Héctor
B. Olea C.
Insisto: No veo como ideal, mejor, o más
recomendable el fundamentalismo católico y evangélico que opta por la “no interrupción”
de un embarazo cuya continuidad amenaza seriamente la subsistencia de la madre,
de la criatura misma, o de ambas a la vez; y el fundamentalismo del movimiento
conocido como «Testigos de Jehová», que igualmente opta por mandar a la tumba a
una persona con tal de evitar a ultranza una simple pero vital transfusión de sangre.
En suma, no siempre (¿casi nunca?) es admisible
y acertada la distinción que plantea la “ortodoxia” que, de manera radical,
considera “errónea” la postura de la “heterodoxia”; pero correcta e ideal, la
opción suya; así de sencillo.
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