Los enclíticos en español y en griego
Nociones de lingüística y gramática española y griega
Héctor B. Olea C.
La «enclisis» consiste en la unión prosódica de una o más palabras inacentuadas (átonas) con la tónica que las precede.
Luego, las palabras sujetas a la «enclisis», se denominan «enclíticos» (palabras enclíticas).
Los enclíticos en español
En español son «enclíticos» las formas átonas (pronombres objetos) de los pronombres personales que se apoyan fonéticamente en el verbo, y que se adhieren gráficamente al mismo como sufijos.
Ejemplos de formas enclíticas en español:
Comprarlo (lo), comprándolo (lo), cómpralo (lo), dilo (lo), mírenlos (los), dígamelo (melo: dígalo a mí), dándosela (sela), ruégaselo (selo).
Los enclíticos en griego (clásico y koiné)
En griego, como en español, los «enclíticos» se apoyan y unen prosódicamente a la palabra que les precede, pero a diferencia del español, los «enclíticos» griegos no se unen gráficamente a la palabra acentuada y, por otro lado, también pueden tener su acento propio.
En otras palabras, mientras que en español los «enclíticos» son siempre átonos (no acentuados), en griego pueden tener su propio acento en determinadas circunstancias.
En todo caso, los «enclíticos» griegos se apoyan de tal modo en la palabra que los precede que, fonéticamente, forman con ella una sola palabra.
Además, en griego, a diferencia del español, los «enclíticos»
incluyen palabras de distintas naturalezas o categoría formales (verbos, pronombres,
formas nominales, adverbios y partículas).
Finalmente, los «enclíticos» griegos afectan la acentuación de la palabra que los precede, lo que explica que, tanto en la clásica versión griega de la Biblia Hebrea (Septuaginta, LXX) como en el Nuevo Testamento Griego, aparezcan palabras con dos acentos.
Por un lado, con dos acentos «agudos» (palabras proparoxítonas, o sea, con acento agudo en la antepenúltima sílaba, pero con un acento agudo adicional en la última sílaba, por el enclítico que las sigue).
Por otro lado, con un acento «circunflejo» en la penúltima sílaba y un acento «agudo» en la última sílaba (palabras properispómenas, o sea, con acento circunflejo en la penúltima sílaba, pero con un acento agudo adicional en la última sílaba, por el enclítico que las sigue).
Pero un «enclítico» también puede afectar la acentuación de una palabra oxítona (con acento agudo en la última sílaba), pues por estar seguida de un enclítico mantiene su acento agudo en la última sílaba (palabra oxítona), en lugar de cambiarlo por el acento grave (palabra barítona, sin acento en la última sílaba).
Finalmente, para una mejor comprensión de las ideas desarrolladas con estas líneas, anexo dos imágenes a manera de ilustración.
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