Sobre la traducción del Salmo 23.1, cursos online de hebreo y griego bíblicos

 




¿«El Señor no me faltará»? ¿Una traducción correcta en el Salmo 23.1?

Cuestiones de lingüista, gramática, traducción y exégesis bíblica

Héctor B. Olea C.

En virtud de mi publicación de ayer titulada “«El Eterno es mi pastor», o «El Eterno me pastorea», una crítica puntual, pero justa y consciente a la traducción de Moisés Katznelson”, una persona reaccionó con el siguiente comentario:

“En alguna oportunidad leí ése párrafo como: "El Señor es mi pastor, Él no me faltará". Ese artículo definido "El" ¿es correcto el reemplazo de  "Nada"? Quedo atento a su respuesta. Gracias”

Y mi respuesta es la siguiente:

En primer lugar, como ya precisé en mi publicación, la traducción más acertada es “El Señor me pastorea”.

En segundo lugar, en el contexto de la frase en cuestión, “El” no es un artículo definido, sino más bien un pronombre personal de la tercera persona masculina singular: “Él”, “él”.

En otras palabras, «El» es pronombre personal en la frase «Él no me faltará», pero es artículo en la frase «El Señor no me faltará».   

En tercer lugar, no es correcta la traducción «Él no me faltará», por las siguientes razones.

Por un lado, el verbo que se ha traducido “no me faltará” (teniendo de sujeto a la primera persona común singular, “yo”), es el verbo hebreo «jasár» (faltar, no haber; necesitar, carecer, echar de menos, echar en falta, tener-pasar necesidad; disminuir, mermar, menguar, agotarse).

Por otro lado, el verbo «jasár» en la conjugación qal (la conjugación básica, y en la cual se encuentra el verbo «jasár» aquí, en el Salmo 23.1) no es un verbo de acción ni transitivo, sino un verbo de estado, estativo (verbo que indica un estado o condición del sujeto); luego, si bien el verbo «jasár» es un verbo transitivo en otras dos conjugaciones hebreas (piel y jífil), no es menos cierto que el verbo «jasár» se encuentra aquí en la conjugación qal.

Consecuentemente, como verbo estativo que es «jasár» en la conjugación qal, en el texto en cuestión, lo que está diciendo el texto hebreo del Salmo 23.1 es que el «Señor me pastorea», pero no que «Él (el Señor) no me faltará».

En otras palabras, lo que en realidad dice el texto hebreo del Salmo 23.1, a la luz de la metáfora «pastor oveja», es: “el Señor me pastorea, no tendré necesidad de pasto”, “como el Señor es quien me pastorea, no me faltará pasto, no padeceré necesidad”.

En tal sentido, la expresión hebrea «lo ejsár» (el verbo «jasár», como intransitivo, como verbo estativo, y teniendo de sujeto a la primera persona común singular, «yo») estrictamente significa: “no tendré necesidad” (yo), “no me faltará pasto” (a mí), “no estaré necesitado” (yo).

En honor a la verdad, la traducción «el Señor no me faltará», en mi opinión, se sustenta en una redacción que no es la que se encuentra en el Salmo 23.1.

Ejemplos de dos redacciones que podrían servir de base e ilustración para la redacción de la frase «el Señor no me faltará» en el Salmo 23.1

Como primer ejemplo quiero citar y considerar la redacción que encontramos en Jeremías 33.17.

Dicha redacción involucra: 1) un verbo transitivo activo o pasivo; 2) un objeto directo (voz activa) o un sujeto paciente (voz pasiva); 3) un objeto indirecto señalado por una preposición con un sufijo pronominal.

Pues bien, en el texto de Jeremías 33.17 la forma verbal transitiva es «yikarét», forma verbal yiqtól o imperfecto, en la conjugación nifal (por lo general pasiva o reflexiva), de la tercera persona masculina singular, del verbo o raíz «karát» (Nifal: ser cortado, faltar, acabarse, etc.), y que hace referencia directa al sustantivo «ish» (varón): «no faltará varón».

Y a David, señalado con la preposición «le» (a, para) con el sufijo pronominal de la segunda masculina singular, lo señala como el objeto indirecto de la forma verbal «yikarét».

