Los «tiempos perifrásticos» en el Nuevo Testamento Griego, Marcos 2.18 en el centro de esta cuestión


Los «tiempos perifrásticos» en el Nuevo Testamento Griego

Nociones de morfosintaxis griega

Marcos 2.18 en el centro de esta cuestión

Héctor B. Olea C.

En griego como en español existen las llamadas «perífrasis verbales».

En español las «perífrasis verbales» consisten en una expresión o forma verbal compuesta que emplea dos raíces verbales, pero que funcionan como un sólo, como una unidad.

Las «perífrasis verbales» del español están conformadas por una forma verbal finita (un verbo conjugado) que funciona como «auxiliar» (que ha perdido su significación principal y aporta matices temporales, modales y aspectuales) más una forma no personal del verbo o verboide (infinitivo, participio, gerundio).

Luego, los llamados «tiempos compuestos» (pretérito perfecto, pretérito pluscuamperfecto, futuro perfecto, pretérito anterior, condicional o potencial compuesto) también constituyen «perífrasis verbales» o «tiempos perifrásticos» (empleando el verbo «haber» como verbo auxiliar y conjugado, más el participio del verbo que se está conjugando: he amado, había estudiado, habría ido, etc.).

Luego, en relación al griego (clásico y koiné), los «tiempos perifrásticos» se forman con el empleo de una forma verbal finita (verbo conjugado) del verbo «eimí» (ser, estar), funcionando como verbo «auxiliar», más un participio presente o perfecto, activo o pasivo, según se quieran formar tiempos perifrásticos activos o pasivos.

Sin embargo, hay otros que, en lugar de «tiempos perifrásticos», prefieren hablar de «el participio perifrástico», por el papel que desempeña el participo griego en la conformación de los «tiempos perifrásticos» griegos.

Hay al menos seis tiempos perifrásticos constatados en el Nuevo Testamento: 1) presente perifrástico; 2) imperfecto perifrástico; 3) futuro perifrástico activo; 4) perfecto perifrástico; 5) pluscuamperfecto perifrástico; y 6) futuro perifrástico pasivo.

En tal sentido, debo decir que, por un lado, Amador Ángel García Santos especifica tres («Introducción al griego bíblico», Verbo Divino, 2003, páginas 119 y 120); por otro lado, Daniel Wallace especifica cinco («Gramática griega, sintaxis del Nuevo Testamento», Editorial Vida, 2011, páginas 501 y 502).

Pero Amador Ángel García Santos ni Daniel Wallace hacen mención del «futuro perifrástico pasivo», presente, por ejemplo, en Mateo 16.19; 18.18.

En todo caso, hay quienes han sugerido que los llamados «tiempos perifrásticos» (sobre todo el imperfecto perifrástico y el futuro perifrástico) enfatizan que la acción es continua, persistente.

Sin embargo, en virtud de que el «imperfecto perifrástico» (imperfecto de «eimí» + un participio de tiempo presente) es el más frecuente en el Nuevo Testamento, observa muy bien Amador Ángel García Santos, que no se percibe que esto sea aplicable de modo regular.

En consecuencia, domina la idea de que en realidad los «tiempos perifrásticos» tienen la misma carga semántica que sus equivalentes formas verbales simples o no perifrásticas.       

Después de todo, puntualiza Amador Ángel García Santos que hay ocasiones en que se usan las formas perifrásticas sencillamente porque se carece de formas simples, que es lo que ocurre con algunas formas del perfecto, por ejemplo, con el «subjuntivo del perfecto» y con el «optativo del perfecto» medio pasivo (obra citada, página 120). 

Un caso concreto a modo de ilustración: Marcos 2.18

En primer lugar, el texto griego de Marcos 2.18 observamos la presencia de un «tiempo perifrástico», el «imperfecto perifrástico», conformado por la forma verbal «ésan» (imperfecto de «eimí» en la tercera persona del plural), y el participio «nestéuontes» (de tiempo presente, voz activa, en caso nominativo masculino plural, del verbo «nestéuo»: “yo ayuno”, “no como”). 

En segundo lugar, constatamos la presencia de la forma verbal simple, no perifrástica, «nestéuusin» (tiempo presente, voz activa, modo indicativo, tercera persona del plural del mismo verbo «nestéuo» (“yo ayuno”, “no como”) precedida del adverbio de negación «no»: «no están ayunando».

Por supuesto, una forma perifrástica de tiempo presente equivalente a la forma verbal «nestéuusin» (pero que no empleó Marcos aquí) sería: «eisi nestéuontes».

Luego, con base a lo explicado, no resulta plausible interpretar que el «imperfecto perifrástico» «ésan nestéuontes» indica necesariamente que, en este contexto, los discípulos de Juan y los discípulos ayunaban solían ayunar (ayunaban, ayunaban siempre).

En realidad, es muy posible que el texto de Marcos 2.18 sencillamente quiera sugerir que los discípulos de Juan y los discípulos de los Fariseos «estaban ayunando» en aquel momento, haciendo referencia a una situación específica.

Además, no es posible perder de vista que, si bien Marcos en la introducción a este relato emplea el «imperfecto perifrástico» (estaban ayunando), luego, para hacer referencia a la misma ocasión (en retrospectiva), emplea el presente simple, no perifrástico: ¿Por qué los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos están ayunando, pero tus discípulos no?  

En consecuencia, si se asume que en realidad lo que sugiere el texto es que en ese momento los discípulos de Juan y los discípulos de los Fariseos «estaban ayunando», pero los discípulos de Jesús no; la traducción acertada del «imperfecto perifrástico» «ésan nestéuontes» sería: «estaban ayunando» (los discípulos de Juan y los discípulos de los Fariseos estaban ayunando).

Luego, con relación a los textos paralelos: Mateo 9.14-17 y Lucas 5.33-39, es preciso tomar en cuenta lo siguiente:

En primer lugar, en Mateo 9.14 desde el punto de vista de la crítica textual, es cuestionable la presencia de la palabra «polá» (neutro plural), un adjetivo incluso con valor adverbial: mucho, muchas veces.

Consecuentemente, siguiendo a Bruce M. Metzger («Un comentario textual al Nuevo Testamento», versión castellana, 2006), es prácticamente imposible saber si «polá», que no se encuentra en Marcos, fue añadida originalmente por el autor de Mateo, o si fue añadida por un copista posterior.

En segundo lugar, Lucas (5.33) emplea, sin cuestionamiento alguno desde la crítica textual, la palabra «píkna» (neutro plural), también un adjetivo incluso con un valor adverbial (usada como adverbio) significando: que sucede sin interrupción, incesante, a menudo, frecuentemente, con frecuencia (adjetivo o adverbio que tampoco empleó Marcos).

En conclusión, en virtud de que Marcos no emplea un adverbio (o un adjetivo con valor adverbial) que sugiera que los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos “ayunaban con frecuencia” (frecuentemente); no es posible, llegar a tal conclusión, en este contexto, con base en el «imperfecto perifrástico» empleado por Marcos.     

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