando
tradujo: ¿Por qué dijiste que era tu hermana? ¡Yo pude
haberla tomado por esposa!
Pero el problema
no sólo afecta a estas muy populares versiones protestantes de la Biblia, sino
que también afectó a clásicas y muy prestigiosas versiones católicas de la Biblia.
Por ejemplo: 1) Nacar-Colunga
(¿Por qué dijiste: Es mi hermana, dando lugar a que la tomase yo por mujer?); 2)
Torres Amat (¿Por qué motivo dijiste ser hermana tuya, poniéndome en ocasión de
casarme con ella?); 3) Bover Cantera (¿Por qué dijiste: 'Es mi hermana', dando
lugar a que la tomara yo por esposa?).
Como necesaria y oportuna observación gramatical,
quiero poner de relieve que es preciso tener en cuenta que la forma verbal «tomase»
(empleada por la versión Nacar-Colunga), y la forma verbal «tomara» (empleada
por la versión Bover Cantera); son sencillamente equivalentes, y corresponden a
las dos formas del pretérito imperfecto, primera persona del singular, del
verbo «tomar», en el modo subjuntivo (que señala la acción como dudosa,
condicional, como probable, pero jamás como ocurrida, como que tuvo lugar).
Por otro lado, y muy a propósito, quiero
poner de relieve lo desacertada que es aquí la Traducción del Mundo de las Santas
Escrituras (la de los Testigos de Jehová), y cómo se encuentra en la traducción
de Génesis 12.19, en la misma y triste condición de las prestigiosas versiones
protestantes y católicas de la Biblia, sin que podamos establecer diferencia
alguna entre ellas. Esto así, pues tradujo en la misma línea que estas: “¿Por
qué dijiste: ‘Es mi hermana’, de modo que yo estuve a punto de tomarla por
esposa?”
De todos modos, me es preciso llamar la
atención algunas notables excepciones tanto del lado de las versiones
protestantes, como del lado de las versiones católicas.
Del lado protestante, una honrosa excepción lo
constituye la Nueva Traducción Viviente (NTV), cuando tradujo: ¿Por qué dijiste: “Es mi hermana” y con
esto me permitiste tomarla como esposa? Ciertamente me es preciso llamar
la atención a que esta traducción que muestra la NTV, contrasta con la que hizo
la Nueva Versión Internacional, dado que por lo general la NTV se muestra muy
concordante con su antecesora la NVI.
Otra honrosa
excepción, además de la NTV, por parte de las versiones protestantes de la
Biblia, la representa la llamada Biblia Textual tercera edición: “¿Por qué dijiste: Es
mi hermana? Pues yo la tomé para mí por mujer”.
Del lado católico,
la honrosa excepción la viene a representar la Biblia de Jerusalén de 1976 (¿Por qué dijiste:
“Es mi hermana”, de manera que yo la tomé por mujer?); y la Biblia de Jerusalén
1998 (¿Por qué dijiste: "Es mi hermana", de manera que yo la tomé por
mujer?).
Otra valiosa
excepción católica lo representa la Biblia del peregrino de estudio 1996 y
1998, cuando tradujo: “¿Por qué me dijiste que era tu hermana? Ya la he tomado
por esposa”.
Ahora bien, ¿Afirma
el texto hebreo que Sara llegó a ser mujer o esposa del Faraón? ¿Afirma el
texto hebreo que sólo fue una simple posibilidad el que Sara hubiese sido mujer
o esposa del Faraón? ¿Qué es lo que en realidad dice el texto hebreo?
Como de manera
muy acertada puso de relieve mi apreciado amigo y colega Cesar Silva, no hay
dudas de que el texto hebreo de Génesis 12.19 afirma efectivamente que el Faraón
tomó a Sara por mujer, por esposa, que la hizo parte de su harén.
En tal sentido,
no podemos obviar lo que incluso es muy evidente en la misma Reina Valera 1960,
que por haber llevado a Sara a su casa, y hacerla parte de su harén, Abraham recibió
una serie de valiosos regalos por parte del Faraón: “Y aconteció que cuando entró Abram en Egipto, los egipcios vieron que
la mujer era hermosa en gran manera. 15También la vieron los
príncipes de Faraón, y la alabaron delante de él; y fue llevada la mujer a casa
de Faraón. 16E hizo bien a Abram por causa de ella; y él tuvo
ovejas, vacas, asnos, siervos, criadas, asnas y camellos” (Génesis 12.14-16).
Por otro lado, la
forma verbal «va-’eqáj», es una forma verbal inversa, o sea, una forma verbal de estado
o tiempo imperfecto convertida en estado o tiempo perfecto por la «va»
conversiva -una «wayyiqtol», correspondiente a la primera persona común singular (yo), del verbo «laqáj».
Luego, el sentido correcto de la forma verbal «va-’eqáj» es «tomé, escogí, retuve»; y sumada a la expresión
que le sirve de complemento «’otaj li le-’isháh», resulta en la expresión «va-’eqáj
’otaj li le-’isháh»: «la tomé a ella por mi mujer» (como mujer para mí, para
ser mi mujer, la hice mujer mía, mi mujer).
Por su parte, la
Septuaginta también concuerda con el texto hebreo cuando tradujo: «kái élabon
autén emautó eis gunáika»: «y la tomé por mujer para mí mismo».
Consecuentemente,
si el texto hebreo y la Septuaginta concuerdan en lo absoluto en afirmar que
por mentir Abraham (al presentar a Sara como su hermana y no como su esposa),
le dejó libre el camino al Faraón para tomarla como mujer y hacerla parte de su
harén; ¿por qué razón habrán manipulado el texto de Génesis 12.19, las citadas
versiones de la Biblia, a pesar de la evidencia que aportan los versículos 14-16
del mismo capítulo 12 de Génesis?
Respuesta: Ante la
ausencia de una variante textual que justifique la forma en que la Reina Valera
e incluso prestigiosas versiones católicas de la Biblia han manipulado a
Génesis 12.19; no nos queda más remedio que sospechar que tuvieron la intención
de salvaguardar la imagen pública del patriarca Abraham en dos planos: 1) Como
hombre de fe, como el padre de la fe, procurando evitar de manera sutil que su
imagen de hombre de fe se viera manchada con una mentira (en un aparente
debilitamiento de su fe y confianza en su Dios), ante la sospecha de que la
hermosura de su esposa Sara podría poner su vida en peligro;
2) Como varón y
macho, evitando poner de relieve el que efectivamente la mujer del patriarca
fue parte del harén del Faraón, que la esposa del patriarca fue hecha mujer de
un personaje como el Faraón (hecho nada halagüeño para la imagen de “macho” del
varón en una cultura eminentemente patriarcal). Por supuesto, estos dos hechos contrastan
y atentan con la imagen y expectativas que por lo general tienen las
comunidades cristianas respecto de ciertos personajes bíblicos con
especialidad, sino es que de todos.
En todo caso,
resulta muy llamativo y curioso que lo que no fue una preocupación para el hagiógrafo,
sí lo haya sido, sí lo es para algunos equipos de traducción bíblica, por supuesto, también para las comunidades
de fe que han hecho suyo el texto del hagiógrafo.
De todos modos
y, en suma, es preocupante que, desde la perspectiva de la exégesis y la labor
de traducción, ciertos equipos de traducción (católicos y protestantes) se hayan
preocupado más por salvaguardar la imagen del patriarca Abraham, que por comunicar
lo que efectivamente dice el texto, así de sencillo.
¡Hasta la próxima!
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