El relativo valor temporal del participio griego
Caso ilustrativo Marcos 5.16
Cuestiones de gramática griega, exégesis y traducción bíblicas
Héctor B. Olea C.
La persona que aspire a tener una adecuada comprensión y manejo de la sintaxis griega, que tenga la meta de poder realizar una verdadera exégesis del Nuevo Testamento griego, debe tener en cuenta dos datos importantes:
En primer lugar, la frecuencia del participio griego.
En tal sentido, plantea Roberto Hanna: “el participio ocurre aproximadamente unas 25 veces por capítulo. Existen variaciones (fluctuaciones) con base al estilo del autor y al género literario. El participio es más frecuente en la narrativa que en la argumentación («Sintaxis Exegética del Nuevo Testamento Griego», página 216).
En segundo lugar, el relativo valor temporal del participio griego.
El valor temporal del participio griego (modo y forma no personal del verbo), o sea, el tiempo en que se supone se desarrolla la acción del participio griego, es relativo al tiempo de la acción de la forma verbal finita (el verbo conjugado) principal de la frase, cláusula u oración en cuyo contexto aparece el participio.
En tal sentido, un participio, por lo general, un participio en el tema de presente expresa una acción simultanea a la del verbo principal, el participio aoristo (1ero o 2do) señala una acción anterior, puntual o no durativa, el participio en el tema de futuro más bien expresa finalidad, y el participio de perfecto expresa una acción anterior a la del verbo principal cuyo efecto permanece y es simultánea (Inmaculada Delgado Jara, «Gramática Griega del Nuevo Testamento, Morfología», Verbo Divino, página 165).
Sin embargo, cuando el participio griego está sustantivado (por lo general con artículo) es cuando el tiempo del participio señala con precisión el tiempo en que se realiza la acción del participio.
Consecuentemente, como caso ilustrativo, vamos a analizar el texto griego de Marcos 5.16: «kai dieguésanto autóis joi idóntes pos eguéneto to daimonizoméno kai peri ton jóiron»
En primer lugar, «dieguésanto» es una forma verbal en tiempo aoristo primero, con morfología de voz media, pero con el sentido de la voz activa porque su forma léxica es un verbo deponente: «dieguéomai»: contar, narrar, describir, relatar de un modo detallado («Diccionario del Griego Bíblico, Setenta y Nuevo Testamento», Amador Ángel Garcia Santos, verbo Divino, 2018).
En segundo lugar, el sujeto nominal de la forma verbal «dieguésanto» es el sintagma nominal «joi idóntes» (los que vieron, los que habían visto, los testigos), constituido por «joi» (artículo determinado en caso nominativo masculino plural), e «idóntes» (participio aoristo 2do, voz activa, en caso nominativo masculino plural, del verbo «joráo»: veo, miro).
En tercer lugar, «autóis» (a ellos, les) consiste en el caso dativo masculino plural del pronombre personal de la tercera persona del plural, siendo el objeto indirecto de la forma verbal «dieguésanto»
En cuarto lugar, la palabra «pos» (cómo, lo que) tiene varios usos como adverbio, como indicando una interrogación directa, como conjunción completiva.
En quinto lugar, «eguéneto», consiste en una forma verbal en tiempo aoristo 2do, modo indicativo, tercera persona del singular, con morfología de voz media, pero con el sentido de la voz activa porque su forma léxica es un verbo deponente, o sea, «guínomai»: llego a ser, acontecer, tener lugar, etc.
En sexto lugar, la expresión o sintagma «to daimonizoméno» consiste en un participio articulado (con artículo), en el tema de presente, en caso dativo masculino singular, con morfología de voz media pasiva, pero con el sentido de la voz activa, porque su forma léxica es un verbo deponente: «daimonízomai»: estar poseído por un demonio, estar endemoniado.
Luego, si bien «to daimonizoméno» es un participio sustantivado y en el tema de presente, por lo que en principio habría de asumirse como: «el endemoniado» («el que está endemoniado», «el que está poseído por un demonio»); sin embargo, en virtud de que en realidad dicho participio ocurre en el contexto en que se usan dos formas verbales en tiempo aoristo (la primera en aoristo primero, «dieguésanto», y la segunda en aoristo 2do, «eguéneto», que hacen referencia a cosas que habían ocurrido antes del momento en que se habla), y por el desarrollo del relato mismo, es mejor traducirlo y asumirlo como: «al que estaba endemoniado (pero ya no)», «al que había estado endemoniado (pero ya no)».
En séptimo lugar, la expresión «kai peri ton jóiron», involucra la conjunción copulativa «kai» (y), la preposición «perí» (que con el caso genitivo, como ocurre aquí, significa; acerca de, sobre, con respecto a, en relación a), y por la palabra «jóiron» (genitivo plural del sustantivo masculino «jóiros»: cerdo, puerco).
En conclusión, a nuestro juicio, a la luz del análisis realizado, proponemos nuestra personal traducción de Marcos 5.16:
«Y los que lo vieron (los testigos) les contaron lo ocurrido con el que estuvo endemoniado (con el que había estado endemoniado) y lo que pasó con los cerdos».
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