La traducción del Decálogo en la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras (TNM)


Un estudio comparativo (crítico, no apologético) más de versiones de la Biblia


Héctor B. Olea C.

Este artículo es una continuación del anterior donde analizamos el papel del tiempo futuro con valor del modo imperativo, tomando como texto base las ocho prohibiciones definitivas del Decálogo, específicamente en la versión de Éxodo 20.

Pues bien, como demostramos en el nuestro referido artículo, de los diez mandamientos del Decálogo (Éxodo 20 y Deuteronomio por igual), dos se redactaron como mandamientos positivos, en forma positiva (el cuarto: el de la observación del día de reposo, y el quinto: el deber de honrar al padre y a la madre); pero ocho se dieron como mandatos en negativo, en forma de prohibiciones, y con una estructura sintáctica que los describe como mandamientos absolutos, definitivos, perennes.

Conviene, pues, poner de relieve que hay dos formas de redactar mandatos en negativos o prohibiciones en el hebreo bíblico. La primera: «’al» más el estado o tiempo imperfecto, si se considera una prohibición puntual, inmediata y específica. La segunda: «lo’» más el estado o tiempo imperfecto, si se considera una prohibición definitiva, absoluta, y permanente.  

A manera de ilustración, vamos a considerar ahora cuatro ejemplos de prohibiciones inmediatas, específicas, no permanentes, no definitivas.

Primer ejemplo: Éxodo 3.5 («’al» más el imperfecto del verbo «qaráv»: acercarse)

En este pasaje la prohibición «No te acerques» (prohibición inmediata y específica), es la traducción de la expresión hebrea «al-tiqrav» (o «al-tiquerav»). Por su parte, la Septuaginta muestra esta vez una excelente comprensión del matiz de esta prohibición, y por eso la tradujo con el subjuntivo aoristo, o sea, «me enguíses» («enguises», subjuntivo aoristo, segunda persona singular, activo, del verbo «enguízo»: acercarse).    

Segundo ejemplo: Éxodo 19.15 («’al» más el imperfecto del verbo «nagá‘»: en este contexto «tener relaciones sexuales»).

En este pasaje la prohibición «No toquen mujer» (no tengan relaciones sexuales con mujer), es una prohibición inmediata y específica. Una vez más, muestra aquí la Septuaginta una comprensión excelente de la prohibición hebrea, y por eso tradujo la expresión hebrea «’al-tigshú» (o «’al-tigueshú»), con la expresión «me prosélthete» en subjuntivo aoristo («prosélthete», subjuntivo aoristo, segunda persona plural, activo, del verbo «proséjormai»: ir, acercarse).     
Tercer ejemplo: Números 16.15 («’al» más el imperfecto del verbo «panáh»: mirar, atender, aceptar).

En este pasaje, la prohibición «No mires» (no aceptes, no atiendas, no consideres), es también una prohibición inmediata y específica. Es la traducción de la expresión hebrea «’al tepén». Por su parte, la Septuaginta, mostrando una precisa comprensión del matiz de la prohibición hebrea, tradujo con el subjuntivo aoristo, con la expresión «me prosjés» («prosjés», subjuntivo aoristo, segunda persona del singular, activo, del verbo «proséjo»: prestar atención).

Cuarto ejemplo: Deuteronomio 9.26 («’al» más el imperfecto del verbo «shaját»: destruir, destrozar).

En este pasaje, la prohibición o mandato en negativo «No destruyas» (no extermines, no aniquiles), es la traducción de la expresión hebrea («’al-tashjet» (o «’al-tashejet»); y por supuesto, es una prohibición inmediata y específica. Respecto de la Septuaginta, una vez más muestra aquí una comprensión acertada del matiz de la prohibición hebrea, y por eso tradujo empleando el subjuntivo aoristo, o sea, «me exolethréuses» («exoléthreuses», subjuntivo aoristo, segunda persona del singular, activo, del verbo «exolethréuo»: destruir, exterminar, aniquilar).  

Análisis de la traducción de las ocho prohibiciones (o mandatos en negativo) del Decálogo.

Como dije antes, la traducción en futuro de los mandamientos 1ero, 2do, 3ero, 6to, 7mo, 8vo, 9no, y 10mo, es un reflejo de la influencia de la Septuaginta, más que una certera traducción del verdadero matiz hebreo de estas prohibiciones; mandatos en negativo que verdad fueron dados como prohibiciones absolutas, definitivas, y perennes.

