“Padre, perdónalos,
porque no saben lo que hacen” (Lucas 23.34)
¿Dijiste eso, Jesús?
Héctor B. Olea C.
En
la versión Reina Valera de 1960, Lucas 23.34 dice: “Y Jesús decía:
Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus
vestidos, echando suertes.”
Si
nos quedamos sólo con el texto de la versión Reina Valera de 1960 no hallaremos
problema alguno; sin embargo, una vez observamos a Lucas 23.34 en una versión,
como por ejemplo, la versión popular Dios Habla Hoy, comienzan los problemas.
Observemos la traducción de nuestro pasaje en cuestión en la versión
popular Dios Habla Hoy: «[Jesús dijo: “Padre, perdónalos, porque no saben
lo que hacen.”]»
Inmediatamente
salta a la vista que la expresión que conforma la llamada “primera palabra” pronunciada
por Jesús en la cruz, está entre corchetes. En una nota al pie de página la
versión popular Dios Habla Hoy explica: “El texto entre corchetes falta en
algunos manuscritos de reconocida autoridad.”
Lucas
23.34 en otras versiones de la
Biblia distintas a la Reina Valera de 1960
1)
La «Nueva Versión Internacional» “-Padre-dijo Jesús-, perdónalos,
porque no saben lo que hacen. Mientras tanto, echaban suertes para repartirse
entre sí la ropa de Jesús”. Pero en una nota al pié de página, haciendo
referencia a la primera parte del versículo, puntualiza: “Variante textual no
incluye esta oración”.
2) «La Santa Biblia , la
palabra de Dios para todos», publicada por La liga Bíblica: “Jesús dijo:
«Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Los soldados rifaron entre
ellos la ropa de Jesús para ver con qué se quedaba cada uno.” En una nota
al píe de página, haciendo referencia a la primera parte del versículo, comenta:
“Algunos manuscritos antiguos de Lucas no tienen esas palabras”.
3) «La Biblia textual». Esta
versión, siguiendo las recomendaciones del Comentario textual al Nuevo
testamento griego de Bruce M. Mezger, traduce a Lucas 23.34 así: “Y
repartiendo sus vestidos echaron suertes”.
4) «La Biblia en lenguaje
sencillo» (el NT), y que finalmente se publicó completa (AT y NT) con el
nombre de “Biblia para todos, traducción en lenguaje actual, afirma:
“Poco después, Jesús dijo: «¡Padre, perdona a toda esta gente!
¡Ellos no saben lo que hacen!» Mientras los soldados echaban suertes para saber
cuál de ellos se quedaría con la ropa de Jesús.” Pero en una nota aclara:
“Varios manuscritos muy importantes no tienen la frase: «Jesús dijo; Padre
perdona a toda esta gente. Ellos no saben lo que hacen en lo que hacen».
5)
La «Biblia vida abundante, nueva traducción viviente»: “Jesús dijo:
«Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Y los soldados sortearon su
ropa, tirando los dados”. Pero en una nota al pié de página observa: “23:34ª
Esta oración no está incluida en muchos manuscritos antiguos”.
6)
La obra «Todos los evangelios, traducción íntegra de las lenguas
originales de todos los textos evangélicos conocidos», de Antonio Piñero,
traduce a Lucas 23.34 de la siguiente manera: “Y para repartirse sus vestidos
los echaron a suertes”. Y en una nota al pié de página observa: “La primera
parte de este versículo, que no aparece en nuestra traducción, es una
interpolación (una añadidura o adición)”.
Un
dato interesante es que a pesar del problema de crítica textual que enfrenta
Lucas 23.34, lo cierto es que la expresión que está en cuestión en dicho
pasaje, sí se la encuentra en el evangelio apócrifo de Nicodemo («Evangelio de
Nicodemo», conocido también como «Actas de Pilato»), cito: “… De manera
semejante colgaron a los dos malhechores. Jesús decía: «Padre, perdónalos, pues
no saben lo que hacen»” (capítulo 10.1)
La
explicación de Lucas 23.34 en algunos comentarios bíblicos:
1)
El «Comentario Textual al Nuevo Testamento Griego» de Bruce M. Metzger,
comentado a Lucas 23.34, afirma: “La ausencia de estas palabras en
testigos tan tempranos y diversos como P75, B, D*, W, Q, it-a-d,
sir-s, cop-sa-bomss al, resulta de lo más impresionante, y difícilmente puede
explicarse como una escisión deliberada por parte de los copistas que, al
considerar que la caída de Jerusalén era una prueba de que Dios no había
perdonado a los judíos, no pudieron permitir que pareciera que la oración de
Jesús había quedado sin respuesta. Al mismo tiempo, el logion, aunque
probablemente no formó parte del evangelio original de Lucas, ofrece pruebas
que hablan por sí mismas de su origen dominical, y fue retenido, entre
corchetes, en el lugar tradicional en que fue incorporado por copistas
anónimos, en una época relativamente temprana en la transmisión del tercer
evangelio.”
2) «Nuevo
Comentario Siglo 21» (Casa Bautista de publicaciones): Lucas
23.34a Este versículo se omite en un número significativo de antiguos
mss., pero debe ser mantenido como una parte genuina de lo que Lucas escribió
(cf. Hech. 7:60), o como una confiable tradición que se introdujo en algunos
mss. Debe haber sido omitido por escribas que sentían que la oración no era
imaginable o que no fue contestada.”
