«Llamará» (ella), «llamarás» (tú), «llamarán» (ellos) Isaías 7.14, Mateo 1.21, 23 y Lucas 1.31 en el centro de esta cuestión

«Llamará» (ella), «llamarás» (tú), «llamarán» (ellos)

Isaías 7.14, Mateo 1.21, 23 y Lucas 1.31 en el centro de esta cuestión

Cuestiones de intertextualidad, lingüística, crítica textual y traducción bíblica 

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Héctor B. Olea C.

Si bien no siempre será posible que la persona exégeta pueda tener un indiscutible dominio de la gramática de la lengua hebrea y de la gramática de la lengua griega al mismo tiempo y en la misma calidad y proporción (por muchas razones, por supuesto); no es menos cierto que tener dicha competencia sitúa a la persona exégeta en una posición especial, privilegiada y hasta envidiable. 

Esto así porque tiene la potestad de ver tanto el texto hebreo como el griego con sus propios ojos, y poder analizarlo morfosintácticamente de una manera directa, por sí misma, y en un mismo nivel de calidad, amplitud y profundidad.  

En tal sentido y, a la manera de ilustración, quiero poner de relieve una interesante situación relacionada con la intertextualidad que involucra el texto de Isaías 7.14, Mateo 1.21, 23, y Lucas 1.31 en relación al verbo “llamar”, “poner nombre”, “nombrar”.

En todo caso, lo primero que hay que poner de relieve es que para Isaías 7.14, en su debido contexto histórico y vital, el padre del niño no es José, sino el rey Acaz (hebreo y griego: «Ajaz»), la madre no es María, sino la esposa del rey Acaz, y el niño no es Jesús, sino Ezequías.

De todos modos, otra posibilidad es que la joven mujer sea la esposa del profeta Isaías, y el hijo prometido un tercer hijo del profeta.

En tal sentido, se entiende que la expresión hebrea «immánu él» (“Dios con nosotros”) sería tal vez la forma simbólica de nombrar un posible tercer hijo del profeta Isaías, de la misma manera en que simbólicamente nombraría sus otros dos hijos («Sheár yashúv»: «un resto volverá», 7.3; y «Majér shalál jash baz»: ¿pronto saqueo?, ¿ya viene la destrucción?, 8.3).    

Ahora bien, retomando la cuestión relativa a la traducción de Isaías 7.14, observamos que en la versión Reina Valera 1960, dice: “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y «llamará» su nombre Emanuel”.

Como podemos observar, la forma verbal «llamará» está en tiempo futuro, voz activa, modo indicativo, tercera persona del singular (sin marca de género en español).

Por otro lado, respecto del sujeto de dicha forma verbal, a la luz de una traducción como la que ofrece la tan popular y dominante Reina Valera 1960, no debería haber problema alguno para admitir que es la joven madre del niño: «ella dará a luz un hijo y le pondrá nombre».

Sin embargo, aunque al final sea esta la mejor opción, en lo que respecta al texto hebreo la situación es un tanto complicada.

La problemática en torno a la forma verbal «ve-qarát» en Isaías 7.14

Para tener la mejor comprensión posible de la problemática que envuelve la forma verbal hebrea presente en Isaías 7.14, «ve-qarát»; es preciso poner de relieve que la «flexión verbal hebrea» (conjugación), a diferencia de la flexión verbal griega (conjugación) y la flexión verbal del español (conjugación), incluye el «género gramatical» como categoría accidental (accidente gramatical) del verbo.

Esto significa que la concordancia entre el sustantivo sujeto de una acción verbal y el verbo respectivo, por lo general deben concordar en género y en número.

En tal sentido, es preciso decir que en el «perfecto» o «qatál» («katál», el pasado en hebreo moderno), las únicas formas comunes a ambos géneros son tres: la primera persona común singular (yo de género masculino, y yo de género femenino), la primera persona común plural (nosotros, nosotras), y la tercera persona común plural (ellos, ellas).

Para el resto de las personas gramaticales, existe una forma propia para la persona gramatical de género masculino, y una forma propia para la persona gramatical de género femenino: 2da persona masculina (singular y plural: tú, ustedes, vosotros), 2da persona femenina (singular y plural: tú femenino, ustedes femenino, vosotras), 3era persona masculina (singular: él), 3era persona femenina singular (ella).

Y con relación al «imperfecto» o «yiqtól» (el futuro en hebreo moderno), es preciso tener en cuenta que, en primer lugar, como en el «perfecto» o «qatál» («katál»), la forma de la primera persona del singular es común al género masculino y al género femenino (yo de género masculino, yo de género femenino); en segundo lugar, la forma de la primera persona del plural también es común al género masculino y el género femenino (nosotros, nosotras); en tercer lugar, la forma de la tercera persona femenina singular (ella) es precisamente la misma para la segunda persona masculina singular (tú masculino); en cuarto lugar, la forma de la tercera persona femenina plural (ellas), es exactamente la misma para la segunda persona femenina plural (ustedes femenino, vosotras).