Luego, lo que se esperaría es que cualquier traducción que se haga de estas prohibiciones o mandatos en negativo desde el hebreo al idioma que fuere; debería usar los recursos propios de cada lengua para comunicar con acierto el matiz y la fuerza del carácter definitivo de dichas prohibiciones.

En este sentido, en nuestro artículo anterior propusimos que una traducción acertada de las ocho prohibiciones definitivas y perennes del Decálogo, deberían traducirse en la siguiente línea:

1) En ninguna ocasión le rindas culto a una deidad que no sea yo; 2) Jamás te hagas imagen…; 3) Nunca se te ocurra usar el nombre de Dios como algo sin sentido; 6) Jamás le quites la vida a tu prójimo; 7) Nunca tengas relaciones sexuales con una mujer que tiene su pareja; 8) En ninguna ocasión te apropies de lo que no es tuyo; 9) Jamás le atribuyas a tu prójimo algo que no sea cierto; 10) Jamás desees para ti cosa alguna de tu prójimo.      
   
La traducción de las ocho prohibiciones del Decálogo, un análisis comparativo de versiones de la Biblia

Después de nuestra propuesta de la que entendemos como acertada línea de traducción de los ocho mandatos en negativo, paso a realizar un estudio comparativo de versiones de la Biblia en torno a la traducción de los ocho mandamientos en negativo del Decálogo, en el siguiente esquema.

I)             La traducción  de las ocho prohibiciones definitivas del Decálogo en cuatro prestigiosas versiones católicas de la Biblia.

II)            La traducción de las ocho prohibiciones definitivas del Decálogo en tres versiones protestantes de la Biblia de más prestigio (de más aceptación).

III)           La traducción de las ocho prohibiciones definitivas del Decálogo en dos muy conocidas versiones de la Biblia protestantes, que se apartan de las ya citadas.

IV)          La traducción de las ocho prohibiciones definitivas del Decálogo en la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras (la versión de la Biblia de los Testigos de Jehová).  


I)             La traducción de las ocho prohibiciones definitivas del Decálogo en cuatro prestigiosas versiones católicas de la Biblia.

La consideración del Decálogo en las siguientes versiones católicas de la Biblia, pone de manifiesto que estas siguieron el ejemplo de la Septuaginta al traducir empleando el tiempo futuro, en lugar de utilizar una redacción en castellano que lograra comunicar con más efectividad el matiz que estas prohibiciones tienen en el texto hebreo.

Las versiones católicas a las que hago referencia son: Torres Amat, Nacar-Colunga, Cantera Iglesias, y la Biblia de Jerusalén 1998.

Como ilustración y en representación de este grupo de versiones de la Biblia sólo voy a citar la traducción que ofrece la versión Nacar Colunga: 

1) No tendrás otro Dios que a mí; 2) No te harás imágenes…; 3) No tomarás en falso el nombre de Yahvé; 6) No matarás; 7) No adulterarás; 8) No robarás; 9) No testificarás contra tu prójimo falso testimonio; 10) No desearás la casa de tu prójimo…

II)            La traducción de las ocho prohibiciones definitivas del Decálogo en tres versiones protestantes de la Biblia de más prestigio (de más aceptación).
La consideración del Decálogo en las siguientes versiones protestantes de la Biblia, pone en evidencia que estas, como las mencionadas versiones católicas, también siguieron el ejemplo de la Septuaginta al traducir empleando el tiempo futuro, en lugar de utilizar una redacción en castellano que lograra comunicar con más efectividad el matiz que estas prohibiciones tienen en el texto hebreo. Las tres versiones protestantes a las que hago referencia son: Reina Valera 1960, la Biblia de las Américas, y la Biblia Textual tercera edición.

Como ilustración y en representación de este grupo de versiones de la Biblia sólo voy a citar la traducción que ofrece la Biblia de las Américas:

1) No tendrás otros dioses delante de mí; 2) No te harás ídolo; 3) No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano; 6) No matarás; 7) No cometerás adulterio; 8) No hurtarás; 9) No darás falso testimonio contra tu prójimo; 10) No codiciarás la casa de tu prójimo…
 
III)           La traducción de las ocho prohibiciones definitivas del Decálogo en dos muy conocidas versiones de la Biblia protestantes, que se apartan de las ya citadas.

La consideración del Decálogo en la Nueva Versión Internacional (NVI) y en la Nueva Traducción Viviente (NTV), pone de relieve que estas dos versiones de la Biblia toman distancia de las versiones de la Biblias católicas mencionadas, y de las versiones de la Biblia protestantes igualmente consideradas.

La NVI y la NTV llaman la atención por no emplear el tiempo futuro, por tomar distancia de la traducción que hizo originalmente la Septuaginta. Luego, si bien es preciso admitir que  la NTV y la NVI representan en este sentido una mejora en la cuestión que nos ocupa, en relación a todas las versiones de la Biblia ya mencionadas; no es menos cierto que tampoco lograron comunicar toda la fuerza del matiz que tienen las ocho prohibiciones definitivas del Decálogo.

En representación de la línea de traducción empleada por la NTV y la NVI, voy a citar la traducción que hizo la NVI:

1)  No tengas otros dioses además de mí; 2) No te hagas ningún ídolo…; 3) No uses el nombre del Señor tu Dios en falso; 6) No mates; 7) No cometas adulterio; 8) No robes; 9) No des falso testimonio en contra de tu prójimo; 10) No codicies la casa de tu prójimo…

IV)          La traducción de las ocho prohibiciones definitivas del Decálogo en la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras (la versión de la Biblia de los Testigos de Jehová).  

Antes de citar la traducción que hizo la TNM de las ocho prohibiciones definitivas del Decálogo, es preciso advertir que esta, por un lado, se aleja de la Septuaginta al no emplear el tiempo futuro, y supera las versiones católicas mencionadas, así como las tres versiones protestantes consideradas; por otro lado, viene a representar un paso positivo, un plus en la línea de traducción que hicieron la NVI y la NTV.

A continuación la traducción que hizo la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, de las ocho prohibiciones definitivas del Decálogo.

1) No debes tener otros dioses contra mi rostro; 2) No debes hacerte una imagen tallada… 3)  No debes tomar el nombre de Jehová tu Dios de manera indigna; 6) No debes asesinar; 7) No debes cometer adulterio; 8) No debes hurtar; 9) No debes dar testimonio falsamente como testigo contra tu semejante; 10) No debes desear la casa de tu semejante…


Conclusión:

Este análisis comparativo de versiones de la Biblia, de las ocho prohibiciones definitivas o mandatos en negativo del Decálogo; a la luz del texto hebreo y de la traducción que hizo la Septuaginta, pone de manifiesto que la traducción que ofrecen las cuatro versiones prestigiosa católicas de la Biblia consideradas (Torres Amat, Nacar-Colunga, Cantera Iglesias, y la Biblia de Jerusalén 1998); las tres muy conocidas y valoradas versiones protestantes de la Biblia mencionadas (Reina Valera 1960, la Biblia de las Américas, y la Biblia Textual tercera edición); son superadas, en primer lugar, por la Nueva Versión Internacional (NVI), y por la Nueva Traducción Viviente (NTV); en segundo lugar, son superadas por la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrititas (que en honor a la verdad también superó en esta cuestión a la NVI y a la NTV).

En suma, es en realidad muy relativo el prestigio de una versión de la Biblia, de cualquier versión de la Biblia, de toda versión de la Biblia. Además, es definitivamente caso por caso como se han de poner de relieve las virtudes y desaciertos de toda y cualquier versión de la Biblia.

Finalmente, y como ya lo he dicho tantas veces, es posible que la versión de la Biblia de menor prestigio y más cuestionada; a pesar de todo, en un análisis serio, riguroso, académico y no apologético del texto bíblico fuente (hebreo, arameo y griego), sea ella (la versión de menor o ningún prestigio) la mejor opción, la que ofrezca la mejor traducción de un pasaje o texto bíblico específico. En ese mismo sentido, ocurre también que la versión (o versiones) de mayor prestigio, las más recomendadas, no resulten las mejores, las más acertadas, como por lo general se espera, como desde un principio se sospecha.

Definitivamente, toda versión de la Biblia es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Toda versión de la Biblia merece un justo juicio. Es necesario e ideal que nos acerquemos, pues, siempre, con una actitud crítica, de sospecha, y desprejuiciada a toda y cualquier versión de la Biblia, así de sencillo.


  
¡Hasta la próxima!

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