Sobre los matices de la acción del verbo hebreo, cursos de hebreo online y virtuales

Sobre los matices de la acción del verbo hebreo

Cuestiones de lingüística, gramática, exégesis y traducción bíblica

Héctor B. Olea C.

Como ya he dicho antes, el sistema verbal hebreo expresa la cualidad de la acción verbal mediante siete conjugaciones verbales principales llamadas «binyaním» («edificios», «construcciones»).

Los matices básicos de estas siete conjugaciones o construcciones del verbo hebreo son:

La conjugación «qal» o «kal» (ligero) es la forma o conjugación básica y expresa la acción elemental indicada por la raíz verbal, con un sentido básicamente activo y equivalente al matiz de la acción verbal que se expresa en español o castellano con el modo indicativo. 

Luego, el matiz básico de las seis (6) conjugaciones restantes (generalmente llamadas «conjugaciones derivadas») es el siguiente:

La primera: «nifal», que equivale a la voz pasiva o a la acción reflexiva de la forma básica o «qal» (se mató, fue muerto, fue asesinado).

La segunda: «piel», que expresa un matiz intensivo activo de la acción indicada por la forma básica o «qal» (él asesinó).

La tercera: «pual», que es la forma pasiva de conjugación «piel» (él fue asesinado).

La cuarta: «jifil», que es la forma causativa activa de la forma básica o «qal» (él hizo matar).

La quinta: «jofal», que es la forma causativa pasiva de la forma básica o «qal» (él fue hecho matar, él fue movido a matar).

La sexta: «jitpael», que es la forma intensiva reflexiva de la forma básica o «qal» (él se mató violentamente).

Pero además tiene el sistema verbal hebreo otras tres conjugaciones menores, característica de ciertos verbos, y asociadas a la conjugación «piel»: 1) «polel» (acción activa intensiva); 2) «polal» (pasiva intensiva); y 3) «jitpolel» (acción reflexiva).

Luego, a pesar de los matices básicos que se le atribuyen a cada una de estas conjugaciones o construcciones («binyanim»), es preciso decir que, por un lado, no todo verbo tiene presencia en las siete principales conjugaciones; por otro lado, no significa que un verbo que esté presente en cada conjugación exhibirá el tipo de acción que se supone que es la característica de cada conjugación.

Por ejemplo, el verbo o raíz «shamár» («lishmór»), sólo está presente en cuatro de las siete conjugaciones o construcciones principales del sistema verbal hebreo: en la conjugación «qal» («kal»), en la conjugación «nifal», en la conjugación «piel», y en la conjugación «jitpael» («hitpael»).  

En tal sentido, el matiz de la acción del verbo o raíz «shamár» («lishmór») en cada conjugación es la siguiente:

En la conjugación «kal» («qal»), la acción es activa y transitiva: guardar, conservar, custodiar. 

En la conjugación «nifal», la acción es reflexiva: guardarse, abstenerse, cuidarse.

En la conjugación «piel», la acción es activa y transitiva, pero con el sentido de venerar, adorar, dar importancia (Jonás 2.9), un matiz en realidad no tan lejano al que tiene en la conjugación «kal» («qal»).

Y en la conjugación  «jitpael» («hitpael») tiene un matiz reflexivo, incluso pasivo (Miqueas 6.16).

En consecuencia, el análisis morfosintáctico de una forma verbal de la Biblia Hebrea, una acertada traducción de una forma verbal de la Biblia Hebrea, debe considerar: 1) en qué conjugación o construcción se encuentra en el texto objeto de estudio; 2) cuál es el matiz y aspecto de la acción que tiene el verbo o raíz en cuestión en la conjugación o construcción de que se trate y, por supuesto, 3) el contexto y el género literario del texto.  

A manera de ilustración, quiero poner de relieve que en la frase «el que guarda a Israel» (Salmo 121.4), «el que guarda» (acción activa transitiva), es la traducción de «shomér», participio activo masculino singular, conjugación «kal» («qal») del verbo o raíz «shamár» («lishmór»).

Y en la frase «el Señor (Adonay, Jashem, Hashem, el Eterno) es tu guardador», «tu guardador» (acción activa transitiva) es la traducción de «shomeréja», participio activo masculino singular del mismo verbo o raíz «shamár» («lishmór»), conjugación «kal» («qal»), con el sufijo pronominal de la segunda persona masculina singular.  

Consecuentemente, no sería un procedimiento acertado traducir estas dos formas del verbo o raíz «shamár» («lishmór») en la conjugación «qal» («kal»), con los matices que tiene en la conjugación «nifal», en la conjugación «piel», o en la conjugación «jitpael» («hitpael»).   

Muy a propósito de nuestro curso de hebreo bíblico (segundo año y de profundización) que inicia el próximo lunes 7 de febrero.

Por supuesto, y demasiado a propósito de nuestros cursos de hebreo bíblico desde cero, arameo bíblico desde cero, griego bíblico desde cero, griego clásico desde cero, disponibles durante todo el año.

¡Inscripciones abiertas siempre!

¡Pregunta por el curso de tu interés!

Información y matriculación en el siguiente enlace:

https://api.whatsapp.com/send?phone=+18092057814, así de sencillo.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario