No tan dinámicas como nos las imaginamos, ni como se promueven


«En el principio creó Dios…», ¿equivalencia dinámica o formal?


Héctor B. Olea C.

A modo de introducción:

Este artículo viene siendo la otra cara de la moneda, la contraparte de mi anterior artículo, en el que procuré demostrar que las versiones de la Biblia que se promueven como literales, por equivalencia formal, no siempre logran ese objetivo, no siempre logran exhibir esa cualidad.

En tal sentido, en este artículo he procurado demostrar que no siempre lograron la equivalencia dinámica las versiones que se promueven como tales, y que en realidad en muchísimos casos han venido a ser mucho más por equivalencia formal como las versiones que se identifican como literales, y mucho más de lo que tal vez estén dispuestos admitir sus propios editores.   

Pues, bien, los textos que como caso ilustrativo voy a considerar en esta ocasión son: Génesis 1.1 y Juan 1.1, en una versión calificada e identificada como realizada por equivalencia dinámica, como la «Versión Popular Dios Habla Hoy» (DHH)

Comencemos, pues, nuestra aventura.

Génesis 1.1 en la versión DHH, dice:

«En el comienzo de todo, Dios creó el cielo y la tierra».

Ahora, observando, pues la traducción que hace de Génesis 1.1 la versión popular DHH, versión que se considera una traducción emblemática del método de traducción conocido como equivalencia dinámica, cabe preguntar: ¿Refleja Génesis 1.1 una traducción por equivalencia dinámica o por equivalencia formal?

Pienso que una forma adecuada de responder de manera acertada la pregunta planteada, es, en primer lugar, analizando y poniendo de relieve la estructura gramatical o sintaxis que muestra la traducción de Génesis 1.1 en la versión en cuestión; en segundo lugar, considerando la traducción del mismo pasaje que hacen dos versiones de la Biblia clásicas y representativas de la equivalencia formal, como la «Reina Valera 1960» (RV) y la «Biblia de Jerusalén» (BJ), al menos, más literal en unas ediciones que en otras, aunque hay quienes piensan que la edición original de 1967 es la más literal de todas; en tercer lugar, tomando en cuenta el texto hebreo de Génesis 1.1, y finalmente, considerando la traducción que hizo la Septuaginta.

Análisis gramatical y sintáctico de la traducción de Génesis 1.1 en la DHH
La sintaxis que muestra Génesis 1.1 en la DHH es la siguiente:

Un complemento circunstancial de tiempo: «En el comienzo de todo»

El sujeto gramatical: «Dios»

Una forma verbal: «Creó»

Un complemento directo formado por dos elementos: «el cielo y la tierra»

La traducción de Génesis 1.1 en la versión Reina Valera 1960 (RV)

«En el principio creó Dios los cielos y la tierra»

La traducción de Génesis 1.1 en la Biblia de Jerusalén (BJ)

«En el principio creó Dios el cielo y la tierra»

Ahora, cabe preguntar: ¿concuerda la sintaxis que muestra Génesis 1.1 en la DHH (versión de la  Biblia de la que se presume su equivalencia dinámica), con la sintaxis que refleja la traducción de la RV y la BJ (versiones de la Biblia que presumen de su equivalencia formal)?

Respuesta: Evidentemente no existe diferencia alguna.

Consideremos ahora el texto hebreo de Génesis 1.1

Una transliteración fonética del texto hebreo de Génesis 1.1 es:

«Bereshít bará elojím et ha-shamáyim ve-et ja-arets»

Una traducción por equivalencia formal del texto hebreo de Génesis 1.1 es:

«En un principio creó Dios el cielo y la tierra»

Pregunta: ¿Concuerda la sintaxis que muestra el texto hebreo de Génesis 1.1 con la sintaxis que refleja su traducción en la DHH, la RV y la BJ?

Respuesta: Por supuesto, es obvio que no existe diferencia alguna entre la sintaxis que muestra el texto hebreo de Génesis 1.1, y la sintaxis que muestra la traducción de la DHH (equivalencia dinámica) y la traducción de la RV y la BJ (equivalencia formal).

