Una observación crítica a la luz del Tanaj y la Septuaginta
Héctor B. Olea C.
Ciertamente en Génesis 2.7, en el texto
hebreo, en la expresión «aliento de vida», la palabra que se ha traducido
«vida», está en plural; pero este hecho tiene una explicación y no es
precisamente la que le dio Watchman Nee (como base para su teoría antropológica
del ser humano como un ser tricotómico) en su famosa obra «El hombre
espiritual». Pues bien, consideremos lo que textualmente dice Nee: “El original
de la palabra «vida» en «aliento de vida» es «chay» y está en plural. Esto
puede referirse al hecho de que el soplar realizado por Dios produjo una vida
doble, anímica y espiritual” (página 25, los tres tomos en I, publicado por
CLIE en el año 2005).
Ahora bien, lo cierto es, como afirma Nee,
que la palabra «vida», en la expresión en cuestión, está en plural. Dicha
palabra es hebrea «jay», que además de usarse como adjetivo (vivo), también se
usa como sustantivo (el ser vivo, ser viviente, vida). Un ejemplo del uso de «jay»
como adjetivo, y en plural, lo encontramos en Números 16.30, detrás de la
traducción «descendieren vivos (estando vivos) al Seol». En esta frase, la
palabra «vivos» es la traducción de «jayyím», plural de «jay». Por su parte, la
Septuaginta tradujo a «jayyím» con «zóntes», participio, presente, masculino,
plural del verbo «záo», «vivir», «yo vivo».
Además, Moisés Chávez («Hebreo bíblico, texto
programado», tomo I, página 141) sugiere que el plural «jayyím» puede ser
asumido (al menos en algunos contextos, digo yo), como uno de esos sustantivos
que sólo se usan en plural, con el sentido de «vida».
Por otro lado, para tener una idea precisa de
la situación o problema planteado, es preciso considerar también la palabra
hebrea «nishmáh», palabra que junto a «jay» conforma la frase traducida en
muchas versiones como «aliento de vida», por ejemplo, en la
Reina Valera 1960
y en la
Biblia de
Jerusalén por igual.
Pues bien, resulta que la palabra «nishmáh»
en Génesis 2.7 tiene la forma «nishmát» (aliento, espíritu), lo que implica que
está en estado constructo, o sea, una forma equivalente al caso genitivo del
griego, indicando posesión o pertenencia, demandando en la traducción el uso de
la preposición «de».
En consecuencia, atendiendo al estado
constructo de la palabra «nishmáh» y al plural de «jay»; una mejor traducción
de la expresión hebrea «nishmát jayim», es «aliento de los seres vivientes», «aliento
de vida», «del aliento que tienen los seres vivientes» (los seres vivos);
entonces, resulta la traducción: «y sopló en su nariz aliento del que tienen
los seres vivientes» (los seres vivos), «aliento de vida». En todo caso, dada
la forma final del versículo 7, es mejor traducir: «y sopló en su nariz aliento
del que tienen los seres vivientes», o bien, «aliento de vida».
Respecto de la terminología «ser viviente»,
repito lo que ya he dicho varias veces antes: que la pretendida expresión que
supuestamente y, según algunos, describiría de manera única y especial al
varón, en Génesis 2.7, como creación de Dios, o sea, «nefesh jayyáh» (griego Septuaginta
«Psujén Zósan»), y que muchas versiones han traducido como «ser viviente»; en
realidad es exactamente la misma expresión o frase que se usa en el relato de
la creación de Génesis 1.1-2-3, y en otras partes de la
Biblia , para hacer referencia específicamente
a los animales marinos y terrestres (considérese Génesis 1.20, 21, 24; 9. 10,
12, 15; Levítico 11. 46; Apocalipsis 4.7).
En tal sentido, la creación del varón (pues
para ese entonces la mujer no había sido puesta en existencia, según el relato mismo
de Génesis 2); significó poner en existencia a un nuevo ser, pero que en
realidad era visto como un miembro más del reino animal, un simple y mortal «ser
viviente», a la luz del ya explicado sentido que tiene dicha expresión en la tradición
bíblica.
Finalmente, es preciso admitir que en
realidad la traducción «aliento de vida» (Reina Valera, Biblia de Jerusalén y
otras), en Génesis 2.7, es más bien una traducción basada en el texto griego de la
Septuaginta , o al menos, siguiendo la
pista que trazó la Septuaginta, que asumió el plural «jayyím», no como el
plural «seres vivientes», sino con el sentido de «vida»; por tal razón, tradujo
la Septuaginta: «pnoén zoés»: «aliento
(espíritu) de vida».
En suma, como se puede ver, es claro que la
interpretación que hace Watchman Nee del plural de la palabra «jay» en Génesis
2.7 es muy cuestionable, por un lado; y por otro lado, pone en evidencia un
manejo muy deficiente de Nee, del idioma original y dominante del Tanaj (el AT
hebreo). Sin duda, no asumió Nee, las posibilidades que ofrece la gramática del
hebreo bíblico para interpretar el plural «jayyím»; y tampoco tomó en cuenta la
pista sugerida por la Septuaginta.
Por supuesto, manejos de los idiomas
originales como el de Nee abundan mucho y han resultado ser el fundamento y
supuesta base para decir muchas cosas respecto de los textos bíblicos que en
realidad no son más que desaciertos y hasta manipulaciones de los textos
bíblicos en sus idiomas originales. Ahora bien, sólo teniendo el privilegio de
leer los textos bíblicos en sus idiomas originales (junto a una seria y
consistente actitud crítica, autocritica, desprovistos de una actitud servil
frente a las distintas teologías sistemáticas o dogmáticas) puede permitir el
ver y juzgar con propiedad tales interpretaciones, y muy cuestionables
deducciones, así de sencillo.
¡Hasta la próxima!
El hermano Nee, no se equivoco al describir aquella expresión del alma humana como lo que acabas de escribir sólo expresa muerte, es evidente que tu expresión no es la vida del espíritu que es lo Dios desea sólo expresas tu naturaleza caída del viejo Adan. Revelación usted necesita de su miserable condicion para la cual cristo es suficiente, extiendete a El que es el opuesto a nosotros hombres almaticos que queremos imitar la vida del espíritu escondiendo otras intenciones, las cuales algunos si las disiernen por la gracia de Dios el Padre y nuestro señor Jesucristo, ahora vuelva a leer pero con un espiriritu humillado y quebrantado y el señor le de entendimiento pero no será de laa sabiduría animal diabólica.
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