3)
El «Comentario al texto de Griego del NT» de A. T. W. Robertson,
traducido y publicado en español por CLIE, al respecto, afirma lo
siguiente: “Algunos de los documentos más antiguos y mejores no contienen
este versículo, y, con todo, en tanto que no es seguro que forme parte del
evangelio de Lucas, está bien claro que Jesús pronunció estas palabras (digo
yo: ¿está bien claro?), porque son absolutamente originales”.
4) «Comentario
Bíblico San Jerónimo» (Ediciones Cristiandad): “Perdónalos Esta
oración de Jesús, que sólo consigna Lucas, falta en los manuscritos P75, Sa, B,
D* y W; aparece en los manuscritos S*, A, C, D2, L y N. Es más fácil explicar
su supresión por un prejuicio antijudío que averiguar por qué pudo añadirse más
tarde. El perdón que otorga Jesús a los enemigos y a los grandes pecadores es
típico del retrato que traza Lucas del Salvador. El suyo es el evangelio de los
grandes perdones. La estructuración de Act 7,60 sobre la escena de la muerte de
Jesús es también un argumento a favor de la autenticidad de esta plegaria.
Teniendo en cuenta que el verbo va en imperfecto (éleguen, «decía»),
se presenta a Jesús perdonando una y otra vez. Se alega como excusa la
ignorancia; Le recurre frecuentemente a esta causa excusante en Act: 3,17 y
13,27 con respecto a los judíos; 17,27.30 en relación con los gentiles (cf. Le
12,8-10; cf. Además los correspondientes comentarios), se repartieron sus
ropas: Se consigna este detalle incidental porque supone una alusión a Sal
22,19 y da oportunidad de contemplar a Jesús como el inocente que sufre según
el salmo. El sentido del orden que tiene Lucas le hace situar el incidente
aquí, mejor que después de la colocación del título, para que no interfiera en
su desarrollo acerca de la realeza de Jesús.”
«La
muerte del Mesías» (Raymond E. Brown, Verbo Divino): “Autenticidad del
versículo. Es omitido en testimonios textuales significativos, algunos de ellos
muy tempranos91; pero se encuentra en otros códices griegos importantes y en
versiones primitivas. Éste es uno de esos casos donde el peso de los
testimonios textuales a un lado y al otro casi se equilibra. Lo que resulta es
que ya en el siglo II unas copias de Lucas tenían el texto de 23,34a y otras
no. De tal situación se desprenden las siguientes posibilidades sobre el origen
la plegaria:
•
Fue pronunciada por Jesús (en el contexto de la crucifixión o en cualquier
otro) y conservada únicamente por Lucas. Algunos copistas posteriores,
encontrándola inaceptable, la eliminaron.
•
Fue pronunciada por Jesús pero no conservada por Lucas. Estuvo circulando como
un dicho independiente hasta que, ya en el siglo II, un copista consideró que
armonizaba con los sentimientos de este evangelio. Otros copistas no
conocían su existencia. (Una historia similar se atribuye al relato sobre la
mujer sorprendida en adulterio, que acabó insertado al comienzo de Jn 8.) Ésta
es la hipótesis de MTC, 180.
•
No fue pronunciada por Jesús, sino formulada por Lucas (o en la inmediata
tradición prelucana) como una apropiada expresión de lo que Jesús pensaba: en
realidad perdonó en silencio. Algunos copistas posteriores, encontrándola
inaceptable, la eliminaron.
•
No fue pronunciada por Jesús, sino formulada en el pensamiento cristiano
posterior como apropiada a Jesús, y acabó siendo insertada en el relato de la
pasión lucano por un copista, quien juzgó ese lugar un contexto idóneo.”
Finalmente,
Raymond E. Brown concluye: “Por ironía, la frase quizá más bella del relato de
la pasión es dudosa desde el punto de vista crítico-textual. El sentimiento
subyacente a ella constituye la esencia de la manera cristiana de responder a
la hostilidad. Este dicho de Jesús fue seguramente uno de los principales
factores que llevaron a Dante a calificar a Lucas como "el escriba de la
mansedumbre de Cristo". Para algunos, si Jesús no las pronunció, las
palabras de 23,34a carecen de importancia religiosa. Para otros, si Lucas no
las escribió, representan un simple sentimiento apócrifo. Para otros, en fin,
aun reconociendo el valor de una respuesta afirmativa con respecto a alguno de
los dos puntos anteriores, el largo uso de esas palabras por los cristianos
significa que han adquirido autoridad normativa. Si fueron añadidas por un
escriba, la percepción de ese escriba llegó a ser una interpretación auténtica
del Cristo lucano. Pero con demasiada frecuencia, por desdicha, el verdadero
problema no ha sido la falta de esta plegaria en el texto, sino su ausencia de
los corazones.”
En
resumen, la verdad es que en la misma medida en que se fortalecen las
evidencias que hacen poner en duda que estas palabras hayan formado parte del
original de Lucas y de sus copias más tempranas, y que al mismo no podamos
encontrar otro testimonio independiente y cierto en el mismo NT; así también se
dificulta el probar que Jesús haya pronunciado dichas palabras.
En
conclusión: ¿Pronunció Jesús las palabras que conforman la primera parte de
Lucas 23.34? respuesta: Probablemente sí, probablemente no. De todos modos, a
la luz de la crítica textual, el que Jesús haya dicho tales palabras es un
hecho que está seriamente cuestionado.
¡Hasta la próxima!
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