«Sin el consentimiento de», ¿una añadidura de los traductores que no está en el texto griego de Mateo 10.29?


«Sin el consentimiento de», ¿una añadidura de los traductores que no está en el texto griego de Mateo 10.29?

Cuestiones de lingüística, gramática y traducción bíblica

Héctor B. Olea C.

De vez en cuando, personas que no conocen a fondo las lenguas bíblicas ni la labor de traducción, hacen afirmaciones que, en honor a la verdad carecen de fundamento, muy a pesar de ser propuestas piadosas y, aparentemente, sin ninguna mala intención.

En tal sentido, la acusación de que los traductores bíblicos en Mateo 10.29 han insertado, han añadido la expresión «sin el consentimiento de», es una de ellas.

Luego, para comprender adecuadamente el texto griego de Mateo 10.29 y proponer una traducción acertada, es preciso poner de relieve la función y el significado (la carga semántica) de la palabra «áneu» (preposición, preposición impropia, empleada con el caso genitivo).

Pues bien, la palabra «áneu» (preposición impropia), tanto en el Griego Clásico como en el Griego Koiné, puede indicar: 1) falta de compañía: sin (sin la compañía de, sin el acompañamiento de); 2) pero también significa: separación (lejos de), y 3) además puede indicar el agente (a alguien responsable de una acción verbal), significando “sin que lo sepa alguien, sin que lo quiera alguien, sin que lo permita alguien”.

Ahora bien, ¿no está seguida aquí la preposición impropia «áneu» del caso genitivo?

Por supuesto que sí, sin duda alguna.

En honor a la verdad, cualquier persona que tenga al menos ciertas nociones de griego y vaya al texto griego de Mateo 10.29, notará de inmediato que la preposición «áneu» está seguida de la expresión «tu patrós jimón», sintagma nominal compuesto por el artículo determinado «tu» («tou»), por «patrós», genitivo masculino singular del sustantivo «patér» (padre), un sustantivo masculino de la tercera declinación, y por «jimón» (de ustedes), caso genitivo del pronombre personal de la segunda persona del plural, o sea, «jiméis» (ustedes).  

Consecuentemente, la afirmación de que en Mateo 10.29 la preposición «áneu» no está seguida del caso genitivo, es sencillamente otra afirmación errónea y carente de fundamento alguno a la luz del texto griego (crítico y receptus).

Es más, desde el punto de vista de la crítica textual, no hay la más mínima duda de la presencia de la expresión en caso genitivo «tu patrós jimón» en Mateo 10.29 siguiendo a la preposición «áneu».

Luego, en nuestra opinión, el contexto de Mateo 10.29 favorece asumir la preposición «áneu» como indicando un «agente» (alguien responsable de una acción verbal), por eso recomendamos como línea de traducción acertada la que pone de manifiesto la Biblia de Jerusalén 2019: “¿No se venden dos pajarillos por un as? Pues bien, ni uno de ellos caerá en tierra sin el consentimiento de vuestro padre” (en esta misma línea va La Nueva Biblia Española: “sin que lo disponga vuestro padre”).

Por su parte, debo decir que la obra «Los libros del Nuevo Testamento, traducción y comentario», del profesor Antonio Piñero, también traduce en esta misma línea: “¿Acaso no se venden dos gorriones por una monedilla? Y, sin embargo, ni uno de ellos caerá al suelo al soslayo de vuestro Padre”

Además, y finalmente, que Mateo 10.29 sugiera que ni siquiera un pajarillo (un ave) cae a tierra sin con el sentimiento de Dios (el padre celestial), es una afirmación consistente con la idea de que Dios es el que hace salir el sol sobre malos y buenos, y hace caer la lluvia sobre justos e injustos (que Dios es el que tiene el control de estos fenómenos; Mateo 5.45), y con la exigencia que plantea el Padre nuestro de que aceptemos que la voluntad de Dios se hace en el cielo y en la tierra (Mateo 6.10). 

Por otro lado, una situación similar a la de Mateo 10.29 la encontramos en Génesis 41.16 (en la clásica versión griega) con el empleo de la expresión «áneu tu (tou) zeú (zeoú) uk apokrizésetai to sotérion to Faraó»: «sin el consentimiento de Dios, la salvación (salud) no será dada al Faraón» (haciendo referencia a la petición del Faraón de la interpretación de su sueño).

Finalmente, sigue siendo demasiado evidente que, para pronunciarse con justo juicio, respecto de las versiones de la Biblia, y respecto de la acertada o desacertada traducción de un texto bíblico; se necesita mucho más que un corazón devoto y piadoso y el estar profundamente comprometido con alguna determinada teología, con un determinado proyecto teológico.  

En resumen, en conclusión, la afirmación de que la expresión «sin el consentimiento de» es un añadido al texto griego de Mateo 10.29, que es extraña al texto griego del pasaje en cuestión, es una sencilla muestra concreta de lo que es una injusta y no fundamentada evaluación de la traducción de un texto bíblico.

Recomendación bibliográfica: 1) «Diccionario griego español (DGE)», cinco tomos, bajo la dirección de Francisco R. Adrados; 2) «Diccionario del griego bíblico, Setenta y Nuevo Testamento, 2da edición, revisada y aumenta, de Amador Ángel García Santos (Verbo Divino, 20018); 3) «Léxico griego español del Nuevo Testamento», de Afred E. Tuggy (Editorial Mundo Hispano); 4) Diccionario exegético del Nuevo Testamento, dos tomos, Horst Balz - Gerhard Schneider (Sígueme, 2005).

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