Prof. Héctor B. Olea C.
“Quizás la característica más sobresaliente del hebreo bíblico, y sólo del período bíblico, es el uso frecuente de lo que llamamos «va consecutiva», que puesta como prefijo a ciertas formas verbales, sirve para expresar continuidad en la acción” («Hebreo bíblico texto programado», Moisés Chávez, página 253).
Luego, esta «Va» conversiva y consecutiva tiene dos funciones básicas: 1) indicar continuidad (secuencia lógica y/o temporal) en la acción, en la secuencia narrativa; 2) indicar una conversión o inversión respecto de los valores temporales incluso aspectuales de las formas verbales precedidas por la llamada «Va» conversiva o consecutiva.
Hay, pues, dos tipos de secuencias narrativas: 1) la que inicia con el perfecto o pasado (qatal, paal) y continua con el imperfecto o futuro (yiqqtól); 2) la que inicia con el imperfecto o futuro (yiqtól) y continua con el perfecto o pasado (qatál, paál).
La narración en el pasado tiene la siguiente estructura: perfecto + imperfecto conversivo o inversivo (vayyiqtóll, vaifál: imperfecto con el valor del perfecto o pasado).
Es narración continua en el pasado. Esta secuencia es tan común que a veces la narración inicia sin el perfecto (qatál).
Esta secuencia narrativa se caracteriza porque la forma verbal en imperfecto inversivo o conversivo (vayyiqtól, vaifál) tiene como prefijo la conjunción «Va» con la vocal patáh (a) y le impone un “daguesh forte” a la primera consonante de dicha forma verbal (siempre y cuando esta consonante lo permita).
La narración referente al futuro o que expresa una acción habitual o repetida, tiene la siguiente estructura: Imperfecto + perfecto (conversivo o inverso con el valor del imperfecto o futuro: veqataltí, vepaál).
En esta secuencia la acción expresada por el imperfecto (yiqtól) continúa con el perfecto (un perfecto inverso: veqataltí, vepaál). Es narración continua que se refiere al futuro o que expresa una acción habitual o repetida.
En esta secuencia narrativa, por un lado, la conjunción «Va» se vocaliza de forma regular, y por otro lado, no hay “daguesh forte” en la primera consonante de la forma verbal veqataltí o vepaál. Además el acento de la forma verbal vepaál se mueve a la última sílaba.
Luego, a pesar de la afirmación de Moisés Chávez respecto de que este tipo de narración en secuencia, que emplea un imperfecto inversivo (con el valor del perfecto: vayiqtol o vaifal) y un perfecto inversivo (con el valor del imperfecto (veqataltí o vepaal), y viceversa, es una característica del hebreo bíblico, y sólo del período bíblico; lo cierto es que este fenómeno está documentado en fenicio, en moabita, y en ugarítico («Gramática de hebreo bíblico», Paul Joüon y Takamitsu Muraoka, página 405).
Consecuentemente, a manera de ilustración, un ejemplo clarísimo de una narración en secuencia en el pasado (una forma qatal o perfecto seguida por un imperfecto inversivo o vayyiqtol), la encontramos en Génesis 1.1-5.
Luego, la forma verbal (en estado o tiempo perfecto, qatal, paal) que inicia la narrativa es «bará» (“creó”; LXX: «epóiesen»); y las formas verbales en estado imperfecto o tiempo futuro inversivo (vayyiqtol o vaifal) son: «vayyómer» (“y dijo”; LXX: «kái éipen»), Génesis 1.3; «vayyár» (“y vio”; LXX: «kái éiden»), Génesis 1.4; y «vayyiqrá» (“y llamó”; LXX: «kái ekálesen»), Génesis 1.5.
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