Héctor
B. Olea C.
En primer lugar, como letra castellana, la
“Y” no es ni griega ni hebrea; sencillamente puede ser la transliteración de la
letra hebrea “yod”, o de la griega “úpsilon”- “ysilon” (más bien esta última).
En segundo lugar, la letra griega “úpsilon” o
“ypsilon” aunque es la misma letra griega, en realidad se asume como “Y” cuando
se la asume como “Ypsilon”, como en el griego moderno, y así en algunas
gramáticas que han asumido para el griego koiné la pronunciación del griego
moderno. Sin embargo, cuando se la asume como “úpsilon”, se la ha de
representar más bien con la “u” castellana. Esto explica por qué algunos
pronuncian la palabra “señor”, como “kyrios” (asumiendo la pronunciación del
griego moderno, y otros, como yo, preferimos la pronunciación “kúrios”, asumiendo
la pronunciación propuesta por Erasmo de Rotterdam
en el siglo XVI de nuestra era. De todos modos, sin importar esta diferencia de
pronunciación o significante, en lo que a la semántica se refiere, la palabra
en cuestión mantiene la misma carga de sentido o significado.
En cuarto lugar, es 100 % ciertísima y
aceptable, toda transliteración del tetragrama iniciando con una letra “y” en
castellano, pero entendida no como la transliteración de la “ypsilon” griega,
sino de la “yod” hebrea.
Finalmente, tengo a bien colocar a continuación
el enlace de mi página de autor en Amazon, donde podrán considerar la adquisición
de varios libros de mi autoría, en especial para el contexto de este
comentario, la que publiqué en formato digital, donde analizo y evalúo en
detalles las distintas opciones que hay respecto de la traducción y
transliteración del tetragrama. La obra se llama «Estudios bíblicos y
exegéticos en torno al nombre Jehová»: http://www.amazon.com/-/e/B01B26YQ4Q
¡Hasta la próxima!
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