Y para el resto de las personas gramaticales, existe una forma propia para la persona gramatical de género masculino, y una forma propia para la persona gramatical de género femenino: 3era persona masculina (singular y plural: él, ellos), 3era persona femenina (singular y plural: ella, ellas), 2da persona masculina (singular y plural: tú, ustedes, vosotros), 2da persona femenina (singular y plural: tú femenino, ustedes femenino, vosotras).

Además, hay otras casuísticas al respecto, que, por razones de espacio y por la naturaleza de este artículo, no vamos a considerar.

Ahora bien, a la luz de lo dicho, ¿cuál es el problema de la forma verbal «ve-qarát» en Isaías 7.14?

La problemática de la forma verbal «ve-qarát» en Isaías 7.14

En primer lugar, la forma verbal «ve-qarát» consiste en una forma «ve-qatál» o «ve-paál», un «perfecto conversivo», o sea, una forma verbal en estado perfecto o «qatál» con la «ve» conversiva y que le da el valor del «imperfecto» o «yiqtól».

En segundo lugar, formalmente consiste en la segunda persona femenina singular (tú femenino), de la raíz o forma léxica «qará» («kará»): “él llamó”, “él nombró”, “él puso nombre”.

Ahora bien, el problema es que, para la narrativa de Isaías 7.14, el rey Acaz es la segunda persona, pero es una persona de género masculino, y no del género femenino (precisamente una de las personas gramaticales que tienen una forma propia y específica para el género masculino, y otra propia y distinta para el género femenino), por lo que hace cuestionable la presencia aquí de la forma verbal «ve-qarát» (de la 2da persona femenina singular): «y tú (de género femenino) llamarás».

Por otro lado, en virtud de que la joven o muchacha (mujer joven) a la que hacen referencia las palabras del profeta Isaías es una tercera persona, pero una tercera persona femenina singular (ella); se esperaría que se hiciera referencia a ella con una forma verbal en la tercera persona femenina singular (precisamente una de las persona gramaticales para la que existe una forma propia para cada género), o sea, «ve-qareá» («ve-kareá»); pero lamentablemente no es esta la forma que observamos en el texto hebreo de Isaías 7.14.

En todo caso, a la luz de que la joven mujer es para el relato una tercera persona femenina, a pesar de la forma verbal «ve-qarát» (tú femenino, 2da persona femenina singular) empleada en Isaías 7.14; es que prácticamente todas las versiones de la Biblia en español han traducido empleando la tercera persona: «llamará» (ella llamará, ella pondrá nombre).

Es más, el «Diccionario de hebreo bíblico español», Luís Alonso Schokel (TOTTA), sugiere leer «ve-qareá» (tercera persona femenina singular: “y ella llamará”), por «ve-qarát» (“y tú -de género femenino- llamarás”), en Isaías 7.14.

La forma verbal «ve-qarát» y la crítica textual

Desde el punto de vista de la crítica textual, en virtud de la problemática que envuelve la forma verbal «ve-qarát», es preciso decir que el aparato crítico de la Biblia Hebraica Stuttgartensia (BHS) nos pone al tanto de una lectura alternativa.  

Pue bien, el aparato crítico de la Biblia Hebraica Stuttgartensia (BHS) nos pone al tanto de que, por un lado, entre los manuscritos de Qumrán, específicamente 1QIsa registra la lectura «ve-qará», otra forma verbal «veqatal», pero de la tercera persona masculina singular: «y él llamará», «y él nombrará», «y él pondrá nombre».

Por otro lado, que también el «Códice Sinaítico» («Codex Sinaiticus») de la Septuaginta (Los LXX) registra una forma verbal (griega) que concuerda con la misma forma «ve-qará» (“y él llamará”).

Por su parte, el aparato crítico de la clásica edición manual de la Septuaginta de Alfred Rahlfs plantea, en primer lugar, que el «Códice Vaticano» («Codex Vaticanus»), el «Códice Alejandrino» («Códice Alexandrinus») y el «Códice Efrén Reescrito» («Códex Epraemi Syri Rescriptus») registran la forma verbal «kaléseis», tiempo futuro, modo indicativo, segunda persona del singular: «tú  llamarás».

En segundo lugar, que el «Códice Sinaítico» («Codex Sinaiticus») de la Septuaginta (Los LXX) registra la forma verbal «kalései», tiempo futuro, modo indicativo, tercera persona del singular: «él, ella llamará».

En tercer lugar, que la recensión de Luciano registra la lectura «kalésete», forma verbal en tiempo futuro, modo indicativo, segunda persona del plural: «ustedes llamarán».

En cuarto lugar, el aparato crítico de la referida edición manual de la Septuaginta de Alfred Rahlfs, también da cuenta de la lectura «kalésusin», tiempo futuro, modo indicativo, tercera persona del plural: «ellos llamarán». 

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