Una cosa
es leer una traducción de la Septuaginta, y otra, poder leerla y estudiarla en su lengua original
Héctor B. Olea C.
Hace un poco más de una semana publiqué un breve artículo en el que puse de relieve la forma en que la versión griega de la Biblia Hebrea (Septuaginta, los LXX) tradujo el «infinitivo absoluto hebreo antepuesto» (una construcción sintáctica conformada por una forma verbal finita –conjugada- precedida por un «infinitivo absoluto» de la misma raíz verbal de la forma verbal conjugada que le sucede).
Luego, la forma en que la Septuaginta tradujo el «infinitivo absoluto hebreo antepuesto», consiste en el empleo de un sustantivo en caso dativo seguido por una forma verbal de la misma raíz del sustantivo en caso dativo.
En tal sentido, siendo que dicha construcción empleada por la Septuaginta en realidad no constituye una construcción sintáctica griega, sino el intento del traductor al griego de reflejar formalmente (por equivalencia formal) la figura del «infinitivo absoluto hebreo antepuesto», nos parece legítima e ideal la propuesta del profesor Amador Ángel García Santos.
Lo que propone el profesor Amado Ángel García Santos es que, como el «infinitivo absoluto hebreo» (antepuesto) hebreo tiene una función adverbial de encarecimiento, la construcción sintáctica griega en cuestión también debería traducirse de ese mismo modo («Introducción al griego bíblico», Verbo Divino, página 34).
Sin embargo, resulta llamativa la traducción por equivalencia formal (literal) de la traducción griega que empleó el traductor al griego para reflejar el «infinitivo absoluto hebreo antepuesto» presente en Génesis 2.17 («mot tamút»), que nos han regalado la traducción de la Septuaginta de Junemann y la traducción de la Septuaginta dirigida por Natalio Fernández Marcos, publicada por Ediciones Sígueme (cuatro tomos): «de muerte moriréis» (Junemann), y «moriréis de muerte» (la obra dirigida por Natalio Fernández Marcos).
Por supuesto, otras posibles traducciones por equivalencia formal (literales) de la expresión griega «zanáto apozanéisze» serían: «con la muerte morirán ustedes», «por medio de la muerte ustedes morirán», «en la muerte ustedes morirán».
En todo caso, es preciso decir que las traducciones «de muerte moriréis», «moriréis de muerte», «con la muerte morirán», «por medio de la muerte morirán», «en la muerte morirán» en realidad no transmiten el sentido y la fuerza adverbial del «infinitivo absoluto hebreo antepuesto», «mot tamút»: «ciertamente morirás».
Por supuesto, no es posible perder de vista que si bien el texto hebreo empleó la segunda persona masculina singular («tamút»: «morirás tú»), la versión griega empleó la segunda persona del plural («apozanéisze»: «morirán ustedes»).
Consecuentemente, asumiendo la construcción sintáctica de un sustantivo en caso dativo más una forma verbal finita (conjugada) de la misma raíz, como el esfuerzo del traductor al griego de reflejar el valor adverbial del «infinitivo absoluto hebreo antepuesto»; resulta evidente que la traducción realizada por Juneman y por la serie dirigida por el profesor Natalio Fernández Marcos (publicada por Sígueme), no le hacen justicia al valor adverbial del «infinitivo absoluto hebreo antepuesto», e ignoran la pertinente y acertada propuesta del profesor Amador Ángel García Santos.
Finalmente, es cierto que el traductor al griego pudo traducir al griego el «infinitivo absoluto hebreo antepuesto» de una manera (con una forma) más griega, pero lamentablemente no fue lo que hizo.
En tal sentido, asumiendo el griego de la Septuaginta como un griego de traducción, es preferible traducir la expresión «zanáto apozanéisze»: 1) a la luz del valor adverbial del «infinitivo absoluto hebreo antepuesto»; 2) no como una expresión propiamente griega que, en el griego, carece de sentido, y que, al final, no refleja la semántica del «infinitivo absoluto hebreo antepuesto» que pretendió reflejar el traductor la griego, por supuesto, como una indiscutible traducción por equivalencia formal.
Recomendación: La Septuaginta (Los LXX), versión griega de la Biblia Hebrea, en el marco de una exégesis científica, crítica, profesional y académica, debe ser leída, estudiada y explicada en su lengua original.
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