El modo imperativo griego y la traducción de la frase «no me toques» en Juan 20.17


El modo imperativo griego y la traducción de la frase «no me toques» en Juan 20.17

Héctor B. Olea C.

A diferencia del castellano, el modo imperativo griego tiene “tiempo” (presente, aoristo y perfecto) y tiene “voz” (activa, media y pasiva).

Sin embargo, un detalle importante es que en realidad sólo en el modo indicativo (de los seis modos del verbo griego) el tiempo apunta al momento en que se supone tiene lugar la acción verbal.

En consecuencia, la diferencia radical que existe entre una forma verbal en modo imperativo de tiempo presente, de tiempo aoristo y de tiempo perfecto, tiene que ver más bien con el aspecto de la acción y no precisamente con el tiempo en que se supone que ocurre la acción verbal.

En tal sentido, es preciso observar que el aspecto de la acción del tema de presente (del tiempo presente) es el de una acción durativa y habitual. El aspecto del tema aoristo (del tiempo aoristo, fuerte y débil) es esencialmente puntual e ingresivo. Y en lo que respecta al tema de perfecto (al del tiempo perfecto), el aspecto de la acción indica acabamiento y maximalidad de la acción verbal, el resultado presente de una acción en el pasado (por eso el perfecto griego es un tiempo primario y no secundario, que apunta al presente y no al pasado).

No obstante, es tan escaso el uso del imperativo de tiempo perfecto (en el griego clásico y en el griego koiné) que, en consecuencia, el análisis del modo imperativo griego se concentra principal y básicamente en las implicaciones del imperativo presente y el imperativo aoristo.

Por supuesto, incluso en el modo imperativo, la diferencia del aspecto de la acción verbal en tiempo presente (en el tema de presente), y en el tiempo aoristo (en el tema del aoristo), se mantiene y es fundamental para el análisis morfosintáctico y traducción de las formas verbales en modo imperativo de tiempo presente y de las formas verbales en modo imperativo en tiempo aoristo.

Por otro lado, es preciso tener en cuenta que en el tema de presente el modo imperativo se usa tanto para expresar mandatos positivos (órdenes) como para expresar mandatos negativos o prohibiciones.

Pero en el tema del aoristo, el modo imperativo se usa para expresar mandatos positivos (órdenes), pero el modo subjuntivo para expresar los mandatos negativos o prohibiciones.

Ahora, después de presentar las características principales del modo imperativo en el griego clásico y griego koiné (bíblico), paso a analizar la traducción de la frase «no me toques» en Juan 20.17, en la versión Reina Valera 1960.

¿Qué fue lo que en realidad le dijo Jesús a María Magdalena? 1) ¿Qué no lo tocara, es decir, que no diera inicio a una acción, a la acción de tocarlo? O 2) ¿Que dejara de tocarlo, o sea, que suspendiera una acción ya iniciada y en proceso? ¿Qué es lo que en realidad permite decir y concluir el texto griego de Juan 20.17?

¿Qué tipo de mandato se lee en el texto griego de Juan 20.17? ¿Un mandato positivo (una orden) o un mandato negativo (una prohibición)? ¿En qué tiempo? ¿En tiempo presente o en tiempo aoristo?

Es innegable que por mucho tiempo, principalmente gracias a la versión Reina Valera 1909 (incluso la revisión de 1960), se ha hecho muy popular la idea (sobre todo en el ambiente protestante y evangélico hispano hablante) de que Jesús le dijo a María Magdalena: ¡«No me toques»!, o sea, que no iniciara una acción.

Ahora bien, ¿qué es lo que en realidad dice en griego la frase que está detrás de la traducción «no me toques»?

Pues bien, la frase que está detrás de la tan famosa traducción «No me toques», es «me mu jáptu».

Análisis morfológico de la frase griega «me mu jáptu»

El análisis morfológico de la frase «me mu jáptu» arroja los siguientes resultados:

«me» consiste en el habitual negativo que se emplea con el resto de los modos distintos al modo indicativo.

 «mu» consiste en el caso genitivo del pronombre personal de la primera persona del singular (yo).

«jáptu» consiste en una forma verbal en tiempo presente, voz media, modo imperativo, segunda persona del singular, del verbo «jápto», asumido como un «verbo no deponente», según el “Diccionario manual griego clásico español VOX”, y según el “Diccionario griego español del NT”, de Inmaculada Delgado Jara.

Pero como un «verbo deponente», esta desinencia o terminación de voz media no tendría ningún significado especial distinto al que tendría en la voz activa. En tal sentido, es preciso decir que el verbo «jápto» es asumido como un «verbo deponente» (verbo con una morfología de voz media y pasiva, pero con significado activo) por el “Léxico griego español del NT”, de Alfred E. Tuggy y por “El nuevo diccionario griego (moderno) español («to néo eleno ispanikó lexikó»), o sea, «jáptomai».   
En todo caso, en virtud de que la forma verbal «jáptu» está en modo imperativo y en tiempo presente, la frase «me mu jáptu» debe ser traducida como “no me sigas tocando”, “deja de tocarme”, “suéltame”, “deja de aferrarte a mí”, “deja de retenerme”.  

En otras palabras y, evidentemente, a la luz de las implicaciones del imperativo griego en tiempo presente, la frase «me mu jáptu» está expresando una prohibición o mandato negativo que está demandando el cese de una acción ya iniciada, en pleno desarrollo.

Consecuentemente, la frase «me mu jáptu» debe entenderse aquí en forma distinta a como se usa actualmente en el griego moderno, según el “El nuevo diccionario griego (moderno) español («to néo eleno ispanikó lexikó»), significando: «mírame y no me toques».

Luego, es preciso admitir que hace mucho tiempo que acertadamente se leía: «deja de tocarme», en la versión de la Biblia conocida como «Biblia de Jerusalén 1998», y «deja de colgarte de mí», en la «Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras».

Además, otras versiones que también han traducido de manera acertada son: «La Reina Valera 1995» (Suéltame), «La Nueva Versión Internacional 2015» (Suéltame), «La Nueva Biblia Española 1975» (Suéltame), «La Reina Valera Actualizada 2015» (Suéltame), «La Biblia de las Américas 1997» (Suéltame), «La Nueva Traducción Viviente 2010» (No te aferres a mí), entre otras.

En conclusión, es acertada la traducción de Juan 20.17, de toda y cualquier versión de la Biblia que traduzca dicho pasaje comunicando la idea de que estamos aquí ante un mandato negativo que procura hacer cesar una acción ya iniciada, una acción ya en proceso, en desarrollo.

Ahora bien, un caso curioso y muy lamentable es que la llamada «Reina Valera Contemporánea RVC» (año 2011), la más reciente revisión de la serie Reina Valera realizada por las Sociedades Bíblicas Unidas, persista en repetir el error de la Reina Valera 1960, al traducir «no me toques», a pesar de que para la revisión de 1995 (RV 1995) ya se había superado la traducción errónea de la revisiones de 1909 y de 1960.

¿Un problema de crítica textual o un problema gramatical?

Una dato interesante es que la diferencia que existe entre la RV 1909, 1960 y 2011 y las demás versiones que de manera acertada han traducido la frase «me mu jáptu» en Juan 20.17, es una vez más, una cuestión de tipo gramatical y no de crítica textual como muchas veces se piensa, como si fuera un aspecto y caso más en el que no hay concordancia y consenso entre el llamado “texto crítico” y el llamado “textus receptus”.

En efecto, desde el punto de vista de la crítica textual, la única observación que muestra el aparato crítico del NA28 es que el códice Vaticano (B) tiene las mismas palabras de la frase «me mu jáptu», pero en un orden distinto: «me jáptu mu».

En tal sentido, es preciso llamar la atención aquí a las personas que se muestran más preocupados por los problemas de crítica textual (que minimizan la importancia del dominio de la gramática griega), que por los problemas relacionados con los recursos y peculiaridades de la gramática de la lengua griega.

Finalmente, la traducción de la RV 1909, 1960 y 2011 habría sido sin discusión acertada si el texto griego en lugar del imperativo de tiempo presente «jáptu», hubiera empleado el subjuntivo aoristo «jápse» (“no me toques”, “no comiences a tocarme”, “mírame y no me toques”).


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