Luego, la frase completa «lo yikarét le-David ish» significa: «no faltará para David un varón» («no le faltará a David un varón», «a David no le faltará un varón»).

En tal sentido, en esta misma línea, una redacción que sí justificaría la traducción «el Señor no me faltará», sería: «lo yikarét li YHVH»: «no faltará para mí el Señor» («el Señor no me faltará», «no me faltará el Señor»). Por cierto, en el versículo a continuación, el 18, volvemos a observar esta misma redacción, pero ahora en relación a los sacerdotes y levitas.

Observación: Aquí la preposición «le» con el sufijo pronominal de la primera persona común singular, « yo» (masculino y femenino): «li» (“a mí”, “para mí”). Por supuesto, igual redacción la encontramos en la expresión «No te faltará varón que gobierne en Israel», en 2 Crónicas 7.18 (véase el texto hebreo).

Luego, a la luz de esta redacción, podemos hacer una redacción hipotética del Salmo 23.1, en la siguiente línea, colocando a «YHVH» en la posición de «ish» (varón) en Deuteronomio 8.9, en la segunda frase: «YHVH roí, lo yikarét li YHVH»: «El Señor me pastorea, no faltará para mí el Señor» («El Señor me pastorea, él no me faltará»).    

Como segundo ejemplo quiero citar y considerar la redacción que observamos en Deuteronomio 8.9: «lo tej-sár kol baj»: «No te faltará nada en ella».

Aquí está presente el mismo verbo que leemos en el Salmo 23.1, incluso en la misma conjugación (la conjugación qal), en la misma forma (un imperfecto o yiqtól), pero en la segunda persona masculina singular, o sea, «tej-sár».

Consecuentemente, que el sujeto de la forma verbal «tej-sár» sea la segunda persona masculina singular, justifica la traducción «no te faltará» («a ti»), «no tendrás necesidad tú».

Completa, pues, la forma verbal «tej-sár», la palabra «kol» (todo, nada). Consecuentemente, la frase «lo tej-sár kol» significa: «no faltará a ti (para ti) nada» («no te faltará nada», «nada te faltará»).

Luego, el hecho de que en Deuteronomio el sujeto de la forma verbal «tej-sár» sea la segunda persona masculina singular, justifica la traducción «no te faltará» («a ti»), «no tendrás necesidad tú»); y en la misma línea, que el sujeto de la forma verbal «ej-sár» (Salmo 23.1) sea la primera persona común singular, «yo», demanda la traducción: «no tendré necesidad yo»,  «no me hará falta pasto a mí».

En consecuencia, siguiendo la redacción de Deuteronomio 8.9, podemos  proponer una redacción hipotética del texto hebreo del Salmo 23.1, colocando a «YHVH» en la posición de «kol» en Deuteronomio 8.9: «YHVH roí lo ej-sár YHVH»: «El Señor me pastorea, no me faltará el Señor» («Él Señor me pastorea, él no me faltará»).

En conclusión, la expresión «YHVH roí lo ej-sár» en el Salmo 23.1, en sentido estricto, dice: «El Señor me pastorea, no estaré necesitado» (no tendré necesidad, no pasaré necesidad).

Luego, a la luz de la metáfora «pastor oveja», el sentido del texto «YHVH roí lo ej-sár» es: «El Señor me pastorea, no me hará falta pasto» (no tendré necesidad de pasto, estaré satisfecho, abastecido).

Insisto, si el autor o redactor del Salmo 23.1 hubiera querido comunicar la idea: «El Señor me pastorea, él no me faltará», hubiera empleado una redacción distinta a la que empleó en el Salmo 23.1, y en la línea de la que encontramos en Jeremías 33.17, 18; 2 Crónicas 7.18; Deuteronomio 8.9.  

Muy a propósito de nuestro curso online y virtual de Hebreo Bíblico (Hebreo Clásico), que inicia el martes 7 de septiembre, y de nuestro curso online y virtual que inicia el sábado 2 de octubre.

¡Todavía estás a tiempo!

Información y matriculación vía Whatsapp: +18092057814, así de sencillo.  

 

 

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario