Cuando la interpretación de la
Biblia ignora el dato bíblico mismo
Héctor B. Olea C.
Un argumento recurrente al que apelan las personas que
se resisten a aceptar que entre David y Jonatán hubo una relación amorosa de
tipo homosexual (a ultranza y al margen de lo que al respecto y en realidad dice
la narración bíblica misma); es el siguiente:
«Que no se ve que en la Biblia se le haya pasado
juicio y reprochado a David el haber tenido una relación amorosa de tipo
homosexual, como otras malas acciones suyas».
Por supuesto, no niego que visto y planteado así, en
el vacío, sin tomar en cuenta la
narración bíblica misma, los específicos relatos bíblicos que nos dan cuenta de
la relación entre David y Jonatán; dicho argumento parece ser muy contundente, de
mucho peso, y hasta con cualidad de irrefutable. Sin embargo, una vez que
sometemos este argumento al control de los datos que nos proporciona la narración
bíblica misma, se hace demasiado notorio lo falaz y carente de fundamento que
resulta dicho argumento.
En tal sentido, pienso que es preciso, urgente e ineludible,
plantearse con seriedad, serenidad, sin prejuicios, sin apasionamientos, con
una verdadera preocupación por conocer la verdad y no por salvaguardar dogma
alguno; la siguiente pregunta:
Según y estrictamente apegándonos a la narración bíblica:
¿cuándo es que por primera vez se le pasa balance y se enjuician las acciones
de David? ¿En qué etapa de su vida es que, según los textos bíblicos, se
enjuician las acciones de David?
Ahora bien, una respuesta adecuada y bien fundamentada
a la pregunta planteada, debe ir en la siguiente línea:
En primer lugar, lo que primero que hay que admitir es
que una relación de tipo homosexual de David con Jonatán no fue condenada, ni
vemos que le fuera reprochada particularmente a David, es sencillamente, porque
en honor a la verdad, ningún caso de homosexualidad fue juzgado en la narración
bíblica, con base en lo establecido en Levítico, en el código de santidad. Esto
así muy a pesar de lo que muy posiblemente indica la existencia y la necesidad de
la norma misma: el hecho de que la existencia de ella en cuanto al coito
homosexual, se hizo necesaria precisamente para tratar de normar o erradicar
una práctica aparentemente ya bien establecida.
En segundo lugar, no vemos en la narración bíblica que
las acciones y los hechos de David fueran sometidos a juicio hasta que éste no
fue nombrado rey. Y en este sentido, podemos decir de manera categórica que el
primer balance que se le pasa a las acciones de David, siendo ya rey, por
supuesto, fue cuando éste hizo suya a la mujer de Urías y luego traza una
trampa mortal para quitarle la vida al mismo Urías (considérese 2 Samuel
12.7-13).
Además, no podemos olvidar (ateniéndonos estrictamente
a la narración bíblica) que la muy estrecha relación de David y Jonatán tuvo
lugar mucho antes de que David llegara a ser rey, y como lo demuestra la narración
bíblica misma, también fue anterior a la primera experiencia de relación
amorosa heterosexual de ambos, con la intimidad implicada por supuesto.
En conclusión, el que no veamos que se condene en la Biblia una relación amorosa
de tipo homosexual de David y Jonatán, no significa que ésta no haya existido.
En realidad no vemos que se condene en la Biblia una relación homosexual de David con
Jonatán, sencillamente, porque, por un lado, ningún caso de homosexualidad fue
juzgado alguna vez en la narración bíblica, con base en lo establecido en
Levítico, en el código de santidad; y por otro lado, porque ninguna acción de
la vida de David fue sometida a escrutinio, amonestada y condenada por profeta
alguno, hasta que éste no fue nombrado rey; y en este sentido, cabe destacar
que la relación de David y Jonatán tuvo lugar antes de que David fuese nombrado
rey.
¡Hasta la próxima!
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