La traducción que hizo la Septuaginta de Génesis 1.1

Una transliteración fonética del texto griego que muestra la Septuaginta de Génesis 1.1 es:

«En arjé epóiesen jo theós ton uranón kái ten guen»

Una traducción por equivalencia formal de la traducción que hace la Septuaginta de Génesis 1.1 es:

«En un principio hizo Dios el cielo y la tierra»

Ahora bien, después de haber considerado la traducción de Génesis 1.1 en la versión DHH, RV y BJ, el texto hebreo mismo y la traducción que hizo la Septuaginta, cabe preguntar: ¿Concuerda la sintaxis que muestra la traducción que hace la DHH, la RV y la BJ con la sintaxis del  texto hebreo y de la traducción que hizo la Septuaginta?

Respuesta: Si, a pesar de la presunción de la equivalencia dinámica de la DHH, y la presunción de la equivalencia formal de la RV y la BJ.

En conclusión: La traducción que se lee de Génesis 1.1 en la versión DHH se corresponde a una traducción por equivalencia formal, y no a una equivalencia dinámica, a pesar de ser la equivalencia dinámica el método de traducción característico de dicha versión.   

Dos propuestas de traducción de Génesis 1.1 en una verdadera equivalencia dinámica, por supuesto, privilegiando como debe ser, la sintaxis de la lengua receptora o término:

«Dios creó el cielo y la tierra en un principio»

«Dios creó, en un principio, el cielo y la tierra»

Ahora, no quiero pasar a considerar la traducción de Juan 1.1, sin antes decir algo respecto de la presencia del plural «cielos» sólo en la RV, en relación a la DHH, la BJ, la Septuaginta, y la traducción que personalmente he hecho del texto hebreo de Génesis 1.1.

Ciertamente no está en plural la palabra «cielo» en el hebreo, o sea, «shamáyim», sino más bien en un número gramatical que propiamente no existe en castellano, el dual. Resulta, pues, que el hebreo emplea el número dual casi de manera exclusiva para hacer referencia a elementos que existen en pares, por ejemplo, «los ojos» (los dos ojos), «los brazos» (los dos brazos), «los pies» (los dos pies), etc. No obstante, como siempre ocurre en los idiomas, existen sus excepciones y formas inexplicables (compárese, por ejemplo, la forma siempre plural de la palabra «crisis» en castellano).

En tal sentido, es preciso tener en cuenta que hay algunas palabras en el hebreo que por defecto tienen el número dual, que no debe confundirse con el plural, si bien el número dual nada tiene que ver, respecto de estas palabras, con el sentido y uso propio del número dual. Precisamente «shamáyim» (cielo) junto a la palabra «máyim» (agua) son representativas de este uso impropio del número dual en el  hebreo.

En consecuencia, no se justifica la traducción «cielos» en la RV ni en ninguna otra versión de la Biblia.      

Finalmente, quiero analizar ahora la traducción que muestra la versión DHH de Juan 1.1 (en realidad su primera parte, su inicio), a fin de poder constatar si tradujo dicho pasaje con una verdadera equivalencia dinámica, o si como respecto de Génesis 1.1, inconsistentemente tradujo con una equivalencia formal.

Pues bien, una transliteración fonética del inicio del texto griego de Juan 1.1 es:

«En arjé en jo lógos»

Una traducción por equivalencia formal de este texto es:

«En un principio estaba (existía) la palabra»

Como se puede observar, el texto griego de Juan 1.1 inicia con la misma estructura sintáctica del texto hebreo de Génesis 1.1, y de la traducción griega que hizo de Génesis 1.1 la Septuaginta, a saber: un complemento circunstancial de tiempo («en arjé», en un principio), una forma verbal, el verbo («en», en tiempo imperfecto del verbo «eimí», ser, estar, en la tercera persona del singular), y el sujeto («jo lógos», la palabra).

Obviamente, la consideración de la traducción de Juan 1.1 en la RV («en el principio»), en la BJ («en el principio»), en la DHH («en el principio»), a la luz del texto griego; nos permite decir y concluir que la traducción de Juan 1.1 en la DHH, como en Génesis 1.1, tampoco se corresponde con una verdadera equivalencia dinámica, sino con una equivalencia formal, a pesar de la presumida equivalencia dinámica general de dicha versión.

En conclusión, propuestas de traducciones por equivalencia dinámica de Génesis 1.1 y Juan 1.1:

«Dios creó el cielo y la tierra en un principio»

«Dios creó, en un principio, el cielo y la tierra»

«La palabra ya existía, en un principio»

«La palabra, para cuando tuvo lugar [el] principio, ya existía»


¡Hasta la próxima!


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