Género gramatical versus sexo biológico (o atribuido) Cuestiones de lingüística bíblica

Género gramatical versus sexo biológico (o atribuido)

Cuestiones de lingüística bíblica

Héctor B. Olea C.

¿Prueba el género gramatical de un sustantivo que el ser al que hace referencia es una persona o no?

Respuesta: Por supuesto que no, independientemente del género gramatical del que estemos hablando.

¿Será cierto que el género gramatical de un sustantivo determina indefectiblemente el sexo biológico (o atribuido) del ser al que nombra?

Respuesta: No, independientemente del género gramatical de que se trate.

Dos casos ilustrativos en la tradición textual bíblica:

Primer caso: «daimónion» versus «dáimon»

En la koiné bíblica (Septuaginta, versión griega de la Biblia Hebrea, y el Nuevo Testamento Griego) hay dos palabras que tienen la misma carga semántica, pero curiosamente se diferencian sólo en lo relativo al género gramatical y al modelo de flexión al que pertenecen.

Las dos referidas palabras son: «daimónion» versus «dáimon».  

«daimónion» es una palabra de género neutro, de la segunda declinación, y significa: “demonio”, “espíritu maligno”, además “deidad o divinidad pagana” (considérese, por ejemplo, Deuteronomio 32.17; Isaías 13.21; 34.14; Mateo 7.22; Marcos 1.34; Lucas 11.14-20).

Observación: La palabra «daimónion» se encuentra 63 veces en el Nuevo Testamento., según el «Nuevo Léxico Griego Español del Nuevo Testamento», de Mackibben, Stockwell y Rivas, Casa Bautista de Publicaciones, 2002.   

«dáimon» es una palabra de género masculino, de la tercera declinación, y también significa: “demonio”, “espíritu maligno” (considérese Isaías 65.11; Mateo 8.31).  

Por otro lado, la palabra «dáimon» en el griego clásico (así también «theós», «jo theós», “dios”; «je theós», “diosa”) podía hacer referencia a una deidad femenina («je dáimon»), como a una deidad masculina («jo dáimon»).

Segundo caso: La palabra «téknon» que hace referencia a un ser nacido o cría de poca edad, masculino o femenino (niño, niña, hijo, hija)

La palabra «téknon» es de género neutro de la segunda declinación, sin embargo, sería muy erróneo pensar que por ser de género gramatical neutro no apunta a personas (seres sexuados).

La palabra «téknon» tiene presencia en la koiné bíblica (Septuaginta, versión griega de la Biblia Hebrea, y en el Nuevo Testamento Griego), y significa: niño o niña (hijo, hija), cría, descendencia, posteridad (considérese Génesis 3.16; 22.7; Mateo 7.11; 10.21; Hechos 2.39).

Conclusiones:

En primer lugar, no es acertada la conclusión de que el género gramatical neutro de la palabra «daimónion» prueba que los demonios son seres impersonales (no personas) y asexuados.

En segundo lugar, no es acertada la conclusión de que el género gramatical masculino de la palabra «dáimon» prueba que los demonios son seres personales (personas) y sexuados.

En tercer lugar, no prueba el género gramatical neutro de la palabra «téknon» que las personas a las que hace referencia no son personas (valga la redundancia) y que son asexuadas (sin sexo biológico).

Considérese, por ejemplo y a manera de ilustración, el uso de la palabra «téknon» en Mateo 7.11, en caso dativo plural («tois téknois jimón»: “a vuestros niños y niñas”, “a vuestras crías” de forma inclusiva).

En suma, es preciso evitar caer en el error de confundir el género gramatical de las palabras (nombres o sustantivos) con el sexo biológico de las personas a las que nombran (o con el sexo que se le atribuya).

También se hace necesario que evitemos considerar el género gramatical de las palabras (nombres o sustantivos) como un factor que determina la posibilidad o no de considerar un determinado ser como persona y como ser sexuado o no, así de sencillo.   

 

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